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Juan José Tamayo. ¿Tiene futuro la teología de la liberación?

juan-jose-tamayoEl reconocido teólogo español nos comparte esta entrevista que le realizó Laura Pazo para el diario El Ferrol, en la cual expone sus ideas y sus críticas a la política actual del Vaticano.

 

 

 

Tiene futuro la Teología de la liberación

El teólogo Juan José Tamayo: «La música de la teología de la liberación suena mucho mejor en ámbitos laicos»

Laura Pazo

Criticado en numerosas ocasiones por el Vaticano y numerosos religiosos españoles por su «repetida comparecencia» ante la opinión pública, el teólogo Juan José Tamayo ofrecerá una conferencia el próximo día 10 de este mes en el Ateneo Ferrolán, invitado por el Club de Prensa de la ciudad.

Criticado en numerosas ocasiones por el Vaticano y numerosos religiosos españoles por su «crítica radical» hacia la jerarquía de la iglesia católica ante la opinión pública, el teólogo Juan José Tamayo ofrecerá una conferencia titulada «¿Tiene futuro la Teología de la Liberación?» el próximo día 10 de este mes en el Ateneo Ferrolán, de la Ciudad de Ferrol invitado por el Club de Prensa de la ciudad. Fiel defensor de la teología de la liberación y director de la cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones en la Universidad Carlos III de Madrid, Tamayo asegura estar encantado de la oportunidad que se le brinda en la ciudad naval para explicar sus pensamientos.

¿Qué es lo que van a encontrar los asistentes que acudan al Ateneo el próximo viernes? 
-Trataré de responder a una pregunta que se plantea por doquier,  ¿ha muerto la teología de la liberación? Como cada vez parece que está menos presente en los títulos de los libros y al mismo tiempo no aparece como una disciplina ni troncal ni tan siquiera optativa en los estudios de Teología, esto lleva a pensar a la gente que ya no existe que se la ha llevado por delante el huracán de la globalización, cuando en realidad está viva y activa, se mueve en el horizonte de la razón práctica y se reelabora y formula en el horizonte de los plurales  movimientos sociales de liberación y emancipación que luchan por «Otro  mundo posible».

Ya visitó varias veces la ciudad invitado por el Club de Prensa –por ejemplo, en 2013 cuando vino a presentar el libro «Invitación a la utopía» (Editorial Trotta, Madrid)–. ¿Agradece estas llamadas después de ser vetado en distintas ocasiones por miembros de la comunidad eclesiástica en ciudades como Madrid o Barcelona?
-Muchísimo. En los espacios laicos, en los ámbitos culturales y en los colectivos sociales se me abren todas las puertas, mientras que dentro de la institución eclesiástica se me cierran casi todas  aquí en España. En cambio, en  América Latina intervengo en todo tipo de congresos de teología y participo incluso en jornadas y conferencias con presencia de obispos. 
Aquí los jerarcas españoles, no todos, son especialmente inquisitoriales porque ya se ha dado el caso de que me han prohibido intervenir en cuatro ocasiones Barcelona, en Madrid alguna otra, en Oviedo… Tengo el récord de los teólogos españoles que ha sido vetado y que más puertas eclesiásticas ha visto cerrada. Lo cual no es que me preocupe, porque si le digo la verdad, cuando prohíben una conferencia se multiplica el número asistentes, pero me parece una contradicción que me prohíban antes de escucharme. Mis intervenciones son críticas, claro está, pero constructivas y con la mirada puesta en el cambio tanto de la sociedad como de la Iglesia. Por eso agradezco enormemente a mis amigos del Club de Prensa de Ferrol la invitación.

