Tomas Tranströmer. Transtornar, tranformar

dirceu-villaDirceu Villa (Brasil, 1975) reflexiona acerca de las posibles razones o sin razones de la Academia Sueca de la Lengua para conceder el Premio Nobel a este poeta sueco. Con este juego de palabras busca generar preguntas en el lector (en portugués y en español)

 

 

Transformar, transtornar

Dirceu Villa

dirceu-villa
Dirceu Villa

Tranströmer recebe o prêmio, coroando carreira de muitos prêmios. É homem culto, que li apenas em traduções para o inglês: e lá me parece morno, autor de poesia acomodada, como em geral convém ao Nobel (há exceções, natürlich). Observa as coisas liricamente sóbrio, e em geral apõe uma abstração final que leva tudo para um basbaque sublime ou desconectado da realidade imediata.

Entendo esses prêmios, mas entendê-los não me diz nada, não diz nada para a literatura. Seria muito melhor premiar alguém minimamente desafiador, e de modo que o tal dinheiro fosse parar em algo efetivo para fazer da art poétique algo um pingo mais relevante neste mundo de palavras ordinárias, ditas a esmo. Ou, querendo premiar um europeu de idade avançada, e muito premiado, que se desse o caneco a Enzensberger, de fato o grande poeta europeu, hoje. E traduzido, bem ou mal para qqer língua, percebe-se ainda assim o peso de sua poesia.

Tranströmer é, como disse, culto, e por isso é certamente um recessivo nesse nosso mundo de grunhidos; o que é, por outro lado, muito insuficiente para a poesia. Trata-se apenas daquilo que esse mesmo mundo já aceita sem o menor esforço, é confortavelmente uma voz oficial, e oficializada. Não o transforma, nem o transtorna.

Prêmios, anyway, costumam dar nisso. Ou, quem sabe, as traduções para o inglês. Ou talvez eu não esteja sugerindo uma coroa de louros, mas uma de arame farpado. Deixe as coisas como estão.

 


Tomas Tranströmer
Tomas Tranströmer

Transformar, trastornar

Dirceu Villa

            Tranströmer recibe el premio, coronando así una carrera de muchos premios. Es un hombre culto, al que sólo he leído en traducciones inglesas: y más bien me parece tibio, autor de una poesía acomodada, como conviene generalmente al Nobel (hay excepciones, natürlich). Observa las cosas líricamente sobrio, y en general apone una abstracción final que lleva todo a una majadería sublime o desconectada de la realidad inmediata.

Entiendo esos premios, pero entenderlos no me dice nada, no le dice nada a la literatura. Sería mucho mejor premiar a alguien mínimamente desafiante, y de modo que el tal dinero fuera a parar en algo efectivo para hacer del art poétique una pizca más relevante en este mundo de palabras ordinarias, dichas al azar. O, si quieren premiar a un europeo de edad avanzada, y ya muy premiado, pues que le dieran la copa a Enzensberger, de hecho el gran poeta europeo, hoy. Y traducido, bien o mal, a cualquier idioma, uno percibe aun así el peso de su poesía.

Tranströmer es, como dije, culto, y por eso mismo, es ciertamente un recesivo en ese mundo de gruñidos; lo que resulta, por otro lado, muy insuficiente para la poesía. Se trata sólo de aquello que ese mismo mundo ya acepta sin el menor esfuerzo, es cómodamente una voz oficial, y oficializada. No lo transforma ni lo trastorna.

Los premios, anaway, suelen resultar en eso. O, quizás, las traducciones inglesas. O tal vez yo no esté sugiriendo una corona de laureles sino de púas. Entonces, que las cosas sigan como están.

Tomas Tranströmer
Tomas Tranströmer

 

 

2 comentarios

  1. jose