José Ángel Leyva

Presentación La Otra 117

La otra es de ayer, siempre mañana
117 en el 2017

José Ángel Leyva

José Ángel LeyvaPara La Otra no termina un año y comienza otro, es en todo caso una onda que se continúa en otra, siempre en La Otra. Este ciclo nos hace reflexionar sobre los sucesos planetarios e individuales, entre las naciones y los colectivos humanos.

 

 

2016 nos enseña y nos alerta acerca de cómo nos vamos aproximando a las visiones catastrofistas de 1984 de George Orwell o Un Mundo Feliz de Aldous Huxley, la representación del mal como la llegada de bárbaros y heraldos del terror, nuevos enemigos con el rostro de extraños y extranjeros, nuevas acechanzas, incómodas presencias de quienes osan preguntar o desdeñar el uso de fórmulas de superación o de autoayuda, de quienes descreen de los milagros y el reino de otro mundo, de quienes miran con repugnancia el espectáculo de la enajenación material y el dominio de la apariencia. Los enemigos reales no son la ignorancia y la miseria, prisioneras de la demagogia y la manipulación, sino aquellos que piensan por sí mismos, quienes evidencian las fronteras, los muros, los ejercicios de poder militar, la corrupción, la sed de tener. Los aliados del poder serán los enemigos de mañana.

Y no obstante, más allá de los horrores de este mundo, de las imágenes de Siria, como no hace mucho vimos las de los Balcanes o las de Bagdad, las de Hiroshima y Nagasaki, las del Holocausto y las guerras mundiales, pensamos en la belleza, sentimos que la marejada humana de la estupidez y el resentimiento, de la envidia y el miedo se diluyen en unas cuantas conciencias claras que formulan la solución del olvido. Uno puede encontrarse con estupor y orgullo en una plaza de Marsella con el nombre de Gilberto Bosques, diplomático mexicano que puso a salvo a muchas familias judías ante el exterminio nazi, como puede serlo también Gonzalo Martínez Corbalán para el caso chileno, y sentir que no todo está podrido en México, que aún entre los Trump elegidos en cualquier sociedad hay ciudadanos que arriesgan sus vidas para cambiar el rumbo de la historia, por salir del estigma de ser, como lo afirmara Cioran, el error de la naturaleza. Y en medio de la banalidad y el sálvese quien pueda surgen ejemplos de integridad y de entereza, de imaginación y futuro, de lucha cotidiana y perseverancia, brotan allí donde hacemos visible la realidad. La lucidez tiene lugar aún en el espectador que contempla conmovido el Guernica de Picasso, o sonríe con dolor ante las imágenes del Bosco o de Brueghel «El Viejo», que se estremece ante los Caprichos de Goya, o reconoce la vigencia de Shakespeare, el rayo demoledor de Camus, no sólo el ingenio sino el genio de Sor Juana, la fibra más honda de la humanidad en Bach, o el llamado a la fraternidad de Beethoven, la rebeldía amorosa de Revueltas, de ambos José y Silvestre, en el mañana de Cuba recitando versos de Martí, en el poderío de Estados Unidos con el sarcasmo de Ambroce Bierce o la dulzura de Whitman, en el lector pues que advierte con todos los sentidos su papel en esta oportunidad de la existencia, en el hombre capaz de verse no en sí, sino para sí, para los otros.

Agradecemos a todos nuestros lectores la oportunidad de entrar a sus espacios comunes para forjar esa comunidad individual de la conciencia, para compartir, siempre com partir, el flujo de la poesía y el arte, el pensamiento y la palabra. Este esfuerzo editorial es colectivo y no pretende nada que no sea el despertar una pregunta que florezca y dé frutos en preguntas. Les deseamos convencionalmente que el 2017 permita a cada uno interrogarse acerca de sí, como si fuera otro. Al hacer La Otra, quienes la invocamos, desde adentro o desde afuera, ya estamos haciendo el ejercicio de interrogarnos como si fuera mañana, como si el ayer estuviese allí, en esas manos primitivas que empuñan un palo y una piedra con la pregunta aún a flor de labios: ¿son armas o instrumentos?.

 

2 comentarios

  1. Félix Luis Viera