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Dino Campana. Carlos Vitale

dino-campanaDel poeta italiano que viviera en Argentina, Dino Campana, el argentino Carlos Vitale, quien radica en Barcelona, nos ofrece una versión bilingüe: italiano-español de un fragmento de los Cantos Órficos del nacido en Florencia (1885).

 

 

 

DINO CAMPANA
Traducción de Carlos Vitale

Carlos Vitale
Carlos Vitale

Dino Campana nació en Marradi (Florencia) en 1885 y murió en San Martino alla Palma (Florencia) en 1932.
Ha publicado: Canti orfici.
En español: Cantos órficos y otros poemas, DVD Ediciones, Barcelona, 1999.

 

ENVÍO

El agua tiene las crines de plata
El amor es sin retorno
Blanca yegua de amor
Tu vellón dorado
Amor sin retorno.

INVIO

L’acqua ha la criniera d’argento
L’amore è senza ritorno
Bianca cavalla d’amore
Il tuo tosone dorato
Amore senza ritorno.

 

BAJO QUÉ PESADO MONTÓN DE NIEVE

¿Bajo qué pesado montón de nieve
Están sepultadas las rosas de mi primavera?
¿Cómo podrá el recuerdo conocer
Dónde yace la muerta esperanza?

SOTTO QUALE GRAVE MUCCHIO DI NEVE

Sotto quale grave mucchio di neve
Stanno sepolte le rose della mia primavera?
Come potrà la rimembranza conoscere
Dove la morta speranza posa?

 

LA QUIMERA

No sé si entre rocas tu pálido
Rostro se me apareció, o sonrisa
De lejanías ignoradas
Fuiste, inclinada la ebúrnea
Frente fulgente, oh joven
Hermana de la Gioconda:
Oh de las primaveras
Apagadas por tus míticas palideces
Oh Reina, oh Reina adolescente:
Mas por tu ignoto poema
De voluptuosidad y dolor
Música muchacha exangüe,
Marcado con una línea de sangre
En el círculo de los labios sinuosos,
Reina de la melodía:
Mas por la virgen cabeza
Reclinada, yo, poeta nocturno
Velé las vívidas estrellas en los piélagos del cielo,
Yo por tu dulce misterio
Yo por tu devenir taciturno.
No sé si la pálida llama
De los cabellos fue el vivo
Signo de su palidez,
No sé si fue un dulce vapor,
Dulce sobre mi dolor,
Sonrisa de un rostro nocturno:
Miro las blancas rocas, los mudos manantiales de los vientos
Y la inmovilidad de los firmamentos
Y los henchidos arroyos que van llorando
Y las sombras del trabajo humano encorvadas allá en las gélidas colinas
Y aún por tiernos cielos lejanas y claras sombras fluyentes
Y aún te llamo, te llamo Quimera.

LA CHIMERA

Non so se tra roccie il tuo pallido
Viso m’apparve, o sorriso
Di lontananze ignote
Fosti, la china eburnea
Fronte fulgente o giovine
Suora de la Gioconda:
O delle primavere
Spente, per i tuoi mitici pallori
O Regina o Regina adolescente:
Ma per il tuo ignoto poema
Di voluttà e di dolore
Musica fanciulla esangue,
Segnato di linea di sangue
Nel cerchio delle labbra sinuose,
Regina de la Melodia:
Ma per il vergine capo
Reclino, io poeta notturno
Vegliai le stelle vivide nei pelaghi del cielo,
Io per il tuo dolce mistero
Io per il tuo divenir taciturno.
Non so se la fiamma pallida
Fu dei capelli il vivente
Segno del suo pallore,
Non so se fu un dolce vapore,
Dolce sul mio dolore,
Sorriso di un volto notturno:
Guardo le bianche rocce le mute fonti dei venti
E l’immobilità dei firmamenti
E i gonfii rivi che vanno piangenti
E l’ombre del lavoro umano curve là sui poggi algenti
E ancora per teneri cieli lontane chiare ombre correnti
E ancora ti chiamo ti chiamo Chimera.

 

FURIBUNDO

Yo la había abrazado.
Mientras afanoso por las ciegas ebriedades
En el umbral ciego iba a tientas
Y rápidos golpes repetía
Sobre la puerta de los eternos deleites:
De pronto, sobre mi espalda
Se alzó y volvió a caer martilleando sordo
Y rítmico su pie. Fue el recuerdo
Del instante fugaz, en la plenitud
Fantástica el llamado de la muerte.
Ardiendo desesperadamente entonces
Redoblé mis fuerzas ante aquel llamado
Fatídico y jadeando traspasé
La morada de la nada y de la ebriedad, altivo
Penetré, con fervor, alta la frente
Empuñando la garganta de la mujer
Victorioso en la mística fortaleza
En mi patria antigua, en la gran nada.

