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Conversación en la Asamblea Escorpiana Argentina. Fernando Sorrentino

fernando-sorrentinoUna curiosa reunión tiene lugar en el espacio imaginativo al que nos traslada el narrador sudamericano donde puede dialogar con Maradona y José Hernández, es decir, entre “la mano de dios” y la épica gauchesca.

 

 

 

Fernando Sorrentino

Conversación en la Asamblea Escorpiana Argentina

Si alguna mujer hermosa viniere a pedirte
justicia, quita los ojos de sus lágrimas […],
Quijote, II, 42.
«No olvidés», me decia, «Fierro, / que el
hombre no debe crer / en lágrimas de mujer»
[…], Martín Fierro, II, 15.

En un lugar de la llanura bonaerense, de cuyo nombre, ya que es conocido por todo el mundo, no es necesario acordarme, tiene efecto la denominada Asamblea Escorpiana Argentina, también identificada por su acrónimo AsEscAr.
        Eso ocurre, cada década, en los años terminados en 4 y en un preciso día de noviembre, equidistante del principio y del final del signo zodiacal. Preside las reuniones un enorme reloj de péndulo, de labradas y barrocas maderas, y, cuando llega la medianoche, momento en que termina la sesión, el reloj la anuncia con sonoras campanadas, y los escorpianos retornan a su mundo cotidiano: de la vida, unos, y de la muerte, otros.
        La asistencia no es obligatoria y, de hecho, los concurrentes a la reunión no suelen ser demasiados, a pesar de que no se les exige condición alguna de supervivencia. De manera que allí suelen encontrarse unos pocos escorpianos entusiastas, tanto vivos como fallecidos.
        Puesto que yo nací en la mitad de la primavera argentina, más exactamente el 8 de noviembre (de 1942), tengo el derecho de presentarme en la Asamblea para platicar y compartir vida social con otros escorpianos.
        Sin embargo, son más numerosas las veces en que me abstengo de ir, pues lo cierto es que la inmensa mayoría de los habitantes de nuestro planeta no reviste, para mí, ningún interés, y los escorpianos no escapan a esta generalidad digna de ser evitada.
        Sí concurrí a la sesión de noviembre del año 2014. Allí pude conversar con Diego Armando Maradona. Creo que fui lo suficientemente hábil para hacerlo circunscribir al tema futbolístico, que él domina como pocos, y no tentarlo a ingresar en otros asuntos sobre los que Maradona, a pesar de no tener la menor idea, suele explayarse con profusión y error.
        No puedo negar que festejé, por enésima vez, la famosa ocurrencia de la mano de Dios, en aquel partido del Mundial de México de 1986 en que Diego se permitió una ligera represalia (indolora e incruenta) contra, digamos, las incesantes tropelías de Anglosajonia.
        En este punto consideré agotadas las posibilidades de charla con Maradona, me despedí de él con un abrazo y literalmente corrí a saludar a uno de mis ídolos literarios, el más importante escritor del siglo XIX argentino.
        A pocos pasos de mí, barbado, de ojos claros y bastante excedido de peso, se hallaba don José Hernández, autor del Martín Fierro. Me acerqué, lo saludé con justificada veneración y mucha timidez; le dije (lo cual es rigurosamente cierto) que yo sabía de memoria larguísimos pasajes de El gaucho Martín Fierro y de La vuelta de Martín Fierro. Es probable que, con este recurso, yo pretendiera ganar su aprobación y, de paso (lo confieso), ufanarme de la eficacia de mi capacidad mnemotécnica.
        Así pareció entenderlo don José, pues, cigarro en mano y con cierto tono de sorna, me contestó:
        —Es la memoria un gran don, cualidad muy meritoria. Yo supe ser muy alabado por poseer una memoria que mis amigos consideraban poco menos que prodigiosa. Pero no olvidemos que olvidar lo malo también es tener memoria.
        —Don José: aprovecha la ocasión el hombre que es diligente. En este caso, el diligente soy yo. Siempre me he sentido intrigado por saber cuáles han sido sus lecturas, ya que en sus obras casi no existen indicios.
