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El Ojo de la ballena. Philippe Mathy

philippe-mathyPoeta belga nacido en el Congo, comparte su residencia entre su país y Francia. Los poemas aquí publicados, por sugerencia de Jean Portante, en francés y español son traducciones de Laura González Durán.

 

 

 

Philippe Mathy
POÈMES

Traducción del francés: Laura González Durán

 

Marcher encore un peu
Se défaire de soi
Laisser aller plus avant
L’homme pressé
Qui nous ronge

Nous sommes
Notre plus lourd fardeau
Notre bâillon le plus acharné
Quand pourrait venir l’heure
De tendre les lèvres
Vers le thé brûlant d’une parole
Où tremble la lumière

Marcher encore un peu
Se décharger de ce qui pèse
Habiter la lenteur de ses pas

                             (Monter au monde)

 

Caminar todavía un poco
Deshacerse de uno mismo
Dejar que se adelante
El hombre agobiado
Que nos devora

Somos
Nuestra carga más pesada
Nuestra mordaza más feroz
Al  llegar la hora
De acercar los labios
Al té hirviendo de una palabra
En la que tiembla la luz

Caminar todavía un poco
Liberarse de lo que pesa
Habitar la lentitud de sus pasos

                             (Subirse al mundo)

*

 

Léa

            Parfois, j’aimerais m’asseoir à tes côtés Léa. Ne plus te quitter. Rester là devant la fenêtre. Regarder le jour tomber. Attendre la nuit, attendre la pluie. Plus de famille, plus de métier, plus de ces jours qui vous teintent de gris, qui vous épuisent à tenter de réparer la vie, de repriser ce tissu décati. Fini. Fini le devoir d’être poli, de porter le masque d’un visage ami, le masque de celui qui sourit. M’asseoir avec toi Léa. Regarder par la fenêtre, sans envie, sans expression, sans l’ombre d’un projet, mais avec ta main dans la mienne, car il me semble qu’ici aussi j’aurais besoin d’une maison.

(Un automne au creux des bras)

 

Lea

A veces quisiera sentarme a tu lado Léa. Ya no dejarte. Quedarme aquí frente a la ventana. Ver caer el día. Esperar la noche, esperar la lluvia. No más familia, no más trabajo, no más esos días que te tiñen de gris, que te agotan al intentar reparar la vida, al remendar esa tela desteñida. Se acabó. Se acabó la necesidad de ser cortés, de llevar la máscara de un rostro amigo, la máscara del que sonríe. Sentarme contigo Léa. Ver por la ventana, sin ganas, sin expresión, sin la sombra de un proyecto, pero con tu mano en la mía, porque creo que aquí también necesitaré una casa.

(Un otoño entre los brazos)

*

Barque vide
Miroitement bref d’un poisson
Où vont les ruines de nos cris ?

Au bout de ce ponton
Je veux apprendre
les mots de la halte

parler plus bas que terre
comme les graines
où veille le printemps

caresser ce qui s’effondre
se noie dans la vase du temps
avec la douceur d’une main
qui offre sans reprendre

(Sous la robe des saisons)

 

Barco vacío
Breve reflejo de un pez
¿Hacia dónde las ruinas de nuestros gritos?

Al final de este muelle
quiero aprender
las palabras de la pausa

hablar más bajo que la tierra
como las semillas
en las que brotará la primavera

acariciar lo que se derrumba
lo que se ahoga en la arena del tiempo
con la dulzura de una mano
que ofrece sin más

(Bajo el vestido de las estaciones)

*

 

D’un sourire

Nos vies se réduiront à rien. De nous, nul ne se souviendra. Je le dis sans tristesse, sans emphase, dans l’évidence d’un matin éclatant d’ignorer ce qui le précède, calme d’ignorer ce qui le suit. Nos parents, nos enfants,  nos amis, toi et moi, juste un peu de suie dans la cheminée du temps.
Mais le feu danse et scintille tant que ton ombre se mêle à la mienne, tant que je cherche tes mains, inquiet de ton absence ou de te sentir si proche que je crains l’éloignement.
La course innocente d’un chat, l’insulte d’un passant ivre, là-haut, un nuage qui dérive…
Je regarde les feuilles mortes dans les allées du parc, l’escalier délabré de nos gestes répétés. Sur le tableau du présent que lavera l’eau d’une nuit promise, toi, tu auras jeté par brassées les couleurs de mon étonnement.

(Une eau simple)

 

De una sonrisa

Nuestras vidas se reducirán a nada. De nosotros, nadie se acordará. Lo digo sin tristeza, sin énfasis, ante la evidencia de una mañana que resplandece al ignorar lo que la precede, tranquila al ignorar lo que la sigue. Nuestros padres, nuestros hijos, nuestros amigos, tú y yo, apenas un poco de hollín en la chimenea del tiempo.
Pero el fuego baila y brilla tanto que tu sombra se mezcla con la mía, tanto que busco tus manos, preocupado por tu ausencia o por sentirte tan cerca que temo la separación.
La carrera inocente de un gato, el insulto de un ebrio que pasa, arriba, una nube a la deriva…
Miro las hojas muertas en los senderos del parque, la escalera deteriorada de nuestros gestos repetidos. Sobre el cuadro del presente que lavará el agua de una noche prometida, tú habrás tirado a manos llenas los colores de mi sorpresa.

(Un agua simple)

 

Parfois un ange nous traverse,
comme une absence,
un rire dont nous n’aurions perçu
que la transparence.

Un affluent nous a rejoint
au seul souci
de se mêler à notre eau.

Nous avançons plus forts,
sans même savoir que,
au plus profond de nous,  
un visage
nous a fait don de disparaître.

(Veilleur d’instants)

 

A veces un ángel pasa,
como una ausencia,
una sonrisa de la que sólo percibimos
la transparencia.

Un afluente se unió a nosotros
con el único deseo
de mezclarse a nuestra agua. 

Avanzamos más fuertes,
sin siquiera saber que,
en lo más profundo de nosotros,
un rostro
nos permitió desaparecer

(Guardián  de instantes)

 

 

Philippe MATHY
Nació en 1956 en Manono en el Congo belga (actual Répública démocrática del Congo) y vive parte del año en la comunidad de Brunehaut, en Bélgica, y el resto en Pouilly-sur-Loire en Francia.
Dirigió de 1987 a 2005 "Le front aux vitres" (galería de arte y espacio para lecturas de poesía)  y desde marzo de 2015 es jefe de redacción del Journal des poètes. Ha sido merecedor de varias distinciones como  el Premio  Lockem otorgado por la
Academia Real de Lengua y Literatura francesas de Bélgica;  el Premio del Parlamento de la Féderación Wallonie-Bruxelles por el libro Sous la robe des saisons (Bajo el vestido de las estacionesen 2013 y, en 2017, el Premio Mallarmé pour Veilleur d’instants (Guardián de instantes).  Ha publicado más de 20 libros de poesía entre los que se encuentran  Promesse d’île (1980),L’atelier des saisons (1992), Monter au monde (1994), Le temps qui bat (1999), Une eau simple (2005), Un automne au creux des bras (2009), Barque à Rome precedido de Le sable et l’olivier, prólogo de J.M.G. Le Clézio (2011).

 

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Jean Portante