FURIBONDO

Abbracciata io l’aveva.
Mentre affannoso delle cieche ebbrezze
Sul limitare cieco brancolavo
E accelerati colpi replicavo
Sopra la porta di eterne dolcezze:
All’improvviso sopra la mia schiena
S’alzò e ricadde martellando sordo
E ritmico il suo piede. Fu il ricordo
Dell’attimo fuggente, nella piena
Fantastica l’appello della morte.
Ardendo disperatamente allora
Raddoppiai le mie forze a quell’appello
Fatidico e ansimando la dimora
Varcai del nulla e dell’ebbrezza, fiero
Penetrai, nel fervor alta la fronte
Impugnando la gola della donna
Vittorioso nel mistico maniero
Nella mia patria antica nel gran nulla.

 

JARDÍN OTOÑAL (Florencia)

¡Al jardín espectral, al laurel mudo
De las verdes guirnaldas
A la tierra otoñal
Un último saludo!
A las áridas pendientes
Ásperas, enrojecidas por el último sol
Confusa de ruidos
Roncos, grita la lejana vida:
Grita al moribundo sol
Que ensangrienta los parterres.
Se escucha una fanfarria
Que lastimera sube: el río desaparece
En las arenas doradas: en el silencio
Las blancas estatuas están volcadas en el extremo
De los puentes: y las cosas ya no existen.
Y desde el profundo silencio como un coro
Tierno y grandioso
Surge y aspira en lo alto a mi balcón:
Y en aroma de laurel,
En aroma de laurel, acre y desfalleciente,
Entre las estatuas inmortales en el ocaso
Ella se me aparece, presente.

GIARDINO AUTUNNALE (Firenze)

Al giardino spettrale al lauro muto
De le verdi ghirlande
A la terra autunnale
Un ultimo saluto!
A l’aride pendici
Aspre arrossate nell’estremo sole
Confusa di rumori
Rauchi grida la lontana vita:
Grida al morente sole
Che insanguina le aiole.
S’intende una fanfara
Che straziante sale: il fiume spare
Ne le arene dorate: nel silenzio
Stanno le bianche statue a capo i ponti
Volte: e le cose già non sono più.
E dal fondo silenzio come un coro
Tenero e grandioso
Sorge ed anela in alto al mio balcone:
E in aroma d’alloro,
In aroma d’alloro acre languente,
Tra le statue immortali nel tramonto
Ella m’appar, presente.

 

EL VENTANAL

La humeante noche de verano
Desde el alto ventanal vierte claridad en la sombra
Y me deja en el corazón un sello ardiente.
Pero ¿quién (en la terraza sobre el río se enciende una lámpara), quién,
A la Virgencita del Puente, quién es, quién es el que le ha encendido la lámpara? — hay
En la habitación un olor a podredumbre: hay
En la habitación una desfalleciente llaga roja.
Las estrellas son botones de nácar y la noche se viste de terciopelo:
Y tiembla la noche fatua: es fatua la noche y tiembla pero hay
En el corazón de la noche hay,
Siempre una desfalleciente llaga roja.

L’INVETRIATA

La sera fumosa d’estate
Dall’alta invetriata mesce chiarori nell’ombra
E mi lascia nel cuore un suggello ardente.
Ma chi ha (sul terrazzo sul fiume si accende una lampada) chi ha
A la Madonnina del Ponte chi è chi è che ha acceso la lampada? — c’è
Nella stanza un odor di putredine: c’è
Nella stanza una piaga rossa languente.
Le stelle sono bottoni di madreperla e la sera si veste di velluto:
E tremola la sera fatua: è fatua la sera e tremola ma c’è
Nel cuore della sera c’è,
Sempre una piaga rossa languente.

 

BUENOS AIRES

El buque avanza lentamente
Entre la niebla gris de la mañana
Sobre el agua amarilla de un mar fluvial
Aparece la ciudad gris y velada.
Se entra en un puerto extraño. Los emigrantes
Enloquecen y se enfurecen agolpándose
En la áspera ebriedad de la inminente lucha.
Desde un grupo de italianos vestido
De manera ridícula, a la moda
Bonaerense, arrojan naranjas
A los paisanos alterados y vociferantes.
Un muchacho de porte ligerísimo
Prole de libertad, pronto a lanzarse
Los mira con las manos en la faja
Multicolor y esboza un saludo.
Pero gruñen feroces los italianos.

BUENOS AIRES

Il bastimento avanza lentamente
Nel grigio del mattino tra la nebbia
Sull’acqua gialla d’un mare fluviale
Appare la città grigia e velata.
Si entra in un porto strano. Gli emigranti
Impazzano e inferocian accalcandosi
Nell’aspra ebbrezza d’imminente lotta.
Da un gruppo d’italiani ch’è vestito
In un modo ridicolo alla moda
Bonaerense si gettano arance
Ai paesani stralunati e urlanti.
Un ragazzo dal porto leggerissimo
Prole di libertà, pronto allo slancio
Li guarda colle mani nella fascia
Variopinta ed accenna ad un saluto.
Ma ringhiano feroci gli italiani.