Llegué a los 19 años, a lo que era para mi , en ese momento, la tierra prometida. Previo al viaje viví un proceso de aprendizaje en la estructura de un sector político del movimiento sionista. Un poco de aparente historia y cultura judía, a lo largo de dos años, incluida una especie de acondicionamiento laboral rural, en instalaciones con terreno , agrícola, situado en la provincia de Santas Fe. Era un aprendizaje previo al viaje a Israel, y la entrada a formar parte de la vida de lo agrícola colectivo, en un kibutz. En las charlas no pudieron faltar la idealización colonial, la realización del gran milagro de convertir el desierto en terreno fértil . Era una versión en la que no existía para nada la sociedad palestina, las innumerables aldeas, los sembradíos, los naranjales, las ciudades y las familias, las escuelas, las mezquitas, los trabajadores en las industrias, en la burocracias estatal. Eran setecientas mil personas. Todas eran inexistentes. Era el cuento de una tierra sin pueblo para un pueblo sin tierra. En ese momento creí en la versión oficial judía. El trabajo diario era de una dinámica constante, despertar a las siete de la mañana, se iniciaban las labores por dos horas,primera pausa, para desayunar en el comedor colectivo, verduras frescas frutas, yogurt, huevos como se quisieran. Pan en cantidad, café o te. Y de regreso a las labores, hasta la una de la tarde, de vuelta al comedor y a disfrutar de los guisados. A las cinco de la tarde terminaba el tiempo laboral. Y una buena y refrescante ducha Y así día tras idea , con mitad del viernes y el sábado como descanso. Se cosechaban sandías y melones. Limones con todo y sus espínas, recoger las papas en grandes bolsas, pasar por el gallinero enjaulado, de un centenar de ponedoras. De fin de semana había funciones de cine o salidas a la ciudad para ir al teatro o de compra en los centros comerciales en Hedera. Tomando el autobús en dirección a esa ciudad, la ruta pasaba por una aldea árabe, donde era posible observar calles no asfaltadas, barrizales en época de lluvia. carentes de electricidad y con presencia de basura sin recolectar. A mis 19 años me hice la pregunta: ¿ cómo era factible que a distancia tan corta del kibutz donde vivía ,con todas las condiciones de comodidad dadas, esa situación era posible.El por qué fui a buscarlo fuera de mi comunidad, en otra ciudad, Netania, donde encontré un local del partido comunista. Ahí inició de cierta forma, el proceso de reconocer la existencia de la comunidad árabe en Israel. Comencé a viajar una vez por semana a reuniones de formación política, en la que se me informaba de la política discriminatoria tanto en leyes como en acciones hacia la población árabe. Y digo árabe pues todavía no se ha cia conciencia sobre la real existencia del palestino. La postura oficial de los comunistas era la de la aceptación absoluta de la creación del Estado de Israel, y sólo se criticaba las acciones discriminatoria, pero no tenían una postura contraria al carácter colonial de Israel. Seguían sin duda alguna la política de la URSS, era un partido absolutamente estalinista. Pasaron tres meses de participación en esas charlas y encuentros. Un día me llama a reunión una comisión del kibutz, donde se me presenta un ultimátum, que era el de dejar de asistir a reuniones en el partido comunista o sería expulsado del kibutz. Obviamente decidí irme de ese lugar, pero lo interesante era la existencia de acciones de vigilancia policiaca. Era una comunidad que solo aceptaba una forma de pensar y actuar.
