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Sibilla Aleramo (1876-1960). Poemas

sibilla-aleramoEn versión bilingüe, publicamos algunos poemas traducidos del italiano por Diego Mejía Estévez, de esta interesante poeta, quien fuera compañera sentimental de otra gran figura de la poesía, Dino Campana.

 

 

 

Sibilla Aleramo
(1876-1960)

Traducción de Diego Mejía Estévez

Sibilla Aleramo fue el nombre artístico de Marta Felicina Faccio. La escritora se desempeñó tanto en poesía como en narrativa; asimismo fue un personaje connotado de la vida cultural italiana a principios del siglo XX. De tal suerte que su obra recibió comentarios elogiosos de personalidades como Gabriele D’Annunzio y Luigi Pirandello. Se relacionó con Salvatore Quasimodo, Emilio Cecchi y Dino Campana, con quien vivió un amor tormentoso. Aleramo osciló entre diversas posturas ideológicas, de forma análoga a su cruce por distintas estéticas, las cuales enriquecieron una sugerente producción literaria que se conoce poco en lengua española.

Oh flor…

Sobre el mar tan azul que parece blanco,
que parece mi blanco y estrellado vestido,
viajas hacia la isla, viajas hacia mí,
arribarás cuando todavía no anochezca,
oh flor, oh color, oh ardor,
sobre el mar todavía tan suave me extenderé,
y te estrecharé entre los brazos
de modo que creerás continuar con la dulce nave
ancla todavía en azul eternidad.

O fiore…

Sul mare tanto azzurro che par bianco,
che par questo mio bianco stellato vestito,
tu viaggi verso l’isola, viaggi verso me,
giungerai che ancor non sarà sera,
o fiore, o colore, o ardore,
sul mare ancor tutto soave mi protenderò,
e t’avrò fra le braccia
che crederai proseguire con la dolce nave
ancora ancora in eternità d’azzurro.

 

Tu sonrisa

Tu sonrisa…
Vibración que abarca la vida
y la rebasa.
Está tu talento en tu sonrisa.
Saber implacable,
imperio y desdeño,
aflora de un oculto vórtice
ritmo de fantasía iridiscente…
Tu sonrisa…
Sutil y tenue sombra canora
en la claridad silenciosa
del impasible rostro.
Exuberante,
amo tu sonrisa,
que te expresa más allá de tu deseo
fulgurante signo
de la vida que supera al sueño,
amo tu sonrisa,
malicia de muchacha
y magia heroica,
tu sonrisa donde
aflora de un oculto vórtice
resplandece y canta,
velada de danzante sombra,
tu fuerza…
Tu fuerza.
Vibras, y nada más demandas.
Sujetas y sobrepasas la vida
con tu sonrisa,
milagrosamente disuelves
el habitual dolor y el gozo ignoto,
en un pálpito que te liga
al corazón del mundo.
Está tu talento en tu sonrisa.

Il tuo sorriso

Il tuo sorriso…
Vibrazione che aduna la vita
e la sconfina.
C’è il tuo genio nel tuo sorriso.
Sapienza implacabile,
dominio e sdegno,
a fiore d’un occulto vortice
ritmo di fantasia iridescente…
Il tuo sorriso…
Sottile soffusa ombra canora
su la chiarezza silenziosa
del fermo volto.
O gagliardo,
amo il tuo sorriso,
che ti esprime oltre il tuo stesso volere
balenante segno
della vita che in visione trascendi,
amo il tuo sorriso,
malizia di fanciulla
e magia d’eroe,
il tuo sorriso dove
a fiore d’un occulto vortice
smaglia e canta,
soffusa di danzante ombra,
la tua forza…
La tua forza.
Vibri, e altro non chiedi.
Attingi e varchi la vita
col tuo sorriso,
fantasticamente vi dissolvi
il dolore noto e la gioia ignota,
in un brivido che t’allaccia
al cuor del mondo.
C’è il tuo genio nel tuo sorriso.

 

Subirá por el huerto

Subirá por el huerto,
cortará al pasar un botón de granado,
entrará,
el mar desde la terraza será visible en los ojos,
sus pupilas se dirigirán a la estancia,
otra mirada de agua y cielo
junto a un ramo de mirtos distinguirán,
otro espejo para las suyas y las mías,
oh Shelley que estarás con nosotros,
efigie protectora de nuestra riqueza,
de las ricas fuentes de nuestros días,
del júbilo cándido y del llanto claro…

Salirà per l’orto

Salirà per l’orto,
spiccherà passando un boccio di granato,
entrerà,
il mare dalla terrazza negli occhi gli vedrò,
le sue pupille alla stanza si volgeranno,
un altro sguardo d’acqua e di cielo
presso un fascio di fior di mirto scorgeranno,
alle sue e alle mie un altro specchio,
oh Shelley che sarai con noi,
effigie tutelare alla nostra ricchezza,
alle ricche vene delle nostre giornate,
al gaudio candido al pianto chiaro…