Una Medalla de oro para Juan Gelman en Bellas Artes

José Ángel Leyva
José Ángel LeyvaEl 14 de enero del 2014 Juan Gelman abandonó este mundo, pero dejó un testimonio estético y moral extraordinario, un ejemplo de voluntad contra el olvido, una enseñanza de humanidad pocas veces vista. Juan murió sin dejar cuentas pendientes en asuntos de justicia y de literatura, de poesía. Su obra vivirá por sí misma, más allá de su tragedia personal. Nos quedan también la risa y los juegos gelmánicos. Recupero ahora y aquí estas notas traviesas que leí cuando se le entregó en Bellas Artes una medalla como reconocimiento a su trayectoria, luego de haber recibido los premios Reina Sofía y el Cervantes de Literatura.

 

 

Dudábamos que fuese de oro, aunque la merecía de ese metal, pero el INBA podía dar gato por liebre en plenos juegos Olímpicos. El pretexto fue un intercambio de correos electrónicos con nuestro amigo Jorge Boccanera, quien estaba intrigado por saber si en verdad era de oro. Juan Gelman en esa ocasión, a poco más de un año antes de su muerte pidió que no se le reconociera como un argenmex más, sino como un mexargén, pues aquí había vivido los últimos años de su vida más plenos, más amorosos, con más reconocimientos y con una familia que le daba sentido a su hogar mexicano.

Una Medalla de oro para Juan Gelman en Bellas Artes

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Homenaje a Juan Gelman en Bellas Artes

 

Algunas preguntas reales e imaginarias de Jorge Boccanera, como alterónimo de Juan Gelman en el medallero lírico.
Cuando le daba vueltas a mi discurso para celebrar la medalla de oro de Juan Gelman, pues supongo, estoy persuadido que es de oro, me llegó un email de Jorge Boccanera desde Buenos Aires. Enterado de este reconocimiento a nuestro mutuo y querido amigo Juan, me propuso algunas preguntas que debía responder a la brevedad y así poder publicar su nota en la agencia noticiosa para la que trabaja. Sus preguntas me hicieron descender de mis elevados propósitos de escribir un sesudo ensayo, más por lo que se suda que por lo que de sesos tienen mis escritos, sobre el misticismo en la obra de Juan Gelman: el misticismo de un agnóstico, la mística de una poeta. Pero las urgencias de Boccanera desviaron mi camino a la mitad del intento y me puse a responder a sus preguntas meridianas. Debo confesar que no estoy seguro que él me haya expuesto algunas interrogantes, pero en todo caso las pensó. Así, en un mano a mano de afectos y admiraciones, me alejé de mi ensayo sobre el misticismo gelmánico y puse mi atención en este acto de premiación. Comienza el cuestionario.

Jorge Boccanera: ¿El reconocimiento de Juan es una Medalla o es un premio en efectivo?
Respuesta: efectivamente, es una medalla.

Jorge Boccanera: Suena a algo olímpico ¿no te parece?
Respuesta: Sin duda. Juan me contó alguna vez que en el barrio fue conocido como el Pibe Taquito porque le gustaba meter o intentar meter goles de taquito, es decir, con el talón. El es afecto a los deportes pero no a las competencias, y lo que busca es meter los goles, poner el esférico en la red. Si fuera corredor sería campeón no en velocidad sino en maratón. Ha roto todas las marcas que se ha propuesto y ya era hora que le dieran su medalla, que, estoy seguro, es de oro.

 

Juan Gelman
Antología de Juan Gelman

Boccanera : ¿Por qué crees que es merecida esta distinción de la medalla a Gelman?
Juan Gelman es un referente cultural en México. Sin perder su argentinidad, incluso afirmando su hondo porteñismo, ha echado raíces con semejante libertad como lo hicieron miles de exiliados en México por causas políticas. Tú fuiste uno de esos ellos, ¿lo recuerdas? No es el caso de Gelman, quien decidió quedarse en México por la razón que él mismo subrayaba a un periodista argentino, en una entrevista de hace pocos años:  "porque estoy enamorado de Mara, mi mujer". Otras justificaciones que el propio poeta ha declarado son las amistades que ha encontrado y cultiva, y sin duda porque el país lo siente como propio. Después del Premio Cervantes a Juan sólo le espera el Nóbel de Literatura. La Medalla Bellas Artes que le da el Gobierno de México es un mimo, un apapacho, como decimos aquí, a un poeta universal que ha venido a nutrir lo local.

