un árbol sin raíces le regalaron a la poeta
sin pájaros
ni viento
ni sombra
ella no lo plantó
ni le echó lluvia
pero lo escribió
ahora sobre el mundo hay un poema
con raíces y pájaros
y sombra
y viento
también para alguien
hay su flor y su fruto
Cuando saliendo de niño empecé a trabajar de albañil
hice familia con algunos pájaros
y vi en el primer ladrillo una rodaja de pan
todo me sorprendía entonces
(multiplicar lombrices
conocer la ternura del cemento para quitar la intemperie de los amigos
y aprender a elegir dónde van algunas sombras)
desde allá
se ha gastado un poco la luz
pero todavía conservo el instinto del tejedor de cunas
y ese niño debajo de la corteza que se sigue emocionando
cuando ve florecer las cabezas de los cortafierros
a fuerza de darle mazazos
otra vez la sed que me arrastra
el vino hará una ciudad en mi boca
será mi lengua una calle de faroles tenues
por la que pasarás
y más otra noche
no podré alcanzarte
te tragaré
por si hubiera en la orilla de mi garganta un puente
para evitar la madrugada
Arrodillada sobre la tierra
la poeta no reza
escarba
no hunde semillas de paraísos amasando sombras para mañana
para los colibríes y las abejas ni de glicinas siembra
sólo entierra invisibles e indescifrables granos de silencio
bajo las por venir lluvias de octubre
para ver brotar las palabras
que comerá a medianoche
ablandando con vino tierno entre sus dientes
y su poema
Pablo Agustín Sechi nacido en San Pedro, Argentina, (1968) es un poeta en el sentido completo de la palabra y albañil por vocación, entonces, trabaja las palabras como talla la madera, con el cuidado que corresponde al que sabe hacer el oficio. Sus poemas poseen la profundidad de la sencillez y la ternura. Esa atención del niño para observar por primera vez el mundo que lo rodea. El poeta se muestra casi indefenso o vulnerable ante esta vida que le acecha desde la oscuridad de la realidad. En sus palabras hay una luz inocente para alumbrar el nacimiento de las cosas buenas y perdurables.
Esta selección que nos envía Pablo Agustín son poemas sin título y sin ningún tipo de signos de puntuación, logran que desde lo visual unos versos limpios. Arrancan desde el primer verso como el caudal de un río al desbordar su cauce. Pablo en el primer poema se refiere a la poesía y sobre la vida. En él, las palabras, pero sobre todo aquello que se encuentra en la sensibilidad de quien cobija o acoge, dan cuerpo, sustancia, a la carencia o a lo que se encuentra deshabitado. Poesía mística en el sentido de humildad de quien la escribe, de quien conoce la claridad y la comparte.
Al leer los poemas de Pablo Agustín puede el lector imaginarse en los primeros días de un paraíso. Cuatro poemas que en su integridad parecen ser uno solo. Su tema es la creación de un mundo y de la poesía. El personaje femenino que los recorre es una mujer activa cuyas acciones o vocablos producen, hacen aparecer, lo hasta entonces invisible. Quien lee parece estar ante la presencia del milagro. Y aún en el dolor nocturno de la ausencia hay un consuelo que se tiende como un puente hacia la otra orilla del mundo donde se encuentra la sabiduría de la quietud, en la calma del silencio. Ahí, el poeta, al alzar su voz, se transfigura y aparece niño de nueva cuenta. Para terminar queremos decir; que un poeta camina por el mundo con la seguridad y la fuerza de sus palabras, y esperamos que las letras sigan habitando sus días.