Dos Poemas:
Giselle Selene Vargas Benítez

Donde yo temblaba

Los signos de mi cuerpo
ya no significan.
El carmesí vertido de mi tragedia
no finge
nace, respira
palpita en la loza.
Ni las vísceras abiertas
al borde de la intemperie
el vómito seco
custodiando la frontera de la boca
las píldoras rotas
estas manos erosionadas
o sus dedos rígidos
aferrados al cuaderno exhausto
toleran el peso de otro verso.
Ni el estómago saciado de uñas
o estos ojos entreabiertos.
Que ya no tiemblan ante la luz
son tan grotescos como el dolor
de mi órgano más inquieto.
Pero no son la mancha
que me robó la niñez
cuando aún jugaba con la luz
ni el golpe
que sangró hacia adentro
o la culpa que creció
como animal dormido
bajo mi lápiz.
No son el silencio que tejió mi obediencia
hasta encadenar mi lengua
ni las noches
en que minuciosa
me demolía con ternura
y al alba me reconstruía
con los mismos escombros.
Todo para fingir
que el lunes era lunes
nada más.
Ahórrense las lágrimas
las miradas.
Vayan con su morbo
al rincón preciso
donde me vieron romperme
y callaron.
Váyanse con mi cuerpo abierto
cuando debieron irse
con lo que aún me habitaba.
Porque la del envase
no es la imagen más trillada.
Debieron inclinarse a mi borde
rozar la hondura donde yo temblaba
así lo indecible
no sería sorpresa
y entenderían que esta quietud
no es paz
es claudicar con elegancia.
Y llorarían por la llama
que ya no escribe
la voz extinguida
el poema intacto
que nunca rozó la vida
por el lugar donde hoy
descansará mi palabra.

**

Espada

Yo soy lo que serás
y si algo se deshace en mí
tú te fragmentas.
Nos gustamos así:
con la piel abierta al polvo
la fractura aun palpitando
como destino sin piedad.
Ve y camina
hacia la noche sin lámparas
deja que el eclipse te reclame
que la furia tenga cuerpo
y el cuerpo su memoria.
Ve donde la voz se esconde
se fracturan las niñas
que aprendieron a callar
te aprieta el mundo
como puño cerrado en tu pecho
y te brotan hematomas
como flores negras.
Ve y aprende el arte de morir
un poco cada noche
como quien reza sin fe
pero con hambre.
Ve y no me mires
con esas ojeras que desnudan el silencio
porque hasta el mutismo estremece
cuando roza lo indecible.
Aún no lo sabrás
pero es el fuego
quien nos templa en filo.
Estamos hechas de marcas
cortes mudos
cicatrices que saben hablar.
Es en ese filo
donde se posan las valientes
y la blandura sobrevive
bajo armaduras que no mienten.
En su reflejo me sé viva:
vertical
erguida
con templanza entre las llamas.

Así que ve
y no te quiebres distinta
que aún me gusta ser ternura
aunque la vida
nos haya vuelto espada.

Giselle Selene Vargas Benítez, esta poeta colombiana que desde la infancia encontró en la escritura un refugio ante el silencio impuesto. Enfermera de profesión y madre soltera, hace cuatro años dejó su ciudad natal, Buenaventura, para residir en Cali e incursionar en el desarrollo de software, llevando consigo notas dispersas de versos. Espada, su poemario en construcción de 30 poemas que representa cada año de su existencia, nace de ese proceso de reconstrucción personal, espera pronto poder publicar en su país.
Una intensidad templada es lo que nos presenta Giselle Selene, poemas donde parece asomarse en ella misma como quien ve el abismo inmenso y no sufre de vértigo. Como ella misma escribe “con templanza entre las llamas”. Poemas que no muestran la desgarradura porque ya están cicatrizadas las heridas. Versos que son escritos desde un infierno de llamas frías. Flamas que tiemblan y arden sosegadas. Poemas que semejan un río caudaloso, donde sus rápidos transitan para revolcar al lector entres sus versos vehementes, la intimidad que comparten estos poemas es de una cierta lejanía estrecha. Giselle Selene parece seguir el viejo consejo de que el poema no debe de ser escrito en el instante en que suceden las cosas sino darle el tiempo para que la emoción madure y el pensamiento estructure su mejor forma de expresión. Esperamos que Giselle continúe hilando palabras desde esa intimidad y silencio que lo hace, y nos siga regalando poesía desde la valentía que trae la hoguera de sus palabras.