        —Dentro del escaso tiempo que me permitían mis continuas peripecias políticas y periodísticas —aquí expelió una profusa bocanada de humo de su cigarro—, he procurado leer e ilustrarme un poco. Pero no he sido de invadir mis escritos con un ejército de citas librescas. Por otra parte, hay muchos autores que nombran libros de los que sólo conocen las tapas, y a veces ni siquiera las tapas…
        —Yo he leído tantas y tantas veces su Martín Fierro… Y creo haber advertido unas cuantas reminiscencias de autores clásicos españoles…
        —Así es: me gustaban los siglos de oro… Pero he muerto hace casi ciento treinta años, y por tal razón ahora me quedan escasos recuerdos precisos. Si usted quisiera refrescarme la memoria, se lo agradeceré.
        Vi la ocasión de mostrarme como alumno aplicado y de exponer con fatuidad mi sapiencia:
        —Yo diría que usted, don José, fue un enamorado de La vida es sueño. Me vienen a la cabeza no menos de cinco ejemplos, pero no quiero cansarlo con tantos detalles. En 1635 Segismundo dice: «sé que soy un compuesto de hombre y fiera»; en 1872 Martín Fierro afirma: «yo juré, en esa ocasión, ser más malo que una fiera».
        Don José sonrió y hubo alegría en sus ojos claros.
        —También recordará que, en su primer monólogo, Segismundo se mueve, digamos, desde arriba hacia abajo: «nace el ave», «nace el bruto», «nace el pez»… La misma dirección sigue, en 1879, el entrañable Moreno de la célebre payada con Martín Fierro: «ama el pájaro en los aires», «la fiera ama en su guarida», «ama en el fondo del mar el pez de lindo color».
        —Es verdad: siguiendo el ejemplo de la madre de Lazarillo, me arrimé a los buenos por ser uno de ellos —guardó silencio un instante, como para evocar algo perdido—. Cuando, en 1872, apareció la modestísima edición de El gaucho Martín Fierro, yo pensé que apenas sería leída por un grupo de mis amigos. Pero resultó que, en seis años, se vendieron cerca de cincuenta mil ejemplares; no digo esto por vanidad de autor, sino que señalo un hecho.
        —Claro —dije—, suele no existir ninguna relación entre la calidad literaria y el éxito comercial. Aunque, en el caso del Martín Fierro confluyeron ambos factores.
        Hernández asintió, más bien distraído, como si tuviera el pensamiento en otros sitios. Dijo:
        —En 1879, al escribir La vuelta de Martín Fierro, recordé una de las tantas travesuras y gracias que, en el Quijote, desarrolló Cervantes: en el capítulo segundo del libro de 1615 Sancho le informa al caballero andante sobre la aparición, en 1605, de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. Esta circunstancia da pie para una cantidad de posibilidades narrativas, entre ellas las burlas de los duques, que constituyen episodios muy considerables de la segunda parte del libro. Entonces me dije: ¿por qué no hacer algo parecido…? ¿Por qué no dar como cierto que, en los siete años transcurridos entre la primera y la segunda parte, algunos personajes de La vuelta de Martín Fierro hubieran leído El gaucho Martín Fierro?
        Me permití una audacia:
        —La única objeción que yo interpondría es que, posiblemente, en el siglo XIX los gauchos fueran analfabetos.
        —Pero el analfabetismo no era total —respondió don José—. El Moreno sí era analfabeto, pero Martín Fierro no. Usted recordará que lo que terminó de desencadenar la cólera del Moreno fue la pregunta sobre «los meses que traen erre». Antes de empezar la payada el Moreno ya le había advertido a Martín Fierro, como un modo de establecer las reglas del juego, que él era analfabeto.
        —Tal cual: dijo «en leturas no conozco la jota por ser redonda».
—Y, por ser analfabeto, no estaba en condiciones de responder sobre cuestiones de letras. Y, si él necesitó declarar su condición de iletrado, fue porque ésta no era la general de los gauchos. De manera que no me pareció desatinado imaginar que, si se habían vendido casi cincuenta mil ejemplares de El gaucho Martín Fierro, muchos gauchos (no digo todos) lo hubieran leído o, por lo menos, lo hubieran oído leer.