Mi relación con los compañeros comunistas me dio el contacto con miembros del único kibutz perteneciente al partido comunista. Yad Jana. Fui admitido y realicé mi mudanza sin problema alguno. Ahí hice amistad con dos muchachos de mi edad, Shlomo Sand (el hoy reconocido historiador antisionista) e Israel Weinberg. HIcimos un trío crítico .Entre discusiones políticas álgidas no faltaron momentos lúdicos, como estar frente al mar y fumar placenteramente un poco de hashish, Participamos en reuniones y discusiones sumamente ardientes.En ese momento se polemizaba al interior del PC la postura de dos posiciones o corrientes , una claramente pro judía, y la otra con una mayor tendencia pro árabe. Obviamente en un acto de clara salud política me adherí, junto con los dos restantes, a la facción pro árabe, dirigida por Meir Vilner. La polémica fue muy dura, la mayoría de los miembros del kibutz formaban parte de la postura nacionalista judía, lo cual daba la sensación dificultosa de seguir en ese lugar. Los tres nos fuimos rumbo a Tel Aviv. Mis primeros días de hospedaje fueron en un largo cobertizo, con una veintena de camas, donde dormían los trabajadores palestinos, que venían de sus pueblos, a trabajar básicamente en la construcción. Conseguí laborar en la construcción un cierto tiempo, hasta que conseguí trabajo en la realización de escenografía para peliculas . Terminado ese trabajo me dediqué a asfaltar techos de viviendas por un buen tiempo. Junto con los dos mosqueteros restantes, nos acercamos a un grupo político, Matzpen, más radical en su postura anticolonial y de denuncia del sionismo. La ruptura con el PC se dio en el momento de la invasión a Checoslovaquia por el ejercito soviético, hecho apoyado por la dirección comunista. Ese acercamiento fue en la sede semi oficial, que era un café, situado en la zona céntrica de Tel Aviv, el encuentro fue con Haim Anegbi, y otros activistas, que presentaban posturas contrarias al estalinismo, desde guevaristas, algo de maoístas y básicamente troskistas. Se abrió la puerta crítica conceptual e histórica del sionismo, como movimiento colonial europeo, lo que nos permitió realizar un profundo análisis del mismo, fue Yabra Nicola, un socialista palestino de muchos años de activismo y militancia el que nos instruyo sobre el carácter, reitero, colonial.. Hubo no pocas reuniones de análisis sobre el colonialismo y el papel antiárabe y pro imperialista del estado sionista. Se da la violenta guerra denominada de los seis días, con la ocupación de Jerusalén oriental, el territorio cisjordano, la meseta del Golán, en Siria y Gaza.Fue la realización de la segunda tragedia de los palestinos, después de la de 1948, con la expulsión de cientos de miles de palestinos. Desde la primera semana posterior al término formal de la guerra , Matzpen se expresó de forma pública contra la conquista , ocupación y anexión de territorios. En el documento , publicado en hebreo y árabe, en junio de 1967, entre puntos diferentes se expresó lo siguiente: “ El Estado de Israel representa el resultado de la colonización de Palestina por parte del movimiento sionista, a cuenta del pueblo árabe, bajo el amparo del imperialismo. En su forma actual, sionista, el Estado de Israel representa también un instrumento para la continuidad de la “empresa sionista.
El mundo árabe no puede aceptar el hecho de que en talcercanía exista un Estado Sionista, cuyo objetivo explícito no es el de servir a su propia población , sino la de ser punta de lanza, instrumento político y destino para la inmigración de todos los judíos del mundo. El carácter sionista de Israel es contrario a los verdaderos intereses de las masas israelíes, porque significa la dependencia perpetua del país de factores extranjeros. Ppr lo tanto, estamos convencidos de que la solución del problema exige la desionización de Israel…En especial, se abolirá la “Ley del Retorno” que otorga a todos los judíos del mundo el derecho absoluto y automático a inmigrar a Israel y hacerse ciudadanos. Toda solicitud de inmigración se decidirá separadamente y en particular, sin ningún tipo de discriminación racial o religiosa.
El problema de los refugiados árabes palestinos representa la parte más dolorosa del conflicto Israel-árabe. Por lo tanto, nosotros sostenemos que es indispensable posibilitar a todo refugiado que así lo desee, regresar a Israel y recibir plena restauración económica y social…
Asimismo, es necesario abolir todas las leyes y reglamentos dirigidos a la discriminación de la población palestina en Israel, y a la confiscación de sus tierras.
Esta postura se hizo publica a través de una amplia difusión.
Al mes realizamos la parada frente al Parlamento. Y continuamos la campaña de denuncia de lo que estaba sucediendo, en contra de un sentir manipulado por los medios y el gobierno, a favor de las anexiones. Fuimos la expresión pública más rotunda contra el ambiente xenófobo y anti árabe. Asimismo, Matzpen tuvo un proceso de diálogo público con una organización política palestina, que fue el Frente Democrático de Liberación de Palestina, dirigido por Nayef Hawatme.Fue un hecho sumamente importante en la vida política.Se rompió el boycot político que el gobierno sionista realizaba hacia las organizaciones políticas palestinas. Se dio en ese momento de la historia otro hecho interesante: realizamos una serie de pintas en Tel Aviv y Jerusalén que se expresaban con la consigna No a la ocupación y junto a esta se veía un símbolo que era un círculo y una flecha dirigida a la izquierda. Nos llegaron informes que en diferentes ciudades comenzaba a verse esa consigna y el símbolo y la flecha y nadie de los miembros de Matzpen había realizado esas pintas. Para nuestro asombro, la sociedad se estaba expresando. Fue un momento irrepetible en la sociedad israelí.
El hoy social es que la enorme mayoría de la población judía tiene una postura abiertamente antipalestina, no importa la matanza diaria de mujeres y niños, importa la simple y brutal mirada tribal. Lo que importa son los secuestrados judíos , Lamentablemente puedo hoy expresar que existe una triste y brutal analogía: el levantamiento del gueto de Varsovia y su aniquilación total por el ejército alemán y las acciones del ejercito israelí, de destrucción y matanza en Gaza.
Deseo firmemente la desionización de Israel, y la posibilidad histórica de la conformación de un Estado democrático, de sus ciudadanos, tanto judíos como palestinos.
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