Joana Rúas

Un Cancionero para Timor

Joana Ruas
Joana Ruas, poeta y traductora portuguesa, narra sobre la vida y la obra del poeta timorense Dadolin Murak, uno de los principales poetas de la generación posterior a la independencia de Timor-Leste, y nos comparte su texto “Carta al coronavirus“. La traducción al español es de Cesáreo Gutiérrez Cortés.

 

 

 

Dadolin Murak,
un Cancionero para Timor
Joana Ruas

 

Dadolin murak, que en idioma tétum significa poemas preciosos, es, también, el seudónimo de uno de los principales poetas de la generación posterior a la independencia de Timor-Leste: Dadolin Murak. Para identificarse, el poeta eligió dos palabras con las que el tétum designa a la poesía. Sonidos que parecen voces del viento y de las fuentes, cuando descienden con las nubes de las montañas azules de Timor-Leste. Voces que rivalizan en los valles con los violinistas congregados para tocar, sorprendidos ellos por los escasos viajeros que se acercan a caballo, descabalgan y escuchan, saludando a música, hombres, montañas, nubes, vientos y agua, antes de partir en paz hacia su destino.

Los "dadolin" son poemas utilizados en la vida cotidiana como acompañamiento de ofrendas, principalmente de "tais", el tejido elaborado en telares domésticos, cuya materia prima lo vincula desde siempre a las sociedades campesinas, formando ya parte del patrimonio cultural timorense. El  "tais"  adorna tanto las humildes mesas del pueblo como las paredes del Parlamento Nacional de Timor-Leste. Los dadolin son odas propiciatorias de la consagración, así como narraciones épicas que, después de ser adaptadas por los "señores de las palabras", los liunain, se recitan ritualmente.

Dadolin Murak pertenece a una generación de intelectuales timorenses formados en el sistema educativo indonesio. Durante la guerra, Dadolin sufrió la pérdida de familiares y amigos. En su época de universitario participó activamente en el movimiento estudiantil clandestino en Timor-Leste y en Java, donde, en la década de 1990, con el grupo de estudiantes clandestinos compuestos por timorenses orientales e indonesios, luchó contra el régimen del Nuevo Orden del general Suharto.

Dadolin Murak escribe en tétum, la lengua nacional del pueblo timorense. Al igual que los "lianain", hablantes y estudiosos del tetum-terik o tetum clásico, que atesoran en la memoria los hechos de sus antepasados para contarlos a las generaciones futuras, Dadolin Murak, saliendo del universo de lo sagrado, dominio del tetum-terik, optó por el tetum-ágora, un lenguaje formado con palabras de calles y callejas que, abrazando el universo sentimental y revolucionario del pueblo, concilia tradición y revolución.

 

El poeta Ruy Cinatti comenta que, según  "Um Cancioneiro para Timor",  en Timor "la tierra, el cielo y las aguas están habitadas por espíritus. Los espíritus de la Naturaleza son los señores de la tierra, del cielo y de las aguas, a menudo encarnados en los mismos elementos. También están los espíritus de los antepasados, ??que presiden la ejecución de las tareas relacionadas con otros aspectos vinculados a la vida social y religiosa. Si el sistema ecológico obra como condicionante, el sistema social, político y religioso lo corona como en la cima de la montaña la aldea: fortaleza y altar. El ciclo de la relación Hombre-Naturaleza culmina en la siega y la recolección, de acuerdo con una espiral que partiendo del ombligo de la tierra se desarrolla en el cielo".

 

Dadolin Murak decidió permanecer en el anonimato. Desde ese espacio, como poeta, convoca la esfera de lo sagrado y lo intemporal. Sagrado que no tiene que ver con la religión sino con lo sagrado del hombre, lo sagrado del desorden del espíritu de los creadores, preservando así el grado de mediación que caracteriza el estatuto del "lianain". Su posición, que considera influenciada también por el poeta portugués Fernando Pessoa, concilia en su poesía la primitiva fuente de conexión con las raíces de su cultura, mientras que el tetum-ágora expresa su pertenencia a una estirpe de revolucionarios con el pie en varios mundos, que a través de las palabras alcanzan los horizontes ilimitados del lenguaje literario.

