¿Cómo explicaré tu mucha muerte, Salim*?
No eres un poema en verso ni un problema matemático en un programa escolar, ni un clima inestable causado por un cambio repentino de estación.
Eres familia, amigo mío, ¿cómo se explica la muerte de las familias, Dios mío?
No tengo —juro por Dios— el lujo de esa explicación: decir algo sobre ti y sobre Salwa, Mustafa, Layla, Lama y Jumana.
Espera, espera, ¿dije “¡Jumana!”?
Dios mío…
¡Jumana, Jumana, Jumana, Jumana!
Bien, empezaré con Jumana. Jumana, que durante veintidós años ha sido lluvia, pájaros en el idioma, rosas de deseos, y un río de chocolate;
Jumana que es de su padre, de Gaza, de Palestina…
Hace quince años, en Ramala, al margen de una feria del libro, estaba sentado con Salim —o para ser realista: estaba sentado en la voz de Salim—, mientras hablaba de su hija Jumana.
Su voz era tan amplia, entusiasta y viva que podía sentarme en ella como en un sofá,
y tú podías sentarte en la voz de un amigo que habla con pasión sobre su hija de siete años,
eso significa que estás sentado en el ojo del tiempo:
“- ¿Sabes, Ziad, que Jumana es una genio en dibujo? Ella levanta el mar y lo convierte en cielo, y deja caer el cielo para que se convierta en mar.
¿Puedes imaginar la escena, Ziad? Esa escena es invento de mi hija Jumana.
Jumana es mi vida, Ziad… mi vida, mi vida.
¿Sabes qué dice la profesora de lengua árabe sobre Jumana, amigo mío?
Dice que las hijas de los poetas son poemas, y que está orgullosa de enseñar un poema de los poemas de Gaza.
¿Sabes qué le gusta a Jumana, amigo mío?
Le gusta Dios, Gaza, la lluvia, los minaretes de su escuela Umm Ayoub, Mahmoud Darwish, su amiga Nasreen, los barcos, los libros de su padre y el chocolate…
¿Sabes con qué sueña Jumana, amigo mío?
Sueña con ser un genio que guía a los pescadores pobres de Gaza a los lugares donde hay mucho pescado,
conoce a los pescadores pobres uno a uno,
los distingue por sus suspiros, sus toses, sus pasos, sus sombras, sus voces,
sus barcas delgadas, su sueño, su miedo, su cansancio y sus bocas con pocos dientes…”
Hace quince años, en la feria del libro en Ramala, me senté con Salim Naffar:
Salim era una montaña enorme de fuego y una gran masa de algodón.
Cada vez que Salim escribía un poema, se incendiaba en nosotros y en él un fuego,
surgía una pregunta, y brillaban los ojos de un niño.
Le llamé “poeta de la infancia y los incendios”,
porque mantenía un equilibrio genial entre la montaña de fuego dentro de él y la gran masa de algodón…
Salim dejará Ramala para regresar a su casa en Gaza,
cargado con barras de chocolate para Jumana,
un regalo de su “tío Zozo”, como ella me llama.
El chocolate llegará a Jumana,
me llamará con su voz que se parece a la voz de Gaza.
No me pregunten por la voz de Gaza; ya les dije que no puedo explicarlo…
Las barras de chocolate continuarán sus viajes anuales con cada feria del libro que se realice en Ramala a través del corazón de Salim,
y el corazón del “tío Zozo” seguirá contento porque una niña de Gaza se alegra allá,
porque los pescadores pobres se alegrarán allá,
porque las hijas de los pescadores se alegrarán allá.
Jumana crecerá cada año,
pero el chocolate no crecerá,
seguirá siendo la niña amiga de Jumana,
con sabor fijo,
lista para derretirse felizmente en el corazón de la más hermosa de las niñas de Gaza…
El genio misterioso de Gaza seguirá cada año,
asomándose en el amanecer del sector desde su balcón hacia la playa,
guiando a los pescadores pobres con poco pescado y pocos dientes a los lugares con mucho pescado,
y una niña llamada “Mayar”, hija de su padre, el pescador pobre As’ad,
continuará contando la historia del cielo que llueve chocolate delicioso,
y la historia del mucho pescado que brilla de repente en la playa,
como si fuera una intervención divina misericordiosa o una suerte extraña…
Los viajes del chocolate de Ramala a Gaza nunca se detuvieron;
Jumana tiene ahora la edad de veintidós barras de chocolate.
En la última feria del libro, en el verano de 2023, en el hotel “Beauty Inn” —donde Salim se alojaba durante los días de la feria—,
me senté con él en su última noche antes de regresar al apocalipsis allá.
