Ida Gramcko, figura extraordinaria en la literatura venezolana del siglo XX, nos ofrece en Tonta de capirote una especial autobiografía, que además de la narración de anécdotas, es un manifiesto de introspección y reflexión acerca del lenguaje y su capacidad expansiva. Publicada en 1972, esta breve novela autobiográfica encapsula las experiencias y reflexiones de Gramcko desde una perspectiva profundamente reflexiva y poética.
La vida de esta escritora se destaca por su creatividad inagotable y una genialidad que destaca entre los escritores de su generación. Su versátil pluma la lleva a dominar diversos géneros literarios, desde la narrativa hasta la poesía, pasando por el ensayo, la crítica literaria, de arte y la dramaturgia. Además de su obra literaria, incursionó en el periodismo, revelando una aguda percepción de la realidad iluminando las complejidades de su época.
En Tonta de capirote, Gramcko nos relata episodios de su infancia, adolescencia y adultez. Utiliza un estilo que combina elementos de la narrativa con elementos poéticos, creando una atmósfera que oscila entre lo real y lo imaginario. La autora despliega una serie de anécdotas y recuerdos que, si bien parecen triviales, están cargados de un simbolismo que invita a entender cómo funciona su mente, cómo es su maravillosa forma de sentir la vida, poniendo en relación diversos aspectos aparentemente opuestos o sin sentido para la mayoría.
La obra comienza con una evocación de la niñez de Gramcko, marcada por su peculiar forma de entender el mundo y su constante colisión con la manera de pensar normalizada. Narra su aprendizaje del abecedario a través de los letreros de las calles: «¿El abecedario? En los letreros de las calles. Dos hileras de casas alzadas como grandes páginas con A de aduana, C de confitería y B de biblioteca. Así pude leer y escribir con letras de imprenta»1. Este fragmento refleja su método autodidacta de aprendizaje así como su capacidad para encontrar belleza y sentido en lo cotidiano.
La autora utiliza un lenguaje sencillo pero cargado de imágenes poéticas que permiten vislumbrar su mundo interior. Admite que le es difícil ser irónica, así lo aclara en el capítulo “Las bombas de papel”, cito aquí un fragmento:
Entonces, queriendo ser irónica —¡cuánto me ha costado siempre serlo! —, cuando llamaban mucho por teléfono, pidiendo que asistiéramos a una recepción, murmuraba:
—Di que estamos en reparación.
Pero no pude estarlo mucho tiempo. (pág.89)
No es su intención ser chistosa, como lo afirma en el capítulo “El tren azul-La rueca”. Cito:
—¿Y qué ha visto usted?, —preguntaron—. ¿Academias, edificios de otras épocas, el teatro? Debe llevar usted una vida muy entretenida y agitada. ¿Qué le falta?
Dije:
—La pagoda.
Rieron.
—Magnífico su chiste.
No sabía cuál era el chiste. No había dicho ninguno. Y cuando regresé, conté al periodista del paraguas:
—Rieron mucho; parece que dije un chiste.
—Pagoda, recuérdalo —explicó— quiere decir tiempo. Dijiste que te faltaba tiempo.
No había pagoda sino tiempo. Tiempo, el tiempo, mis años, mi edad, el almanaque… Una vez, moriría. Además, medité, si al tiempo lo llaman pagoda, a lo mejor a la eternidad la denominan mezquita. Pero ¿qué era la eternidad? ¿Acaso no había la carroña y la podredumbre?
—Estás ensimismada. Allí viene nuestro amigo. Vámonos al cine. (pág. 81)
Vemos cómo la autora, de una simple conversación en la que no se logra la comunicación, se abstrae y termina filosofando sobre el tiempo y la muerte.
