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Canción del soldado desconocido. Talat Shahin

talat-shahinLes presentamos a Talat Shahin, escritor árabe actualmente radicado en España. La traducción es de Manuela Cortés Garcia. Los presentes poemas forman parte del poemario El libro de amor, galardonado con el Premio «Walada» de poesía, otorgado por el Instituto Hispano-Árabe de Cultura (Madrid, 1986).

 

 

 

Canción del soldado desconocido
Talat Shahin

 

 La estrella cayó de tu mano

                                         Al poeta `Amal Dunqul (1)

  Veo sobre tu pecho la sangre cuajada
en la pupila de la estrella de la noche,
sueño y sangre en la garganta del valle.
Tú, caído,
        asesinado al mediodía.
Te lloran las acequias del Nilo,
                el sol,
                        los árboles.
Tú eres la promesa diseminada,
Tú, el tiempo vencido.

* * *

No mires hacia atrás,
se cayó la estrella.
Cayó de tu mano,
        para prenderse en su pecho.

* * *

Tu esposa me daba calor en la noche,
tu color me dolía en sus ojos,
me inquietaba.
Me olvidé del pan duro,
del poso de sal
sobre unos labios secos por la sed del desierto.

* * *

Tu color me dolía en sus ojos,
tu herida me rodeó cuando nos acariciamos,
                        era pegajosa.
Huyo de ti al sentirte tierno en su seno
        dibujado en el tatuaje de la noche
Huyo al sentirte niño que corre
recogiendo la sal del desierto,
la estrella del mar y las crines de los caballos.

* * *

 

Ahora es invierno,
        tu herida se desangra,
                tiembla,
                    dibuja un niño,
                    escribe versos,
                        un pueblo.
Se descorre el velo de la noche
        y canta al silencio.

* * *

Cuando te fuiste,
¿ no ocultabas tu cara al silencio?

* * *

 

  No mires hacia atrás,
se cayó la estrella,
cayó de tu mano,
        para prenderse en su pecho.

 

Canción del soldado desconocido

Ante el brote iluminado bajo el sol
se desvanecen nuestros pasos,
hasta convertirse la piedra yerta en agua,
y el corazón impuro se lava en ella.

* * *

Ante el brote iluminado bajo el sol
extendemos la llama
hasta romper la tumba,
propagandose la luz.
(Entre las palabras grabadas sobre el muro,
el muerto se levanta de su tumba
y se rompe la espada hacia él tendida).

 

Un nuevo día

Entre las flores ahorcadas,
un sueño quebrado
muere hilando su capullo.

* * *

El beso sobre los ojos,
nota vigía
que rasga las cuerdas de la tristeza.

* * *

Junto a nuestros verdes brotes
se detiene la imagen iluminada,
y la puerta se mantiene firme bajo sus marcos
mientras un negro guarda
el palacio del dormido.

* * *

Entre los soldados,
traza surcos la cara del sol,
y desgarra los miembros ardientes
en el fuego del sacerdote.
Chisporrotea el fuego
y se extingue la cara.

* * *

El tiempo macilento se difumina,
y el día bajo sus pies
se convierte en esclavo del ayer.

 

Cinco casidas en el Café Riche (2)

I

Pasa triste entre los asientos,
coge las colillas de los cigarros,
ve un pedazo de chicle,
lo pone en su boca
masticando,
mirando las caras torpes.
El movimiento de mi boca
no es menor que el de las suyas que emiten sandeces.

II

El gran poeta creador,
recostado en su asiento de madera,
observa a las mujeres que pasan
recreandose en las piernas.
Va a su cuarto
y se crispa en su lecho mullido
anunciando el comienzo de un poema.

III

Farid (3) el rubito
se arrastra bajo los asientos
acariciando sus piernas temblorosas.
Levanta su cabeza risueña,
y se rompen los vasos de cerveza
y las copas de vino añejo.
Se vuelcan los platos de aperitivos,
se ríen y,
Farid les insulta
        con su tierno balbuceo.

IV

Llega la vendedora ciega de loteria,
guiada por su hijo pequeño,
y dice:
– Dios bendiga al que ayuda al pobre desvalido.
El dueño del coche ostentoso
pone en su mano una monedilla
creyendo ser el único que conoce a Dios
reflejado en la cara de su hijo pequeño.

V

Se acerca,
lee mis breves casidas
impidiéndome mirar a los rostros necios.
Me pide que escriba una casida por su amor,
penetro en sus ojos felices
y dibujo letras
formando un círculo.

 

Traducción de Manuela Cortés Garcia

Talat Shahin nació en Abnoud (sur de Egipto) en 1949. Vive en Madrid desde el año 1980. Escritor, periodista, traductor e hispanista. Doctorado en Derecho en 1994 por la Universidad Complutense de Madrid, con la tesis titulada «Las fiestas populares en España y Egipto: aspectos jurídicos, históricos y sociales.» Corresponsal de prensa y colaborador con varios medios árabes de comunicación como especialista en asuntos europeos e hispanoamericanos. Miembro fundador de la Asociación de Periodistas Árabes en España (1982) y el Instituto del Teatro Mediterráneo (Motril, 1990). Autor de varios libros de poesía y ensayo. Ha traducido al árabe, entre otros, a Rubén Darío, José Saramago, Clara Janés, Gabriel García Márquez, Nuria Amat, Juan Goytisolo, Mercè Rodoreda y Julio Llamazares. En 1986 ganó el Premio Wallada de poesía, otorgado por el Instituto Hispano-Árabe de Cultura.

 

1.
10. Poeta egipcio.

2.
4. Casidas publicadas en Tiempo de poesíaárabe. Antología de poetas árabes contemporáneos dirigida por Pedro Matrínez Montávez. Revista Arrecife. Murcia, 1994, pp: 65-66.

3.
5. Hijo menor del poeta egipcio Aniv. Surur (1932-1978).