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Homero Carvalho. Antologías: Poner el cuello en la guillotina

homero-carvalhoPara el boliviano Carvalho, una antología que no genera polémica es una obra desdeñada, inexistente, y él se ha vacunado ya, nos dice, contra la mala crítica.

 

 

 

Antologías: Poner el cuello en la guillotina

Homero Carvalho Oliva

Desde hace varios años me dedico a hacer antologías de cuentos y poemas a nivel local, regional, nacional e internacional; las he realizado ya sea por encargo o porque se me ocurrió hacerlas. En total he compilado diez (1). La selección de los textos me apasiona, porque me permite ampliar mis conocimientos literarios, enriqueciendo mis lecturas. Sin embargo, la tarea no suele ser grata para el antólogo, porque corre el riesgo de ser escarnecido por aquellos que no están incluidos, por sus compadres, sus amigos y los cónyuges de los ausentes; por lo general los resentidos atacan ad hominem al antologador, desdeñando aviesamente la calidad de la antología propiamente dicha, para eso usan las redes sociales (el nuevo muro de la canalla) y los chismes de café; los arteros ataques además de ir contra el compilador  también van a los están incluidos, destacando los méritos de los que faltan, en desmedro de los que están incluidos merecidamente. En fin, es poner voluntariamente el cuello en la guillotina para que nos corten la cabeza.

Seleccionar es incluir a unos y excluir a otros, generar un corte y las heridas suelen ser dolorosas. Sin embargo, debo reconocer que si una antología no produce polémica es porque ha pasado desapercibida. En mi caso debo decir que ya estoy vacunado contra estas reacciones.

Una antología, al tratarse de una selección que propone sus propios límites (tiempo, espacio, género, tendencias, temáticas, etcétera) es arbitraria por definición, es imposible incluir a todos los poetas o cuentistas, muchas veces por las limitaciones propias de los objetivos de la misma, porque no se pudo conseguir información de los autores, los respectivos permisos de publicación o porque a alguno, supuestamente, no le interesaba estar incluido. Eso me pasó con la Antología de poesía boliviana del siglo XX que hice por encargo de la prestigiosa Editorial Visor, de España; el compromiso era claro: no más de treinta poetas, de los cuales veinte debían ser canónicos, dejándome un pequeño margen de diez autores para incluir a los contemporáneos, en un país de poetas como Bolivia, era previsible que una gran número quedara afuera. En estos casos siempre aplico el dicho popular: «Son todos los que están, pero no están todos los que son». Recuerdo que invité a un poeta y me respondió que me agradecía, pero que ya estaba incluido en muchas antologías; cuando salió la publicación y se dio cuenta que era, nada más y nada menos, para Visor, fue uno de los primeros en quejarse; lo propio hizo una poeta con la antología para Editorial Amargord, también de España, me daba vueltas, me exigía que le diga el nombre de la editorial, hasta que decidí dejarla afuera; por supuesto que estalló en ira y contagió el enojo a sus amiguitos.

Siempre que compilo una nueva selección intento ampliar el universo de autores, por ejemplo en la antología que hice para Amargord, titulada Poetas contemporáneos de Bolivia, no incluí a ninguno de los poetas que ya estaban en la de Visor y busqué nuevas voces, junto a otras ya consagradas o que están alejadas de la farándula literaria, en algunos casos rescaté a algunos extraordinarios poetas. Cuando terminé la selección me di cuenta que era mayor el número de mujeres poetas incluidas que el de hombres, eso refleja lo que está sucediendo en mi país, en el que la vanguardia poética la escriben las mujeres.   

Cuando me propongo hacer la selección me guio por criterios estéticos, en el caso de poesía intento incluir una variada muestra de poemas por autor, con el propósito de brindarles a los lectores una visión representativa de la obra de cada uno de ellos. Los poetas, los poemas y/o prosas poéticas que elijo pretenden mostrar a creadores que lograron construir sus propios mundos poéticos, originales, diferentes, deslumbrantes y conmovedores, ratificando sus estilos, sus intereses y sus preocupaciones. En el caso de las antologías de poetas bolivianos esos mundos tienden puentes entre las culturas europeas y las indígenas, en otros la propia palabra es el mundo; así como la muerte, el sueño, el amor o la vida y tantos registros poéticos que distinguen a cada uno de los poetas. Trato de que mis antologías no sean tanto un espacio geográfico sino un espacio literario, en el que escriben nuestros poetas como cualquier creador del mundo, porque la palabra es libre y multiplica el verso. Un espacio en el que la poesía es el «reflejo estético» de la vida misma, como lo señala Lukács.

Antologías de cuentos

A partir de la segunda mitad del siglo XX se han publicado, en Bolivia, muchas antologías del cuento boliviano en general, entre las que puedo nombrar la Antología del cuento boliviano moderno (1995), de Manuel Vargas; Antología de antologías (2004) y Los mejores cuentos de Bolivia (2014), de César Verduguez y Profundidad de la memoria, cuentos bolivianos contemporáneos (2009), de Gaby Vallejo, además de la Antología del cuento boliviano, publicada recientemente por la Biblioteca de Bicentenario. Desde principios del tercer milenio se ha hecho frecuente la publicación de antologías temáticas: cuentos de ciencia ficción, eróticos, de terror, de la Guerra del Chaco, en fin, de todo y para todos. Se publican en papel y en formato digital, como fue el caso de la Antología del microcuento hispanoamericano que reúne a 87 autores de 17 países, que publiqué en PDF.

