Lisi Turrá. Argentina, 1959

lisi-turraMuestra poética de esta autora asentada en Guadalajara, México, desde hace ya suficientes años hasta ser considerada argenmex.

 

 

lisi-turra
Lisi Turrá

LISI TURRÁ / Buenos Aires, 1959

Estudió Arquitectura y Música. Desde 1998 reside en la ciudad de Guadalajara, México. Publicó Vía (poemas) / Editorial Universidad de Guadalajara / 2001
Fulana (poemas) / Editorial La Zonámbula / Guadalajara 2009
La cacerola deslumbrante (poemas) / Editorial Leviatán / Buenos Aires 2014

Conductora del programa de radio “Las Ruecas del Tiempo, poesía para destejer la memoria” / Red Radio Universidad de Guadalajara / 2009-2013
Actualmente es coordinadora, junto con los poetas Raúl Bañuelos y Salvador Fong, del seminario de poesía “Grandes poetas de la historia”, organizado por el Antitaller de Poesía César Vallejo / Guadalajara 2013-2014

 

LA BUGAMBILIA DE HERRERA Y CAIRO (inédito)

A la reja de la tarde se amarra una enredadera
gris como un tango
en los entresijos de lluvia
de punta y raja
Dolores del Río está vestida de luto.

Ella aparece en el fotograma de la tormenta
la galana
la de los ojos estrellados
dolores sin miriñaque y sin rebozo
tiene en su mano un tigre alebrestado
pero está desnuda.
¿Dentro de qué relámpago pone sus tetas
a cantar, para qué llover
por cuál resquicio se va de la película?

La enredadera es una puta color magenta
quiere que el tigre la mee
le marque su territorio y le pinte uvas
aunque sea muy en la esquinita
del bastidor de Tlaquepaque.

Pedro Armendáriz que acaba de aparecer
se caga a tiros con su corazón
y se muere.

Dolores del Río está feliz
por esos bigotitos.

 

BLUES AL MEDIODÍA (inédito)

Buddy
la luz está trepando al cenit
amasijo de epifanías en la cámara lenta
                    del domingo
las horas a caballo de una Stratocaster
pulen el cristal de las cuerdas
¡qué ganas de ahorcarse
en tralalá de besos qué ganas de coger!

Bluses de un corazón entreverado y absuelto
de todos los demonios
la música es perfecta tiene pájaros
árboles elefantes topacios clarividencia
unos cantorcitos vibrando
                    en amarillo
hacen equilibrio sobre las doce en punto
tiempo del infinito.

 

ROCANROLITO MAÑANERO (inédito)

Pulsando las cuerdas de la guitarra con sus semicorcheas ta ta ta ta, arranca la piel del sueño ya diminuto entre almohadas y pelos, música de la mañana y llegar tarde al trabajo porque lo mejor es despertar cuando los segundos son eternos, caben siglos en la lengua desplazada de un lado a otro, de un país a otro y de silencios nadie habla. Suena un bajo, va más abajo en el pentagrama directo a la clave de Fa enrulada en cuarta línea, hay mucho por tocar en los alrededores sonando, mucho de dame tu boca de date vuelta y de estar viniéndose y yendo por la especie humana entre cobijas. Todo es fuerte y atolondrado, es canijo es blando el amor, a esta hora cantan los deseos descansados, agua para el día y algo de no me importa nada. De la noche anterior no hay recuerdos. El sol pone su cuota de tonalidad por las rendijas, una batería de solos una máquina de café. Ahora me toca a mí.

 

FRUTAS (inédito)

Mientras te escucho masticar la mariposa de la manzana no digo nada, así desnudo, vestido con tus dientes, todo lo demás anda suelto por ahí, el culito al aire, los pies sucios, tu sexo como uvas. Yo me agacho, hago que estoy buscando algo, estoy buscando algo. La cocina es un infierno, me duele el piso en las rodillas y los huesos se quejan dicen –ésto vale la fruta. Huele la mordida suave, el paladear con la lengua la cáscara, la semillas el frío, todo lo que vendrá. Y lo que viene es un vendaval de aromas de papaya sandía naranjas, sobre todo naranjas fragantes. Yo mientras sigo buscando por ahí algo de mí desparramada por la vida, voy buscando mi boca entre la mugre y las baldosas,
la cochambre del poema.

 

CHIANTI DEL ÉXTASIS

Cacarea el gallito del vino
picotazo encendido
el encuentro celebra sus ángeles
de estatura morada

ella abre las piernas al porvenir
                    de la copa
                    dice kikirikí

rumbo de piernas anudadas
en la adversidad de los puñales
convergencia de sed
y afuera el tiempo es tan lento
con su basura de arpa
el sol metálico pudre los nombres.

Parecido al infierno
oliendo como perros su transpirada
soledad sus árboles meados
mudando pulgas en el abrazo
y otros animales

mucho alcohol
en los pliegues remotos de la tarde
                    descorchada.

Entre sus bocas una fiera
que muestra los dientes

ninguno da el zarpazo sobre el vino
derramado ninguno
nombra la palabra amor.