En esta obra vemos cómo Gramcko transforma lo ordinario en extraordinario. La autora relata episodios aparentemente comunes, como la visita a una tienda o el hallazgo de una rama en una quebrada, pero los dota de un aura casi mística: “Otra vez en el campo vi una rama descendiendo en una quebrada llevada por la corriente. Una rama fresca a punto de abrirse en capullo. No la pude alcanzar y alguien con sorna dijo: ‘Vete al comienzo de la cañada y allí la cogerás. Con la corriente la rama se devuelve.’ Hice lo que decían y todos me señalaban con el dedo entre risas. En verdad siempre fui contra la corriente. Y contra lo corriente”. Esta es una declaración que evidencia su espíritu independiente y divergente, así como también resalta su capacidad para dotar de profundidad las experiencias más simples. Gramcko pudo haber sido, según lo que se conoce hoy día, neurodivergente2. Ella explora la relación con el lenguaje y su recepción literal del mismo en las interacciones cotidianas en contraposición a lo que era capaz de imaginar y poner en relación. En Tonta de capirote, encontramos ejemplos de cómo su forma de entender las palabras y las expresiones difieren del canon (neurotípico3), lo que la lleva a reflexiones profundas y, a menudo, críticas sobre la sociedad y sus convenciones. Esta perspectiva única es una herramienta poderosa para cuestionar las estructuras normativas, tanto en el ámbito educativo como en el social.
En Tonta de capirote hay una dedicatoria al escritor y pintor Denton Welch (1915-1948), que subraya que ambos entraron ya adultos a la educación formal y comparten una sensibilidad particularmente nostálgica. Gramcko, al igual que Welch, utiliza la escritura como un medio para descubrir y compartir generosamente con los demás el funcionamiento de su mundo interior, de manera inteligente y con estilo. William S. Burroughs dijo sobre Welch: “Un escritor tan maravilloso, cómo hace que cualquier cosa se vuelva única. Los escritores que se quejan de no tener de qué escribir deberían leer a Denton Welch”. Estoy segura de que habría dicho lo mismo sobre Ida de haberla leído.
Investigando sobre Welch, descubrí que escribió numerosos diarios (desde 1942 hasta su muerte en 1948) y cuentos autobiográficos. Después de leer el cuento titulado “Fantasmas” incluido en su libro La palabra odiosa, donde Welch narra la primera vez que escribió un cuento y el profesor decide leerlo en voz alta a toda la clase, queda de manifiesto por qué Ida se siente afín y le dedica este libro:
Todo fue bien hasta que leyó «el vello de mi piel se erizó». Una carcajada inmediata irrumpió en toda el aula y algunas voces gritaron: «Oh, no, Welch, ¿de verdad se erizó?», «¡Ay, Welch!».
Apresurándome imprudentemente en mi defensa como escritor para referirlos a mi augusta fuente, protesté: -¡Pero está en la Biblia! Pueden leerlo ahí.
Eso comenzó un segundo aluvión de carcajadas, murmullos y burlas. Pensé: “Que se rían. Todo es ridículo si quieres que lo sea”. Hasta yo mismo empecé a reír…
Volviendo a Ida Gramcko y a su libro, deseo expresar mi admiración y devoción a esta alma de diamante. Un ser humano, que más allá del tiempo y del espacio siento cercana cuando nos dice en el capítulo final “La corona y el mar”:
Y bien, yo soy así. Acaso se trate de un candor del tamaño de un elefante. O de una ingenuidad andina: lo digo por lo grande, una inocencia como una cordillera. Y eso lleva a las capirotadas. Que se rían. ¿Qué importa? Ahora sé que me quieren. Ahora sé que me añoran. Y nunca de manera común. Ahora sé que doy. Ahora sé de mi ofrenda. No le voy a poner adjetivos: inaudita o insólita. Pero, en fin, ya los puse. Y está bien. (pág. 134)
Ingenuidad, ternura, transparencia, pureza, todas características que no van con el ritmo de los tiempos postmodernos, con la superficialidad y la banalización de la existencia. Inocencia que provoca risas y burlas. Y su nobleza es tal, que hasta disculpa estas burlas y encuentra paz en la certeza de su “ofrenda”. Cuando una persona crece bajo esta mirada burlona, se empieza a auto percibir como “despistada”, “diferente”, en palabras de Ida: “inaudita”, “insólita”. Me alegra que ella no claudicara, escuchara su intuición, siguiera su camino creativo con audacia y realizara geniales textos híbridos como en los que une el teatro con la lírica o este mismo libro donde su autobiografía es novela, diario de viaje y prosa poética. Me alegra saber que pudo más la energía creativa y activa pese a todos los avatares de la vida. Que tuvo también personas a su lado que la apoyaron y la quisieron con devoción.