Seis horas de charla con Salim:
fumó medio millón de cigarrillos,
cambió su posición en la silla mil veces,
y me contó con detalle desgarrador la historia del martirio de su padre en el Líbano,
su voz se quebró miles de veces,
prometiendo —con el honor de la revista “Al-Karmel”,
donde la oficina de Mahmoud Darwish está justo frente en el edificio de la Fundación “Sakakini”—
que continuará la lucha con sus poemas hasta que la tierra regrese a su tierra.
Contó la historia de su cambio de una organización a otra
buscando “la verdad absoluta”, como dijo,
pero no encontró esa verdad ideal en ninguna organización;
golpeó miles de veces la pared mientras contaba esta historia,
hasta que finalmente encontró refugio en la organización que le presentó un amigo de su padre mártir,
diciendo: “Aquí están los mejores, así que quédate aquí y disfruta un pequeño calorcito, Salim”.
Al inicio de la guerra, llamé a Salim y Jumana diciéndoles:
“El chocolate llegará como cada año, así que no se preocupen”.
Escuché la risa del genio en una habitación contigua,
olí el humo del cigarrillo de Salim
y el aroma del kefteh con tahini,
la comida que Jumana adora.
Luego, de repente, escuché una explosión enorme cerca…
Una semana después, escuché sobre el bombardeo a un edificio residencial en el centro de Gaza,
y supe que Salim y toda su familia,
su hermano y toda su familia,
fueron enterrados bajo ese edificio…
Una semana después, encontré por casualidad en mi teléfono mensajes no leídos de Salim.
Desde su teléfono leí el último mensaje, el más importante:
“Querido Ziad, intentamos contactarte.
Jumana escribió un poema titulado ‘Chocolate y Pescadores’
y quiere leértelo por teléfono.”
Después de meses largos de la masacre en Gaza,
pienso en un niño y su padre
pálidos y tambaleantes
frente al edificio derrumbado de Salim,
parados sobre los restos,
extendiendo sus manos
buscando un poco de agua, migajas de pan
o restos de una lata de ful
que saltaron del balcón de una casa que ya es polvo.
— Papá, huelo chocolate.
— Sí, yo también, y es el mismo tipo de chocolate con que mis amigos pescadores y yo nos sorprendíamos en la orilla cuando pescábamos.
Traducción de Fatma Nazzal
Nota:
Salim al-Naffar fue un poeta palestino, nómada entre los puertos del exilio. Se estableció en Gaza, donde vivió y desarrolló su labor cultural en el Ministerio de Cultura. Fue asesinado el 7 de diciembre de 2023, junto a su esposa, sus hijas, su único hijo Mustafa, su hermana, su cuñado y sus sobrinos, en un bombardeo sobre su casa en el barrio Al-Nasr. Su viaje terminó sobre y bajo la tierra de Gaza.
Ziad Khaddash (Jerusalén, Palestina, 1964). Es un escritor palestino nacido en Jerusalén en 1964, originario del pueblo desplazado de Beit Nabala, y residente en Ramala. Es uno de los escritores más destacados del cuento corto en Palestina, habiendo publicado más de 12 colecciones, entre ellas: Llévame a mi muerte, Razones maravillosas para llorar, y La nariz de Layla Murad.
Se distingue por un estilo narrativo experimental y una profunda sensibilidad humana, integrando en su obra la realidad palestina con la fantasía y la reflexión. Khaddash es también formador en escritura creativa y enseña expresión creativa en escuelas e instituciones culturales, basándose en un método libre que alienta a los estudiantes a escribir fuera de los moldes tradicionales.
Recibió el Premio Palestina de Literatura en 2015, y algunas de sus obras han sido traducidas a varios idiomas. Ha participado en festivales literarios dentro y fuera de Palestina.
شوكلاتة وبحارة
كيف سأشرحُ موتَك الكثير يا سليم*؟ فأنت لستَ قصيدة عموديّة أو مسألة رياضية. في منهاجٍ مدرسي،، ولستَ طقساً مضطرباً سببه حَوَلٌ مفاجئٌ في الفصول، أنت عائلة يا صديق، كيف ُيشرح موتَ العائلات يا الله ؟؟
لا أمتلكُ – واللهِ – رفاهيةَ هذا الشرح: أن أقول شيئاً عنك وعن سلوى ومصطفى وليلى ولمى وجمانة، تمهل تمهل هل قلتُ «جُمانة!؟ يا الله…
جُمانة، جُمانة، جُمانة، جُمانة!
حسناً، سأبدأ من جُمانة. جُمانة التي من اثنين وعشرين عاماً من المطر، من عصافير في اللغة، ورد من الأمنيات، ومن نهرٍ من الشوكولاتة؛ جُمانة التي من أبيها، من غزّة، من فلسطين..