        —¡Claro que sí! Y ahora se me hace evidente el hecho de que, en «aquella carrera muy grande», «no faltaban muchos que ya conocían la historia de Martín Fierro».
        —Y tenga en cuenta que, estando ese pasaje en boca del protagonista, Martín Fierro no dice «mi historia» sino «la historia de Martín Fierro», mención que, sin escrúpulo, podría tomarse como una cita bibliográfica.
        Dentro de mi cabeza, acostumbrada a bibliografías y afines, se me representó con letras bastardillas: Historia de Martín Fierro.
        —A Cervantes no le debo sólo esta picardía. De principio a fin todo mi Martín Fierro se halla sanchopancescamente ilustrado con refranes y proverbios. Pero fui aún más allá…, y pensé en los consejos. Sabemos que, en la segunda parte, pasando elcapítulo 50 (no puedo recordar con exactitud), encontramos las dos series de consejos que don Quijote imparte a Sancho Panza. Son consejos sensatos, útiles para la vida práctica y de aplicación ética intachable. Pues bien, yo, influido por don Miguel, quise lograr algo parecido en los consejos que, en el canto 32 de La vuelta,Martín Fierro, ya viejo, cansado y sabio, imparte a sus dos hijos y al hijo de Cruz. Hasta puedo recordar que, previendo los límites que su triste existencia le impuso, mi Martín les advierte: «Yo nunca tuve otra escuela / que una vida desgraciada. / No estrañen si en la jugada / alguna vez me equivoco, / pues debe saber muy poco / aquel que no aprendió nada».
        —En el Quijote hay dos series de consejos en boca de un único consejero, que es don Quijote. Pero usted, mi admirado don José, utilizó dos consejeros: las sanas lecciones de elogiable ética de Martín Fierro sirven, diría, a modo de antídoto contra las recomendaciones inmorales, de grosero pragmatismo egoísta, que, en un canto bastante anterior, el Viejo Vizcacha brinda al Hijo Segundo.
        —Sí, don Fernando, pero no galope que hay agujeros… No todos los consejos de Vizcacha son cínicos ni repudiables. Hay algunos muy dignos de ser seguidos. Por ejemplo: «Los que no saben guardar / son pobres aunque trabajen» y, sobre todo, éste: «A naides tengás envidia: / es muy triste el envidiar. / Cuando veás a otro ganar, / a estorbarlo no te metas: / cada lechón en su teta / es el modo de mamar».
        —Ahora caigo en la cuenta de que el Hijo Segundo fue, entre los tres jóvenes, el único que recibió las dos series de consejos. Y, hasta me atrevería a decir que esos consejos que usted citó, y algunos más, se sentirían más cómodos junto a los de Martín Fierro que junto a los del Viejo Vizcacha.
        José Hernández levantó las cejas, en gesto de ir más allá de mi propia comprensión:
        —Nadie hay enteramente bueno ni enteramente malo, y ninguna conducta es por completo negra ni por completo blanca. También en el Quijote se encuentran estas contradicciones y estos recovecos, que yo he gustado y asimilado tal vez inconscientemente.
        —Así es, sin duda —asentí.
        Pero don José ya no me escuchaba. Como hablando consigo mismo, dijo:
        —Agreguemos el gusto por las aventuras, la descripción de peleas, los episodios humorísticos, las ironías, cierta socarronería bondadosa… Creo que mi Martín Fierro, a pesar de estar escrito en verso, es tan novela como cualquier otra que en el mundo haya sido. Y sin excluir la del ingenioso hidalgo, a la que tanto le debo.
        Sonó el reloj señalando la medianoche y, con ella, el final de la sesión del año 2014. Y, puesto que la Asamblea Escorpiana estaba hecha de la misma materia de los sueños y de las imágenes literarias, los escorpianos presentes nos dispersamos en recuerdos y nos diluimos en fabulaciones. Me encontré, de nuevo, en mi existencia habitual y me dispuse, como tantas veces, a seguir conversando con mis amigos, los autores de mis libros queridos.