La declamación de un dadolin establece el momento canónico a cargo de un liunain, ya sea en la ceremonia de invocación a los antepasados ??o en la solicitud de protección a la Divinidad Suprema cuando se construye una casa. Oikos (la casa) está presente en los conceptos de economía, ecumenismo y ecología. La Tierra es el hogar de los hombres, y les fue dada como un regalo para cimentar todos los mundos posibles en ella. Construir una casa es, por tanto, como crear el mundo en una casa. A través del texto, "Tipos de Casas Timorenses y un Rito de Consagración",  Ruy Cinatti nos descubre el significado de la palabra "murak" del seudónimo del poeta Dadolin Murak: "No podemos dejar de recordar, especialmente en relación con las últimas partes del poema recitado en la edificación de una casa, ciertos pasajes de las epopeyas homéricas. De hecho, la transposición de objetos (los utilizados en el proceso de construcción de la casa) al plano maravilloso, un reflejo solar que surge de las herramientas y del material de construcción, la identificación con el oro —símbolo de nobleza— evoca aspectos similares de la Ilíada y la Odisea.

El poeta, señor de la palabra, circula como sangre en las venas de la sociedad, y tiene, como la sangre, la capacidad de abrir lo que se llaman líneas de comunicación entre lo sagrado y lo secular, siendo este el medio más destacado de fertilidad y vida infundidas del antes al después. Dadolin Murak publicó dos libros: la Antología poética "Se mak feto ba o: Quién es esta mujer para ti" y "Lilin Referéndum: La vela del referéndum", historia de una familia que no consigue la justicia pretendida para sus muertos "Hemos fallado al tratar de reunir sus huesos / Hemos fracasado tratando de acompañar a sus almas / Porque nuestra voz estuvo muda".

Dadolin Murak mora en Dili, pero en memoria de los años de intenso compañerismo de lucha y solidaridad vividos en Indonesia, publicó en bahasa indonesio, el año 2017, su poema General Suharto, Jendral, de amplia difusión en Indonesia. Supuso el poema todo un desafió al General Suharto, entonces comandante del golpe contra Sukarno, por las matanzas y por el posterior falseamiento de los hechos históricos. Dadolin Murak dedicó este poema a las víctimas de 1965, miles de ellas relacionadas con el PKI (Partido Comunista de Indonesia).

 