Juan José Tamayo asegura haber sido «muy amigo» de uno de los impulsores del club, Luis Mera, por lo que el comienzo de la conferencia del próximo viernes se lo va a dedicar a su figura a través de una semblanza en la que destacará los «valores cívicos y ejemplaridad ciudadana, junto con la coherencia ética de su vida, su militancia y práctica política», comenta Tamayo. El hecho de que venga a Ferrol, una ciudad de tradición religiosa es bastante significativo… 
-Aunque no conozco la sociología religiosa de Ferrol, el hecho de que me inviten siendo una ciudad tan religiosa con ese espíritu de una fe muy arraigada en la tradición y que me inviten para hablar precisamente sobre este tema y en un espacio laico, es la mejor prueba de que la música de la teología de la liberación suena mucho mejor en ámbitos en sectores no confesionales que en el interior de la Iglesia. Es necesaria hacer esa alianza y tener esa complicidad entre los sectores culturales laicos y los sectores teológicos críticos con esa mirada en una sociedad más justa y que fomente una convivencia cívica basada en los valores humanos y en una ética humanista que es la que nos aúna a todos. Es el mejor ejemplo de que la creencia o la no creencia no pueden ser motivo de conflicto, sino que tiene que haber un diálogo enriquecedor.
Para todo aquel que piense que la teología pueda estar apartada de la sociedad o de la actualidad, en uno de los artículos que publicó en el blog «Atrio» llevó a análisis la jura de cargo de Mariano Rajoy y sus ministros sobre la Biblia, un texto, a su parecer, «patriarcal».

¿Este hecho en el que usted ha reparado pone de manifiesto la importancia de esta ciencia en el día a día? 
-En realidad, la teología de la liberación no es una apología de la religión sino que es una teoría crítica de ella y de la alianza entre los poderes que se alían para aprovecharse de la ciudadanía. El escenario en el que juraron Rajoy y la mayoría de sus ministros, salvo dos, es la Zarzuela, es decir, la monarquía. Después, está la Constitución en la mesa del juramento a la derecha, a la izquierda la Biblia y detrás de esta un crucifijo. Dígame si no es una alianza entre el trono y el altar. 
Ese escenario es la muestra más fehaciente de la alianza entre poderes pero también de manipulación de los textos y símbolos religiosos. Se trata de la sacralización de un acto político, el más importante posiblemente de una democracia, que se basa en la promesa de servir a la ciudadanía y de poner en práctica nuestra Carta Magna; es además una transgresión contra la propia laicidad del Estado. Pero lo que más me llamó la atención es que se utiliza la Biblia para reforzar una política discriminatoria de las mujeres que sigue afirmando su inferioridad sobre los varones. Y por otra parte, existe otra contradicción: el crucifijo es el símbolo de una persona que fue ejecutada por criticar al poder, por estar constantemente denunciando las injusticias y los comportamientos contrarios a la ciudadanía, y mire por donde ese símbolo va a legitimar un gobierno en el que hay personas supuestamente corruptas, justifica esas actitudes contrarias a la ética evangélica y cívica.

En numerosas ocasiones se ha mostrado partidario de las actuaciones llevadas a cabo por el papa Francisco, fiel defensor de la apertura de la Iglesia. Es de suponer que su figura va a estar presente en la conferencia del día 10… 
-Voy a mostrar el cambio tan profundo de actitud que se ha producido entre los pontificados anteriores y el actual. Juan Pablo II y Benedicto XVI condenaron sistemáticamente a lo largo de 34 años a la teología de la liberación y, además, con descalificaciones muy gruesas y condenas muy injustas. Francisco ha puesto en marcha un cambio de modelo en la Iglesia y también ha incluido en su actitud acogedora y respetuosa a la teología de la liberación. 
Aunque me parece muy coherente la propuesta que hizo al estrenar el pontificado, «quiero una iglesia pobre y de los pobres», eso no quiere decir que no tenga actitudes críticas con determinados comportamientos del Papa que me parecen que no conducen de manera correcta a la reforma de la Iglesia que él mismo quiere. Un ejemplo de ello, es el caso de las mujeres, a las que en reiteradas ocasiones ha declarado excluidas del ministerio sacerdotal. No dudo de que tiene enorme dificultades, pero no se están produciendo las reformas que eran de esperar y que él mismo anunció desde que se hizo cargo del gobierno del Vaticano

DIARIO EL FERROL-7 DE FEBRERO 2017