Gelman
Gelman y Macarena

 

Boccanera: ¿cuáles serían los rasgos relevantes de la poética de Gelman, según tu opinión?
Es un poeta con un espectro formal y sustantivo muy amplio, con una voz dotada de una polifonía muy potente, energética dirían algunos; un discurso protéico que no concede, que no complace, no se estaciona ni acicala, ni engorda en un estilo. Algunos de sus títulos hacen hincapié en esa convicción, Cólera Buey, Valer la pena, De atrásalante en su porfía, El emperrado corazón amora, por citar algunos. La poesía de Juan responde a una dinámica interior donde las imágenes, pero sobre todo las palabras buscan acomodo no en una musicalidad convencional, sino en una sintaxis de ruptura, de cortes rítmicos y arrítmicos, pero bien temperados. Nada en la poesía de Juan es gratuito, nada es automático, aunque sí espontáneo y fiel a su naturaleza y su destino, a su propósito expresivo y comunicativo. Las palabras emergen en libertad pero son conducidas por esa voluntad gelmánica de ponerlas en crisis, de hacerlas buscar sus posibles identidades en el tiempo, en el espacio, en las lecturas, en la invención pura, en el lenguaje banal, en su responsabilidad estética.

La obra de Gelman, como bien lo dices tú en el prólogo que haces para la antología que preparaste, Animales del azar, y que recién aparece bajo el sello de La Otra, es una de las más interesantes y ricas en la actual poesía por su diversidad de registros y su potencia lírica. Es no sólo conmovedor sino ejemplar el hecho de que Juan, a sus 82 años de edad, busque aún en  esa fuente inagotable que posee. Todos esos personajes que pueblan el mundo literario de Juan Gelman, profetas conocidos e inventados, migrantes de los Estados Unidos, japoneses, árabes, judíos, compañeros de lucha argentinos, místicos españoles, dan idea de una sola veta por estudiar en la obra gelmánica. Yo he querido llamarlos heterónimos, él se niega a aceptar el término por la implicaciones que tiene, no sólo en la memoria ligada  Pessoa, sino por el hecho de que él los reconoce como producto de su escritura. Como no me convence el término que él emplea, seudónimos, los he llamado alterónimos, y a Juan le ha gustado. Ello nos habla de dos cosas inmediatas: su inconformidad creativa y una mística fundada en la poesía, en eso que él define como "el arbol sin hojas que da sombra o, en el sentido de un perpetuo diálogo consigo y con sus otros, la presencia ausente de lo amado"

Gelman
Juan Gelman

 

Boccanera: Por qué crees que ha entrado tan fuerte su poesía en los lectores mexicanos?
¿Y cómo no? Juan es un regalo de la poesía.

Boccanera: Por último, José Ángel, ¿sabes tú quiénes más estaban en la lista para recibir la Medalla de oro?
No estoy seguro, pero me han dicho que las autoridades de Bellas Artes barajaron nombres distintos como Sidney West, Isaac Luria, Samuel Hanagid, Yehuda Al-Harizi, John Wendell, Yamanokuchi Ando, Emmanuel de Roma, Yehuda Halevi, Eliezer Ben Jonon, Ezequiel, Salomón Ibn Gabirol, José Galván, Dom Pero, Julio Grecco y hasta otro Gelman que de todos modos Juan se llama. Pero el Pibe Taquito, nuestro Juan Gelman, se lleva la de oro, porque, debe ser de oro, ¿o no?

 

Jorge Boccanera
Jorge Boccanera

 

Galería de Juan Gelman