Margarito Cuellar

«Las edades terrestres» de margarito Cuéllar

Margarito CuellarJeanne Karen lee con atención al poeta mexicano y nos advierte que en este viaje lírico destacan huellas hondas de ciudades y mujeres, de paisajes urbanos que muestran el “bello rostro de la desesperanza”.
Margarito Cuellar – Foto: Gabriela Bautista

 

 

 

LAS EDADES TERRESTRES DE MARGARITO CUÉLLAR

Jeanne Karen

 

Es la obra la que hace el viaje, la que me ha llevado a través de su lectura a un mapa poético vasto, reconocer formas, sonidos, presencias de otros poetas como Villaurrutia, Paz, William Carlos Williams, voces de sitios y tradiciones tan distintas que de pronto se vuelve una nueva visión.
En los poemas de Margarito es posible encontrar ciudades y mujeres que dejan en el poeta versos con el poder de hacernos imaginar, qué tan terribles, qué tan poderosas son esas figuras que a veces es mejor el olvido, que todo lo que se ha vivido de manera intensa está condenado a salir tristemente de nuestra memoria, que al corazón no le cabe más dolor, más suspiros, más amor roto que el propio.
Los paisajes en el libro están guardados en las palabras, sitios por descubrir, por vivir, conversaciones rotas que caen justo en la memoria como clavos en tabla fresca,  personajes  tigres que hacen sonar una ferocidad en nuestra mente, un sabor amargo bajo la lengua:
DE MAÑANA
me curo la desdicha
enciendo el buenos días       buenas noches
cómo estás       bien       gracias       y tú      cuándo llegaste,
hola       adiós       te veo mañana.
Y arrojo el protocolo
a los tigres del viernes muy temprano.

Así nos damos cuenta del bello rostro de la desesperanza, en poemas breves que caen en nuestro espacio personal, en nuestra piel, en los ojos, como pequeñas verdades absolutas que persiguen nuestra felicidad como una presa esquiva pero fácil, poemas llenos de luz que queman la pupila, cuchillos para la boca abierta.
Margarito escribe con la certeza del que conoce profundamente la vida del otro, sus procesos mentales y espirituales, tiene la voz para cada garganta, para cada pobre que no ha podido decir lo más difícil, estoy aquí, vivo, existo y mis palabras son lamentos y mis palabras son hermosas y mis palabras tienen fuego y son joyas.
Como en el poema Muchacha de ayer, donde el poeta habla de días habitados por una vida ajena, algo tan doloroso, encontrar en un sitio un espejo donde el único reflejo es el dolor propio. Una vida desconocida, una vida vivida sin saber, sin gusto, sin alegría, una vida llena de sorpresas, de miradas, de tesoros que nunca se habrán de disfrutar. Habitar una vida ajena es ser fantasma con cuerpo, con huesos, con conciencia, es conocer la mentira y seguirla por encontrarla cómoda.
La poesía habita las ciudades, sale a caminar, se enfurece, la poesía hace en el aire giros, piruetas, se esconde, vuela más alto, la poesía nos acompaña a través del libro, nos enseña su cielo:
El que está herido por el reflejo de un meteoro y el poeta se atreve a llamar Princesa a la Guerrera, la mujer del Metro, la mujer que va por la calle y se pierde al doblar la esquina de su poema y a nosotros lectores nos lleva a imaginar esos cuadernos pautados que guardan algo de magia, algo más de locura y de poesía.
Encontramos el sol a cada paso, casi a cada hoja, envuelto en un poema, descubriendo una ciudad ante nuestros ojos, dibuja la selva, el mar, la cantera, dibuja cuerpos amados, cuerpos que toca y hace vivir. El astro es compañero de la poesía, de sus rayos parece que nació el ímpetu, el resplandor de la palabra, la lírica se forjó en el calor de su centro.

En la poesía de Margarito no debía faltar, es parte del propio poeta, parte de sus paisajes vivos e imaginarios, el sol tiene vida, tiene alma, el sol avanza con todo su poder por la carne de los poemas.
Leer «Las edades terrestres» es encontrar una salida, un viaje que debemos hacer, es tener los versos precisos para nombrar los paisajes desconocidos, es encontrar en la mirada del otro nuestro propio deseo.
Espero disfruten la poesía del maestro Cuéllar y puedan recrear como yo el peligro, el filo de la poesía, las ansias de existir.

 

Las edades terrestres. Editorial Ponciano Arriaga.
Gobierno de San Luis Potosí. Colección Libro por Viaje, 2016.

 

Jeanne Karen (San Luis Potosí, 1975), poeta y editora. Autora de los libros: Canto de una mujer en tierra, Cuaderno de Ariadna, La luna en un tatuaje, El club de la tortura, Hollywood, Cementerio de elefantes y El gato de Schrödinger. Ha sido becaria del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes y ganado los premios Manuel José Othón y Salvador Gallardo Dávalos.