Continuando con la lectura de este capítulo se encuentra la explicación del título de la obra:
Ya está bien. No nos pongamos solemnes. Para terminar, alégrame saber que de nada me serviría ser zarina ni embajadora porque solo soy, además de tonta de capirote, algo que pensé hace poco tiempo en el momento en que un profesor, todo pedante, exclamó: —Yo he sido Summa Cum Laude en mi país. ¿Y qué pensé? —Yo solo soy un poeta con la luz—.
Y eso es lo que soy: solo un poeta con la luz. Y punto, como dice un gran amigo mío cuando se halla antipático. Por otra parte, este amigo mío, el único, el mejor, es encantador e inteligente. Y fue quien me dio el título de este libro. (pág. 135)
Esta maravillosa autobiografía que LP5 ha querido publicar en conmemoración de los 100 años de su natalicio, es un profundo y valioso testimonio de la vida de nuestra querida, siempre presente, Ida Gramcko.
El estilo único de la autora, donde convergen diversos géneros y su indudable talento para traducir lo cotidiano en algo trascendental hacen de este volumen una pieza fundamental en la comprensión de su persona y obra. Gramcko nos invita a acompañarla en su viaje retrospectivo, mostrándonos el mundo a través de sus ojos y convocándonos a encontrar belleza y significado en los rincones más inesperados de la vida.
Gladys Mendía
Santiago de Chile, junio 2024.
Gladys Mendía (Venezuela, 1975) Escritora y editora residente en Chile. Traductora de portugués, formando parte del equipo de traducción del Atlas Lírico da América Hispânica (Brasil). Fue becaria de la Fundación Neruda (2003 y 2017). Participó en el Taller de creación poética con Raúl Zurita (2006). Ha publicado en diversas revistas literarias, así como también en antologías, las más recientes Temporary Archives, Poems by women of Latin America, ed. Juana Adcock y Jèssica Pujol Duran, ARC Publications, 2022, UK y Akute Routen poesía y prosa de autores latinoamericanos y europeos sobre las fronteras y las migraciones, preparada por la Dra. Rike Bolte y publicada por hochroth Verlag, 2024, Alemania. Sus libros más recientes son El cantar de los manglares (2018) y Luces altas luces de peligro (2022). Es editora fundadora de la Revista de Literatura y Artes LP5.cl y LP5 Editora (desde el año 2004), de Anasyrma: Video encuentros de Mujeres Iberoamericanas, de la Feria de Escritores y Editores Migrantes (FEM) y es Co fundadora de la Furia del Libro (Feria de editoriales independientes y universitarias, Chile). Como editora ha desarrollado más de veinticinco colecciones entre poesía, narrativa, ensayo y audiovisuales, publicando a más de 500 autores. Premio Internazionale D’Eccellenza “Divinamente Donna 2025” en la categoría Libro de autora extranjera con Apuntes de obsidiana. Antología personal.
Bibliografía
– Armstrong, T. (2018). El poder de la neurodiversidad. Las extraordinarias capacidades que se ocultan tras el autismo, la hiperactividad, la dislexia y otras diferencias cerebrales. Ediciones Paidós.
– Featherston, S. (Trads.). (2021) La palabra odiosa (La Tercera Editora). Cuento “Fantasmas”
Hemerografía
– Stockard, E. (2017). The Journals of Denton Welch: Material Culture and Trauma
The Cambridge Quarterly, 46, (1), 21-38. Oxford University Press