El año pasado, Adolfo Cáceres Romero, escritor e investigador de la literatura boliviana, me pidió que lo colaborase con la recopilación y edición de la Antología de cuentos extraordinarios de Bolivia, acepté sabiendo los peligros a los que nos exponíamos, especialmente porque nos somos críticos ni expertos en teoría literaria, somos simples lectores y escritores, por tanto los criterios de selección estuvieron a cargo de dos narradores que leen a sus colegas. En el prólogo, escribimos con Adolfo, los siguiente: «Llamamos extraordinarios, a los cuentos que incluimos, no solamente por su forma, su diseño estético o su contenido, cercanos a la perfección, los consideramos así porque, desde que los leímos siempre estuvieron con nosotros; en algunos casos marcaron nuestro gusto por el cuento y nuestro hábito como lectores y en otros consolidaron nuestra fe en la narrativa nacional. Muchos de estos cuentos son reconocidos internacionalmente, han sido incluidos en antologías nacionales e internacionales y han ganado premios dentro y fuera del país; a todos ellos los hemos tenido como modelos de tesonero trabajo literario; es probable que muchos críticos, académicos y escritores no estén de acuerdo con algunos cuentos de esa selección, porque no les bastará que sean de nuestra preferencia para aceptar el calificativo de "extraordinarios»; algunos se rasgarán las vestiduras y se preguntarán por qué no incluimos a tal autor o tal cuento. ¿Qué podemos decirles? Simplemente que los cuentos que elegimos nos gustaron porque además de estar bien escritos, poseen la emoción de ser auténticos, únicos», tal como lo hago con la selección de poemas. 

Suscribo esta declaración del escritor colombiano, Jaime García Pulido, para las antologías de poesía, pero que también me sirve para las de cuento: «Las antologías de poesía son una summa vital, patrimonio de la cultura. Son llamados de atención, voces de alerta sobre otras formas de inventariar la cultura inmaterial desde los territorios vitales del lenguaje. Para los poetas se imponen como ordenamiento, reescritura, patrón de visibilización; para los iniciados o lectores desprevenidos es una ruta para asomarse a una realidad que existe en su entorno, si bien a primera vista pueda parecer ajena o compleja» y son inventarios de un momento histórico, temporal y espacial, una especie de registro, de fotografía o de documento que sirve como una referencia para dar a conocer el panorama literario. Los autores y/o poemas que se repiten en el espacio y el tiempo son los canónicos, en cambio los demás son mutables, susceptibles de ser reemplazados.

Ya hemos dicho que toda selección literaria es parcial y nunca podrá ser absoluta, especialmente si se toma en cuenta la gran oferta literaria que existe en cada país; sin embargo, la literatura es dinámica y el catálogo de poetas y narradores de cada país es amplio, en una próxima selección se agregarán otros nombres o, de acuerdo al criterio del compilador, desaparecerán algunos de la muestra anterior; la literatura seguirá fluyendo como un río buscando el mar de los lectores. Borges afirmaba que el mejor antólogo es el tiempo; así que el tiempo y la calidad de la obra de cada poeta o narrador, así como el criterio del antologador serán los que dirán quiénes entran y quiénes no. La perennidad es obra de la memoria. Y los que se quedaron afuera, ni modo.

 

Homero Carvalho Oliva, Bolivia, 1957, escritor y poeta, ha obtenido varios premios de cuento a nivel nacional e internacional como el Premio latinoamericano de cuento en México, 1981 y el Latin American Writer’s de New York, 1998; dos veces el Premio Nacional de Novela con Memoria de los espejos (1995) y La maquinaria de los secretos (2008). Su obra literaria ha sido publicada en otros países, traducida a otros idiomas y figura en más de treinta antologías nacionales e internacionales como Antología del cuento boliviano contemporáneo e internacionales como El nuevo cuento latinoamericano, de Julio Ortega, México; Profundidad de la memoria de Monte Ávila, Venezuela; Antología del microrelato, España y Se habla español, México. En poesía está incluido en Nueva Poesía Hispanoamericana, España; Memoria del XX Festival Internacional de Poesía de Medellín y Festival de Poesía de Lima. Entre sus poemarios se destacan Los Reinos Dorados, El cazador de sueños y Quipus. El año 2012 obtuvo el Premio Nacional de Poesía con Inventario Nocturno y es autor de la Antología de poesía del siglo XX en Bolivia, publicada por la prestigiosa editorial Visor de España. Premio Feria Internacional del Libro 2016 de Santa Cruz, Bolivia. En el 2017, Editorial El ángel, de Ecuador, publicó su poemario ¿De qué día es esta noche?

 

Notas:

1.
Cuentos a la sombra del viejo tajibo. Antología de cuentos infantiles.
El dinosaurio, antología del microcuento, Editorial El País, Bolivia, 2010
Lo nuestro, 200 años de poesía cruceña, antología, La mancha Bolivia, 2010.
Lo nuestro, 200 años de cuento cruceño, antología, La mancha, Bolivia, 2010
Antología de la poesía amazónica, Editorial 3600, Bolivia, 2013.
La poética de las aguas, poetas benianos. Bolivia, 2014
Antología Bolivia, que reúne a 55 autores de Bolivia y del mundo con textos sobre nuestro país. Bolivia, Editorial 3600, 2014.
Antología de la Poesía boliviana del siglo XX, Editorial Visor, España, 2015.
Antología iberoamericana de microcuento, Editorial Torre de papel, 2017
Cuentos extraordinarios de Bolivia, en coautoría con Adolfo Cáceres Romero, Editorial 3600, 2017.
Poetas bolivianos contemporáneos, Editorial Amargord, España, 2018. (En imprenta)