Poemas :
Lilia Barbachano

En torno a Pablo Neruda.
Veinte poemas de amor y una canción desesperada

Poema 1 y poema 4

“Mi cuerpo de labriego salvaje te socava y hace saltar al hijo del fondo de la tierra” “Zumbando entre los árboles, orquestal y divino como una lengua llena de guerras y de cantos”
Como toda posesión el perro amarrado a una cadena mientras la temperatura incrementa.
Xolo, dios secreto del inframundo, con sus largas orejas y su rostro negro, juguetón, garboso, atado.
Esa es la puerta entre los dos mundos. El sonido del viento al pasar entre las caracolas.
Cantos y guerras, guerras y cantos, la humanidad se dirige al final del camino. Con pasos alegres por el bosque, hacia el despeñadero de almas.
Se abre una boca, suave, algodón celeste y espera paciente ir tragando ese alimento necesario triturando el tiempo y vomitando vida nueva.
Saltar desde el fondo para encarnar en este mundo de ladridos, ruidos, cantos de criaturas.
De la tierra oculta inmersa en la actividad saltar desde el fondo para encarnar en este mundo de tráfico aéreo, autos, gritos humanos. Corriendo para encontrar el silencio en las ruinas o en la selva verde inmensa, en el sonido del viento entre las hojas o en el gemido del perro nocturno que por las noches abre las puertas de aquí para allá.

Poema 2

“En su llama mortal la luz te envuelve”
El fresno acuna la luz entre sus ramas
la devuelve en chispas
Caminas, un sollozo, hondo
y me despierto

Poema 3

“En ti los ríos cantan y mi alma en ellos huye”
Se fuga el agua cantando
en desparpajo de alegría
huye en vertientes olvidadizas
de su condición fugaz

Poema 5

“Y las miro lejanas mis palabras. Más que mías son tuyas”.
Entierro, encierro: nuez encarcelada.
Las rejas entramados en la piel internas y externas en casa donde la llave está perdida ¿Cómo salir de esta doble piel de las palabras?

 

Anubis

¿Habrá que borrarlo?
Afanosamente cubrir las huellas en el jardín, en la casa, en el patio
Ese pasaje, ese camino implacable que todos transitamos,
¿Habrá que borrarlo?

Porque ese andar de hormigas sin ruta es el camino
Está allí él –innombrado- esperando conducirnos
Aunque la barca no se vea en la orilla
No sé si debo regresar de donde estuve

Dicen que en mis ojos se refugió la tristeza,
Les dio forma de lágrima, los ajó
Y ya no quiso salir, se hizo huérfana

Pregunto, insisto ¿habrá que borrarlo?
Su visita ¿qué nos dejó, qué nos dijo, qué trazo añil mantuvo en el espacio?
Por la puerta sale el funeral, enfrente, todavía no, pronto
Ay, los sueños, borrosos pero certeros.

El día que David Bowie murió

El día que David Bowie murió los gatos se regodearon con una pata de pavo tirada a la basura. Desde la noche anterior en la oscuridad del patio la habían sacado y solo quedaba el hueso como en una comunión o un banquete de hambrientos.
El día que David Bowie murió llegó un mensaje muy temprano de condolencia y de tristeza. La mañana empezó con un té fuerte y los olvidos de si hace frío me llevo el chal puesto pero la llamada a las ocho y media interrumpe los pensamientos y los rituales y al hurgar en la mochila los compartimentos se abren y no sé si dejé el chal en el camión.
El día que David Bowie murió todos los planes cambiaron de lugar y el ruido del tráfico se adueñó de los oídos ensordeciéndolos. Era tan insoportable que ni contestar el teléfono era posible. El ruido mismo entrando por las ventanas pero a la vez el ruido se generaba en el vehículo.
Con la mente en todos los pendientes los detalles se pierden en días pasados. No un café no, un café solo alebresta más los minutos que faltan para concluir el día. Una cascada de mensajes, no, tengo la cabeza perdida en el olvido.
¿Cómo iba la fábula del buey y el sapo? ¿El buey quería ser sapo o el sapo buey? La memoria desbocada en una carrera blanca hacia la meta.
A lo mejor todos somos Lázaro, ¿quién nos hará resucitar?

 

 

Lilia Barbachano (Ciudad de México, 1958). Estudió Letras Hispánicas en la UNAM. Cuenta con varias publicaciones individuales, entre las cuales destacan tres libros de poesía: Las figuras dormidas (1981), Pyramid lounge (1996) y Winterfeldt Str. (2014). Es traductora de la poesía completa de James Joyce. Ha participado también en publicaciones colectivas y ha colaborado en diversas revistas, periódicos y destacados eventos culturales en el mundo. Formó parte de la Embajada de México en Alemania (2007-2008) y en Portugal (2008-2010), además de haber colaborado con la Misión Permanente de México ante la ONU (1983-1985), en Nueva York.