Dadolin Murak
Carta al coronavirus

Hola, Coronavirus, veo que estás trabajando arduamente en Wuhan, Italia e Indonesia y que ahora has llegado a mi amada tierra, Timor-Leste. Esta no es una carta amistosa. Eres tú como las negras nubes de tormenta que nos impiden ver la Luna, eres como esas mareas salvajes que nos impiden alcanzar la seguridad de la playa y amenazan con lanzarnos a los abismos de las profundidades. Te escribo con angustia y rabia, con tristeza y lágrimas. Anoche, antes de acostarme, salí al jardín, y mirando las estrellas pregunté: "¿qué sabéis sobre el coronavirus?
         Al no tener respuesta, permanecieron calladas. No obstante, vieron que nadie se reunía bajo ellas, que nadie cantaba o hablaba con los amigos como de costumbre, y las estrellas se entristecieron. Incluso el kakuk que se posa en las ramas del samatuku tenía un aire sombrío. Entré en casa, pero no pude conciliar el sueño. Antes del amanecer me levanté de nuevo y esperé en la oscuridad la salida del sol para dirigirme a él: "Sol, susurré, ¿qué sabes sobre este coronavirus? ¿Puedes ayudarnos?" El sol apareció silencioso en el cielo, pero no dijo nada. Quedé en el jardín hasta que vino una mariposa posándose en una rosa. Agitó sus alas y me miró como si dijese: "Cálmate, recuerda que el mundo es bello, los vientos fríos todavía soplan, las olas seguirán batiendo en la playa y los gallos continuarán su canto al alba". Ya era de día. Qué grata fue para mí la aparición de la mariposa, pues su mensaje parecía una oración dirigida a la naturaleza.
         Corona, te digo esto para que conozcas lo difícil que nos estás poniendo las cosas. Creo que ves la desgracia que causas en todo el mundo, con las personas llorando a sus muertos. En China, en Italia, en docenas de otros países. La misma estructura de nuestras sociedades ha sido sacudida desde que llegaste, incluso la maquinaria del capitalismo. Los ricos que escondieron sus miles de millones de miles de millones perdieron el sueño mientras observaban desvanecerse su fortuna por momentos. Quizá haya una lección en algunos de los daños que causaste en el mundo.
         ¿De dónde vienes? ¿Por qué apareciste ahora? ¿Estás tratando de decirnos algo? Permanezco despierto noches enteras pensando en la destrucción que originas: los ancianos jadeando como si les pusieras un pie en el pecho, las ciudades vacías y las personas atemorizadas. Y pienso: tal vez eres el castigo de la naturaleza, una manera suya de decirnos que hemos ido demasiado lejos. Es cierto, cuando los coches y camiones se detengan, el cielo volverá a estar límpido. Y cuando las fábricas cierren, dejarán de soltar los productos nocivos que están cambiando nuestro clima. Quizás debiéramos pedirte perdón por los líderes políticos que nunca creyeron en el cambio climático o, peor aún, sabiendo lo que sucedía, se negaron a actuar por miedo a perder su elevada posición. Entonces, te pregunto Corona virus si esto es lo que quieres, porque tal vez podamos llegar a un acuerdo: cesa en tu ataque y trataremos de detener la destrucción de nuestro planeta. Es posible que desees ver las aguas llenas de vida nuevamente, y que los delfines regresen a Venecia. De acuerdo. Entonces deja de matar a nuestros amigos italianos y podremos hablar. O tal vez quieras probar la solidaridad que los seres humanos tenemos unos con otros. Si nos dejas vivir, tal vez podamos obrar en consecuencia. Observa a la gente en sus balcones cantando unos a otros en Europa. ¿Ves los equipos médicos de China y Cuba que viajaron allí para ayudar a los enfermos? Esta es ciertamente una señal de que no todo está perdido. Otros, sin embargo, lo ven como una oportunidad para promover su propia agenda egoísta. ¿Quizás quieras enviar un mensaje a los fascistas, cleptócratas y defensores de la guerra en el mundo? Eso es comprensible, pero si es así, ¿no podrías simplemente acabar con Trump, Bolsonaro y otros parecidos?
         Corona, sabes lo frágiles que somos como especie, cuán individualistas podemos llegar a ser y que, probablemente, cerremos los ojos a los problemas de los demás en tiempos difíciles. Incluso ahora, algunos corren a las tiendas para comprar en exceso bienes esenciales como si los demás no los necesitaran, y los hay que aprovechan la desesperación general para aumentar los precios de los bienes esenciales. Los hay que no aceptan la cuarentena sin protestar. Somos débiles, pero déjanos serlo. Somos conscientes de que, acaso por nuestra codicia, nuestra ambición política, o nuestra tendencia a matarnos, tú, Coronavirus, y tus desagradables amigos comenzásteis a atacarnos. También somos conscientes de cómo nuestras vidas están llenas de "falsa conciencia", de estar demasiado involucrados con nuestros propios pensamientos, y al hacerlo perdemos de vista lo que importa: nuestro planeta. Por lo tanto, corremos el riesgo de convertirnos en meros depredadores unos de otros y del mundo en el que vivimos.
         Corona, apareciste entre nosotros, en nuestra nación, la República Democrática de Timor-Leste, una nación joven, pobre y frágil. Sabes muy bien que desde la independencia no hemos logrado construir un sistema de salud efectivo, y que muchos han muerto esperando uno. Debe saber que, aunque tenemos riqueza, la desperdiciamos en proyectos de infraestructura que no dan beneficios directos a nuestra gente. Sabes que, aunque hemos logrado nuestra libertad, nuestros líderes han pasado mucho tiempo discutiendo sobre el ego y el poder. Y, sabiendo eso, todavía deseas que nosotros también caigamos muertos como todas esas personas en Wuhan e Italia. Ah! por favor, Corona virus, te lo suplicamos porque ya hemos sufrido lo suficiente. Queremos que nuestros cielos estén libres de humo y polvo urbano nuevamente, queremos reunirnos en paz a la luz de las estrellas y la luna, queremos ver delfines jugando en las aguas cristalinas del mar y pájaros salvajes saltando de rama en rama, cantando canciones a una nueva vida. Queremos redescubrir nuestra solidaridad mutua, queremos formar parte de la propia vida. Estamos intentando mejorar. Por favor, déjanos solos. Adiós.

Traducción de Cesáreo Gutiérrez Cortés

Joana Ruas nació en 1945 en Quinta do Pinheiro, Freches (Portugal). Poeta, traductora, ensayista, narradora.  Autora de múltiples libros. Durante varios años residía en Timor Oriental.  Como traductora y periodista ha colaborado con varios periódicos y revistas de distintos países.