Fernando Sorrentino
Martínez (Bs. As.), noviembre de 2015

 

[1919 palabras]

 

 

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Fernando Sorrentino

Datos biográficos
Fernando Sorrentino nació en Buenos Aires el 8 de noviembre de 1942. Es profesor de Lengua y Literatura.

Datos bibliográficos
Su bibliografía detallada (excluidas las ediciones anotadas de clásicos, las inclusiones en antologías —tanto en español como en otras lenguas— y las colaboraciones en diarios y/o revistas) es la siguiente:

Obra narrativa

a) Libros de cuentos
La regresión zoológica, Buenos Aires, Editores Dos, 1969, 154 págs.
Imperios y servidumbres, Barcelona, Editorial Seix Barral, 1972, 196 págs.; reedición, Buenos Aires, Torres Agüero Editor, 1992, 160 págs.
El mejor de los mundos posibles, Buenos Aires, Editorial Plus Ultra, 1976, 208 págs.
En defensa propia, Buenos Aires, Editorial de Belgrano, 1982, 128 págs.
El rigor de las desdichas, Buenos Aires, Ediciones del Dock, 1994, 82 págs.
La Corrección de los Corderos, y otros cuentos improbables, Buenos Aires, Editorial Abismo, 2002, 194 págs.
Existe un hombre que tiene la costumbre de pegarme con un paraguas en la cabeza, Barcelona, Ediciones Carena, 2005, 356 págs.
El regreso. Y otros cuentos inquietantes, Buenos Aires, Editorial Estrada, 2005, 80 págs.
En defensa propia / El rigor de las desdichas, Buenos Aires, Editorial Los Cuadernos de Odiseo, 2005, 144 págs.
Biblioteca Mínima de Opinión, Santa Cruz de la Sierra, Editora Opinión, 2007, 32 págs.
Costumbres del alcaucil, Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 2008, 64 págs.
El crimen de san Alberto, Buenos Aires, Editorial Losada, 2008, 186 págs.
El centro de la telaraña, y otros cuentos de crimen y misterio, Buenos Aires, Editorial Longseller, 2008, 64 págs. Nueva edición: El centro de la telaraña, y otros cuentos de crimen y misterio, Buenos Aires, Editorial Longseller, 2014, 96 págs.
Paraguas, supersticiones y cocodrilos (Verídicas historias improbables), Veracruz (México), Instituto Literario de Veracruz, El Rinoceronte de Beatriz, 2013, 140 págs.
Problema resuelto / Problem gelöst, edición bilingüe español/alemán, Düsseldorf, dup (Düsseldorf University Press), 2014, 252 págs.
Los reyes de la fiesta, y otros cuentos con cierto humor, Madrid, Apache Libros, 2015, 206 págs.

b) Novela
Sanitarios centenarios, Buenos Aires, Editorial Plus Ultra, 1979, 144 págs.; reedición (muy reelaborada), Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 2000, 160 págs.; reedición, Barcelona, Ediciones Carena, 2008, 126 págs.

c) Nouvelle
Crónica costumbrista, Buenos Aires, Ediciones Pluma Alta, 1992, 70 págs. Reeditada con el título de Costumbres de los muertos, Buenos Aires, Ediciones Colihue, 1996, 66 págs.

d) Literatura para niños y/o adolescentes
Cuentos del Mentiroso, Buenos Aires, Editorial Plus Ultra, 1978, 96 págs. (Faja de Honor de la S.A.D.E. [Sociedad Argentina de Escritores]); reedición (con modificaciones), Buenos Aires, Grupo Editorial Norma, 2002, 140 págs.; nueva reedición (con nuevas modificaciones), Buenos Aires, Cántaro, 2012, 176 págs.
El remedio para el rey ciego, Buenos Aires, Editorial Plus Ultra, 1984, 78 págs.
El Mentiroso entre guapos y compadritos, Buenos Aires, Editorial Plus Ultra, 1994, 96 págs.
La recompensa del príncipe, Buenos Aires, Editorial Stella, 1995, 160 págs.
Historias de María Sapa y Fortunato, Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 1995, 72 págs. (Premio Fantasía Infantil 1996); reedición: Ediciones Santillana, 2001, 102 págs.
El Mentiroso contra las Avispas Imperiales, Buenos Aires, Editorial Plus Ultra, 1997, 120 págs.
La venganza del muerto, Buenos Aires, Editorial Alfaguara, 1997, 92 págs.
El que se enoja, pierde, Buenos Aires, Editorial El Ateneo, 1999, 56 págs.
Aventuras del capitán Bancalari, Buenos Aires, Editorial Alfaguara, 1999, 92 págs.
Cuentos de don Jorge Sahlame, Buenos Aires, Ediciones Santillana, 2001, 134 págs.
El Viejo que Todo lo Sabe, Buenos Aires, Ediciones Santillana, 2001, 94 págs.
Burladores burlados, Buenos Aires, Editorial Crecer Creando, 2006, 104 págs.
La venganza del muerto [edición ampliada, contiene cinco cuentos: Historia de María Sapa; Relato de mis travesuras; La fortuna de Fortunato; Hombre de recursos; La venganza del muerto,], Buenos Aires, Editorial Alfaguara, 2011, 160 págs.