قبل خمسةَ عشرَ عاماً، وفي رام الله، على هامش معرض كتاب، كنتُ أجلس مع سليم – أو لأكن واقعياً: كنتُ أجلس في صوت سليم – وهو يحكي عن ابنته جُمانة.
كان صوته من الاتساع والحماسة والحيوية بحيث يمكن أن أجلس فيه متربعاً على أريكة، وأن تجلسَ في صوت صديقٍ يحكي بحرارةٍ عن ابنته ذاتِ السبعة أعوام، فهذا يعني أنك تجلسُ في عين الزمن:
“- هل تعرف يا زياد أن جُمانة عبقرية في الرسم؟ ترفع البحر ليصير سماءً، وتُسقط السماء لتصبح بحراً. هل تتخيّل المشهد يا زياد؟ هذا المشهدُ من اختراع ابنتي جُمانة. جُمانة حياتي يا زياد… حياتي، حياتي.
هل تعرف ماذا تقول معلّمةُ اللغة العربيّة عن جُمانة يا صديقي؟
تقول إن بنات الشعراء قصائد، وإنها فخورة لأنها تُعلّم قصيدة من قصائد غزّة.
هل تعرف ماذا تُحبّ جُمانة، يا صديقي؟
تُحبّ الله وغزة والمطرَ وآذنة مدرستها أم أيوب، ومحمود درويش، وصديقتها نسرين والقواربَ، وكُتب أبيها، والشوكولاتة..
هل تعرف بماذا تحلمُ جُمانة، يا صديقي؟ أن تصبح جِنّيّةً ترشدُ بحّارةَ غزّة الفقراءَ إلى بقع السمك الكثير، تحفظُ جُمانة أسماءَ البحّارة الفقراء، وتعرفهم شَهقةً شَهقة، وسُعالاً سُعالاً، وتميّزهم من خطواتهم وظلالهم وأصواتهم وقواربهم النحيلة، ونعاسهم وخوفهم وتعبهم وأفواههم قليلة الأسنان..”.
على هامشِ معرض كتابٍ قبل خمسةَ عشرَ عاماً في رام الله، جلستُ مع سليم النفّار: كان سليم جبلاً ضخماً من النار وكتلة عالية من القطن.
كلما كتب سليم قصيدة شَبَّ فينا وفيه حريق، نَهض سؤال، والتَمعت عينا طفل.
سمّيتُه «شاعر الطفولة والحرائق»، حافظ التوازن العبقريّ بين جبل النار داخله الضخم وكتلة القطن العالية..
سيغادر سليم رام الله عائداً إلى بيته في غزّة، مُحمَّلاً بقوالب شوكولاتة إلى جُمانة، هدية من «عمّها زوزو»، كما تُخاطبني.
ستصل الشوكولاتة إلى جُمانة، ستتصل بي وتشكرني بصوتها الذي يشبه صوت غزّة. ولا تسألوني عن صوت غزّة؛ قلتُ لكم إنني عاجز عن الشرح..
ستستمرُّ قوالب الشوكولاتة في رحلاتها السنويّة مع كلّ معرضِ كتابٍ يحدث في رام الله عبر قلب سليم سيستمرُّ قلبُ «عمّو زوزو» في الفرح، لأن طفلة من غزّة تفرح هناك، لأن بحارة فقراء سيفرحون هناك، ولأن بنات البحارة سيفرحن هناك، ستكبر جُمانة كلَّ عام، لكن الشوكولاتة لن تكبر، ستظلّ الطفلةَ الصديقةَ لجُمانة، ثابتةَ المذاق، كاملةَ الاستعداد للذوبان السعيد في قلب أجملِ طفلاتِ غزّة..
ستواصل جِنّيّةُ غزّة الغامضة – كلَّ عام – وهي تطلُّ في فجر القطاع من شرفتها على الشاطئ، إرشادَ بحّارة غزّة الفقراء قليلي السمك والأسنان، إلى مناطق السمك الكثير، وستواصل طفلةٌ اسمها «ميار»، ابنة والدها البحّار الفقير أسعد، رواية قصة السماء التي تمطر شوكولاتة لذيذة، وقصة السمك الكثير الذي يلمع فجأةً على الشاطئ في ما يشبه تدخّلاً إلهياً رحيماً أو حظاً غريباً..
لم تتوقّف رحلاتُ الشوكولاتة من رام الله إلى غزّة؛ صار عمرُ جُمانة اثنين وعشرين قالبَ شوكولاتة.
