¿Cuándo se manifestará Dios, oh Gabriel?
poema de Firas Haj Mohammad

¿Cuándo se manifestará Dios, oh Gabriel?
En la frontera entre una coma y un vacío
brota el significado oculto en el sótano,
se levanta sobre dos piernas,
la gente recuerda la arena del camino,
no cuentan la vida, ni los pasos.
La lógica ha perdido su noble capacidad de explicar lo que sucede,
las extremidades y bocas se fundieron en el incendio,
¡y la razón ha muerto!
Están furiosos…
no miran el entorno, la pared, el embalsamado, lo extendido,
no hay olas, ni comida, ni un sorbo de agua.
Los muertos perdieron el calor de las oraciones,
la pureza de la tela blanca,
el ritual de la ablución seca en la tierra empapada de sangre.
Perdieron el cielo despejado, las nubes y las lunas,
y el placer de la larga noche,
perdieron el llanto colectivo de las plañideras.
“Las personas” son diferentes a cualquier otro pueblo;
mueren muchas veces sin despedida, sin oración ni funeral,
sin casa de duelo,
ni siquiera un elogio digno de un joven fallecido en su mejor edad.

[2] Entre una coma en la frontera
y un vacío en los detalles,
la arena se esparce, miles de “pies” se hunden.
El viento no borra nada del dolor.
Nada lleva el momento de la muerte salvo el cuerpo cargado de polvo.
Ese momento es la magia de la civilización en el país del sur,
el flanco del mar,
blando como los ojos de quienes temen la “locura”.
No llega de repente, ni está prevista.
Es –simplemente– esperada,
viene sin un ángel encargado de una tarea natural como todos los humanos.
Los ángeles cambiaron su ritual,
ya no extraen el alma.
Hay una máquina salvaje que aplasta el secreto divino,
cuece la carne.
Los muertos se cocinan antes de que el segundo dé su segunda vuelta.
Nada detiene a “eso que no tiene

[3] Nada nos concierne, ni siquiera el vacío.
¿Dónde están los dioses civilizados?
¿Dónde los profetas?
¿Dónde los revolucionarios?
¿Dónde los existencialistas, los ateos, los creyentes?
¿Dónde los poetas, los novelistas?
¿Dónde los políticos, los ricos?
¿Dónde los trabajadores?
¿Dónde la copa?
¿Dónde el hacha?
¿Dónde la impureza?
¿Dónde la pureza?
Solo hay dos envidiosos: una bailarina y una botella de vino,
y tú, esperando al ángel de la muerte…

[4] Y aquí hay otras pérdidas… sentado, cuento algunas pérdidas,
reviso mi cuaderno y busco un espacio en blanco para escribir la agenda del día.
Aún quedan dos días antes de entrar a otro final.
Veo lo que pueda ver, un sueño traicionero y duro,
con miedo dentro de él,
mi voz se ahoga en la suya, se empapa del sudor que escurre sobre mi corazón.
¿Qué le pasó a la larga noche?
Nuestros colores se volvieron amarillos,
y el tiempo se ahoga en un túnel.
¡Oh Dios! Purifica este corazón,
¡para que pueda resistir la espera!

Traducción de Fatma Nazzal

Firas Haj Mohammad (Palestina, 1973). Es un poeta y crítico palestino, además de supervisor educativo y académico. Se ha destacado por fusionar la escritura creativa con la crítica cultural, abordando en su producción temas de identidad, sensibilidad artística y la imagen en la experiencia palestina. Su obra literaria abarca la poesía, el cuento y el ensayo, dejando una huella notable a través de numerosas publicaciones y participaciones literarias en Palestina y el mundo árabe.

Su estilo se caracteriza por una notable diversidad: escribe poesía libre y métrica, y como crítico, aborda la literatura desde una perspectiva cultural profunda, enfocándose en temas como la identidad, la mujer, el yo y la resistencia palestina. En su escritura resuena una voz filosófica reflexiva y una marcada sensibilidad humana.

 

 

متى سيتجلى الله يا جبريل

على الحدود ما بين فاصلةٍ وفراغ
ينبت المعنى المغيّب في السرداب
يقوم على قائمتين
يتذكّر الناس رمل الطريق
لا يعدّون عُمْراً، ولا خطواتْ
فقد المنطق قدرته الجليلة كي يعلّل ما يكونْ
الأطرافُ والأفواهُ ذابت في الحريقْ
والعقلُ ماتْ!
غاضبون…
لا ينظرون إلى المحيطِ، الحائطِ، المحنّط، الممتدّ
لا موج فيه، ولا طعام، ولا شربة ماء!
خسر الأموات دفء الصلواتْ
نقاءَ القطعة البيضاء
طقس التيمّم في الصعيد المرنّخ بالدمْ
خسروا السماء الصافيةَ، السحب والأقمارْ
ولذة الليل الطويلْ
خسروا اجتماع النائحاتْ
“الناس” يختلفون عن كلّ أناسٍ غيرهم؛
يموتون كثيراً بلا وداع وصلاة وجنازةْ
ولا بيت عزاء!
ولا حتى رثاء يليق بميّتٍ عزّ الشباب بعمره

[۲] بين فاصلة على الحدود
وفراغ في التفاصيل
يسوح الرملُ، تغرق آلاف “القدمين”
لا تمحو الريح شيئاً من ألمْ
لا شيء يحمل لحظة الموتِ سوى الجسد المفخّخ بالغبار
هذي اللحظة سحر الحضارة في بلد الجنوبِ، خاصرة البحرِ
رخوة مثل عيون الخائفين من “الجنون”
لا تأتي فجأة، وليست على ميعاد
إنها- فقط- مرتقبة
آتية ليست مع ملاك مكلّف بأداء مهمّة طبيعيّةٍ ككلّ الناسْ
غيّر الملائكُ طقسهم
لا ينزعون الروح
ثمّة آلة هوجاء تفعس السرّ الإلهيّ
تُنْضِجُ اللحم
يستوي الأموات قبل اكتمال الثانية دورتها الثانية
لا شيء يوقف هذا “الذي لا يسمى” إلا الله
معجزةٌ ساطعة

[۴] لا شيء معنيّ بنا حتّى الفراغ
أين الآلهةُ الحضاريّون؟
أينَ الأنبياءُ؟
أين الثّائرونْ؟
أين الوجوديّونَ، الملحدونَ، المتديّنون؟
أين الشّعراءُ، الروائيّون؟
أين السّياسيّونَ، أهلُ المالِ؟
أين الكادحون؟
أين الكأسُ؟
أين الفأسُ؟
أين الرّجسُ؟
أين الطّهرْ؟
لا حاسدٌ إلّا اثنتان؛ رقّاصة وزجاجة خمرْ
وانتظارك ملكَ الموت…

[۴] وهنا خسائرُ أخرى، جالسٌ أحصي خسائرَ ما؛ أقلّب دفتري، وأبحث عن مساحةٍ بيضاءَ أكتب فيها جدول الأعمال هذا اليومْ.
ما زال هنا يومانِ من قبلِ الدّخول إلى نهاية أخرى، أرى ما قد أرى، حلماً خؤوناً قاسياً، الخوفُ فيهِ، وصوتي غارقٌ في
صوتهِ، يبتلّ بالعرق المسيل على فؤادي، ماذا دهى اللّيل الطّويل؟
ألواننا صفراء صارتْ، والوقت يغرق في نَفَقْ
مَحِّصِ اللّهمَّ هذا القلبْ
ليستطيع الانتظارْ!