ENSAYOS

El forajido sentimental. Incursiones por los escritos de Jorge Luis Borges, Buenos Aires, Editorial Losada, 2011, 200 págs.

Entrevistas

Siete conversaciones con Jorge Luis Borges, Buenos Aires, Editorial Casa Pardo, 1974, 164 págs.; reedición (con notas revisadas y actualizadas), Buenos Aires, Editorial El Ateneo, 1996, 272 págs.; nueva reedición, Buenos Aires, Editorial El Ateneo, 2001, 272 págs.; reedición, Buenos Aires, Editorial Losada, 2007, 272 págs.
Siete conversaciones con Adolfo Bioy Casares, Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 1992, 270 págs.; reedición, Buenos Aires, Editorial El Ateneo, 2001, 270 págs.; reedición, Buenos Aires, Editorial Losada, 2007, 270 págs.

ANTOLOGÍAS (compilador)

Treinta y cinco cuentos breves argentinos, Buenos Aires, Editorial Plus Ultra, 1973, 186 págs.
Treinta cuentos hispanoamericanos (1875-1975), Editorial Plus Ultra, 1976, 286 págs.
Cuentos argentinos de imaginación, Buenos Aires, Editorial Atlántida, 1974, 136 págs.
Treinta y seis cuentos argentinos con humor, Buenos Aires, Editorial Plus Ultra, 1976, 240 págs.
Diecisiete cuentos fantásticos argentinos, Buenos Aires, Editorial Plus Ultra, 1978, 190 págs.
Nosotros contamos cuentos,Buenos Aires, Editorial Plus Ultra, 1987, 166 págs.
Historias improbables. Antología del cuento insólito argentino, Buenos Aires, Editorial Alfaguara, 2007, 136 págs.
Ficcionario argentino (1840-1940). Cien años de narrativa: de Esteban Echeverría a Roberto Arlt, Buenos Aires, Editorial Losada, 2012, 408 págs.
Cincuenta cuentos clásicos argentinos. De Juan María Gutiérrez a Enrique González Tuñón, Buenos Aires, Editorial Losada, 2016, 220 págs.

Traducciones

a) Libros de ficción
Sanitary Centennial. And Selected Short Stories. Translated by Thomas C. Meehan. Austin, Texas, University of Texas Press, 1988, 186 págs.
Sanitários centenários [Sanitarios centenarios]. Traducción al portugués de Reinaldo Guarany. Río de Janeiro, José Olympio Editora, 1989, 174 págs.
Von Skorpionen und anderen Alltagsgefahren. Erzählungen. Ausgewählt und aus dem Spanischen übersetzt von Vera Gerling. Gotinga, Hainholz Verlag, 2001, 160 págs.
Attukkuttikal Allikkum Thandanai (La Corrección de los Corderos). Volumen de once cuentos en lengua tamil. Nagercoil (India), Kalachuvadu Pathippagam, 2003, 72 págs.
Per colpa del dottor Moreau, ed altri racconti fantastici (14 racconti; traduttori: Alessandro Abate; Mario De Bartolomeis; Isabel Cuartero; Carlo Santulli, Marco Capelli y Eva Malagon Esteo; Luca Muzzioli). Módena, Progetto Babele, 2006, 100 págs.
Existe um homem que tem o costume de me dar com um guarda-chuva na cabeça (18 contos; traduzidos do espanhol por António Ladeira e Helder Semmedo). Entroncamento (Portugal), OVNI, 2006, 182 págs.
Per difendersi dagli scorpioni, ed altri racconti insoliti (20 racconti; traduttori: Alessandro Abate; Mario De Bartolomeis; Federico Guerrini; Renata Lo Iacono; Carlo Santulli). Macerata, Progetto Babele / Stampalibri, 2009, 140 págs.
Goftegoo baa Borgess (Siete conversaciones con Jorge Luis Borges [persa]) (2012). Teherán, Morvarid, 2012, 136 págs.
How to Defend Yourself against Scorpions (25 short stories; translators: Clark M. Zlotchew, Emmy Briggs, Gustavo Artiles, Michele McKay Aynesworth, Alex Patterson, Jonathan Cole, Norman Thomas di Giovanni, Susan Ashe, Donald A. Yates, Naomi Lindstrom). Liverpool, Red Rattle Books, 2013, 216 págs.
Problema resuelto / Problem gelöst (2014). Edición bilingüe español/alemán. Al cuidado de Vera Elisabeth Gerling y Andrea Schmittmann (16 cuentos; traductoras: Francie Boortz, Stephanie Zysk, Emilia Gagalski, Sophia Hübschmann, Verena-Loraine Trzaskowski, Tanja Wichmann, Hoda Istan, Hanna Christine Fliedner, Katharina Meyer, Doreen Klahold, Aletta Wieczorek, Nina Schürmann, Andrea Schmittmann, Sonia López, Johanna Malcher, Constanze Wehnes, Anna-Maria Orlacchio, Sandra Fuertes Romero, Jana Wahrendorff). Düsseldorf, dup (Düsseldorf University Press), 2014, 252 págs.
Dastan haye dorugh-gü [Cuentos del Mentiroso], traducido al persa por Reza Eskandary, Teherán, Hoopa, 2016, 159 págs.
Entegham e mordé [La venganza del muerto], traducido al persa por Reza Eskandary, Teherán, Hoopa, 2016, 206 págs.
Faribkaran e faribjordé [Burladores burlados], traducido al persa por Saíd Matín, Teherán, Hoopa, 2016, 117 págs.
Padash e shah-zadé [La recompensa del príncipe], traducido al persa por Reza Eskandary, Teherán, Hoopa, 2016, 105 págs.