في معرض الكتاب الأخير، صيفَ 2023، وفي فندق «بيوتي إن» – حيث ينزل سليم طيلة أيام المعرض – جلستُ معه في آخرِ ليلةٍ له قبل أن يغادر إلى عصر الإبادة هناك. ستّ ساعاتٍ من الحديث مع سليم: دخّن فيها نصفَ مليون سيجارة، وغيّر جلسته على كرسيه ألفَ مرّة، وحكى لي بالتفصيل الذابح قصةَ استشهاد والده في لبنان، تحشرج صوتُه فيها آلاف المرّات، مُقسماً – بشرف مجلة «الكرمل»، حيث مكتب محمود درويش أمامه تماماً في مبنى مؤسسة «السكاكيني» – أن يواصل النضالَ بأشعاره إلى أن تعود البلادُ إلى بلادها.
وحكى قصةَ انتقاله من تنظيمٍ إلى آخر بحثاً عن «الصدق المُطبِق»، كما قال، لكنه لم يجدْ هذا الصدق المثالي في أي تنظيم؛ لكمَ سليم الحائطَ أثناء هذه الحكاية آلافَ اللكمات، فوجد نفسَه أخيراً في حِضن تنظيمٍ قاده إليه صديقٌ لوالده الشهيد، قائلاً هنا أفضلُ الموجودين، فكن هنا، وانعم بدفء صغير ما يا سليم)».
أولَ الحرب، اتصلتُ بسليم وجُمانة، قائلاً لهما: «ستصل الشوكولاتة كما كلّ عام، فلا تقلقا».
سمعتُ ضحكةَ الجِنّيّة من غرفةٍ مجاورة، وشممتُ دخانَ سيجارة سليم ورائحةَ الكفتة بالطحينيّة، الأكلة التي تعشقها جُمانة. ثم فجأةً سمعتُ انفجاراً ضخماً قريباً..
بعد أسبوع، سأسمع عن قتل لعمارةٍ سكنيةٍ وسط غزّة، وسأعرف أن سليم وعائلته كلها، وشقيقه وعائلته كلها، قد دُفِنوا تحت العمارة..
بعد أسبوع، سأجد بالصدفة في هاتفي رسائل غير مقروءة من سليم. من هاتفه سأقرأ الرسالةَ الأخيرة، وهي الأهمّ: «عزيزي زياد، نحاول الاتصال بك. جُمانة كتبت قصيدة عنوانها “شوكولاتة وبحّارة”، وهي تريد قراءتها لك على الهاتف».
بعد أشهر طويلة من قتل غزة أفكر في طفل ووالده يمران شاحبين مترنحين أمام عمارة سليم المنهارة، يقفان أمام البقايا يقتربان، يمدان أيديهما بحثاً عن كسرة ماء أو فتات خبز أو بقايا قاع علبة فول قفزت من شرفة بيت صار على الأرض.
• يابا شامم ريحة شوكولاتة.
• آه والله، وأنا كمان، وهي نفس نوع الشوكولاتة اللي كنا أنا وأصحابي الصيادين نتفاجأ فيها على الشط لما كنت أصيد سمك.
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“سليم النفار“ شاعر فلسطيني رحّال بين موانئ اللجوء، استقرّ به المقام في غزة، وارتبط بها، وعاش وبنى نشاطه الثقافي والوظيفي في وزارة الثقافة فيها.
استشهد سليم في 7 ديسمبر 2023 واستهدفت معه زوجته وبناته وابنه الوحيد مصطفى وأخته وزوجها وأولادها في غارة على بيتهم في حي النصر، مختتماً ترحاله على أرض غزة، وتحت ترابها.”
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زياد خداش كاتب فلسطيني من مواليد القدس عام 1964، ينحدر من قرية بيت نبالا المهجّرة، ويُقيم في رام الله. يُعد من أبرز كتّاب القصة القصيرة في فلسطين، حيث أصدر أكثر من 12 مجموعة قصصية، من أبرزها: خذيني إلى موتي، أسباب رائعة للبكاء، وأنف ليلى مراد.
يتميّز بأسلوب سردي تجريبي وحسّ إنساني عميق، يدمج فيه الواقع الفلسطيني بالخيال والتأمل. يعمل خداش مدرّبًا في الكتابة الإبداعية، ويدرّس التعبير الإبداعي في المدارس والمؤسسات الثقافية، معتمدًا على منهج حرّ يشجّع الطلاب على الكتابة خارج القوالب التقليدية.
حصل على جائزة فلسطين للآداب عام 2015، وتُرجمت بعض أعماله إلى لغات عدة، وشارك في مهرجانات أدبية داخل فلسطين وخارجها