b) Libros de entrevistas
Seven Conversations with Jorge Luis Borges [Siete conversaciones con Jorge Luis Borges]. Translation, additional notes, appendix of personalities mentioned by Borges and translator’s foreword by Clark M. Zlotchew. Troy, Nueva York, The Whitston Publishing Company, 1982, 220 págs.
Sette conversazioni con Borges [Siete conversaciones con Jorge Luis Borges]. A cura di Lucio D’Arcangelo. Milán, Arnoldo Mondadori Editore, 1999, 224 págs.
Hét beszélgetés Jorge Luis Borgesszel [Siete conversaciones con Jorge Luis Borges]. Fordította Latorre Ágnes. Szerkesztette Scholz László. Budapest, Európa Könyvkiadó, 2000, 264 págs.
Borges chi si tan [Siete conversaciones con Jorge Luis Borges]. Traducción al chino de Lin Yi an. Pekín, Guangming Daily Press, 2000, 212 págs.
Sapte convorbiri cu Jorge Luis Borges [Siete conversaciones con Jorge Luis Borges]. Traducción al rumano de Stefana Luca. Bucarest, Editura Fabulator, 2004, 200 págs.
Sapte convorbiri cu Adolfo Bioy Casares [Siete conversaciones con Adolfo Bioy Casares]. Traducción al rumano de Ileana Scipione. Bucarest, Editura Fabulator, 2004, 180 págs.
Sete conversas com Jorge Luis Borges [Siete conversaciones con Jorge Luis Borges]. Tradução: Ana Flores. Río de Janeiro, Azougue Editorial, 2009, 224 págs.
Seven Conversations with Jorge Luis Borges [Siete conversaciones con Jorge Luis Borges]. Translated, with Notes and Appendix by Clark M. Zlotchew. Filadelfia, Paul Dry Books, 2010, 196 págs.
Sedem radsgovora s Jorge Luis Borges [Siete conversaciones con Jorge Luis Borges]. Traducción al búlgaro de Boriana Dukova. Sofía, Enthusiast Libris, 2011, 224 págs.
Sette conversazioni con Adolfo Bioy Casares [Siete conversaciones con Adolfo Bioy Casares]. A cura di María José Flores Requejo, Introduzione di Armando Francesconi, Traduzione e note di Armando Francesconi e Laura Lisi, Note alla traduzione di Laura Lisi. Pescara, Edizioni Solfanelli, 2014, 232 págs.
Sedam razgovora sa Horheom Luisom Borhesom [Siete conversaciones con Jorge Luis Borges]. Prevod sa španskog: Sandra Nešović. Belgrado, Dereta, 2014, 182 págs.