Abel Murcia. Desconcierto instrumental

murcia-abelDe su reciente libro, este poeta y traductor español-catalán, 1962, quien ha dirigido los Institutos Cervantes de Varsovia y de Cracovia, y recientemente mudó su lugar de residencia a Moscú, nos ofrece una muestra de “Desconcierto instrumental”.

 

 

DESCONCIERTO
INSTRUMENTAL

ABEL MURCIA
PLANETA CLANDESTINO # 145

 

PRELUDIO

 

VIDA
acompasada te acercas y te alejas
de los labios
en un rítmico besar y desbesar
del tiempo
agarrada a la yema de los dedos
un día te abandona el tacto
perdida la batalla
sólo cambias de nombre
VIEJA LA infancia
amarillea lenta
en nuestras fotos

CUANDO REGRESE al pueblo
correré a visitarte;
sólo si se repite,
tiene sentido un rito.
No sé si imaginar
que, como siempre, ahí andas esperando,
o aceptar finalmente
que soy yo quien espera.
Pero sé que será otra vez el aire
quien se abalance a hacernos compañía
–la loma en el repecho del camino
donde observas el paso de las nubes
no es ajena a las leyes de la física,
el viento acorrala a las hojas del otoño
contra el muro encalado
y las deja después abandonadas
para que el tiempo las convierta en polvo–.
Compartiré contigo tu silencio
dejaré que compartas mis palabras,
iremos poco a poco
desgranando recuerdos
que un día se vistieron
de foto hoy color sepia.
Después, cuando acabemos,
recogeré con mimo lo contado ,
meteré en el bolsillo la memoria,
iré hasta la salida
y cerraré la puerta cuando salga.
Y a mis espaldas tú
te irás haciendo ocaso
y pintarás de sombras
el rojo apasionado de la tarde.
Y te irás alejando con mis pasos,
yo te iré haciendo lejanía,
haciéndote distancia,
haciendo de ti un eco
tan ayer, y tan hoy y tan mañana.
Y dejaré marcado el horizonte
con una discontinua línea de cipreses
para encontrar así, cuando lo busque,
entrada ya la noche,
el oscuro camino de regreso.

EN LA distancia
el ruido de tus pasos
sabe a tormenta

 

 

Abel Murcia
Abel Murcia

INTERLUDIO

No pertenezco a ningún paisaje.
DAVID CARRIÓN

 

DEBAJO DEL agua, quietas las piedras.
Sobre las piedras discurre el agua.
¿Qué piensa el agua?
¿Qué saben las piedras del movimiento?
¿Qué prisa tiene el agua?
¿Adónde corre?
¿Quién acaricia a quién?
¿Contra qué tacto choca
qué superficie?
Del silencio del agua,
de la piedra en silencio,
el murmullo del río.
La piedra es agua quieta;
piedra veloz, el agua.

GRUÑE LA puerta
en los goznes la herrumbre
tiempo que pasa

 

MAR
Es este otro regreso.
Y tú aquí sigues,
invariablemente otra,
siempre igual a ti misma.
Reflejo de tu propio reflejo,
acompasada, sinuosa compañera
también en la memoria.
Plácida presencia transparente,
agitado rumor ronroneante
jugando a ser un gato,
o una gata tal vez,
según quién se te acerque.
Extensión de todas las heridas,
perseverante cicatriz
horizonte de todas las distancias,
territorio del sueño
de una infancia pirata
náufraga de un fallido abordaje
a una tierra adulta
que se alza en otras costas.

EN LA distancia
me duele tu silencio
no cicatrizo

 

ME EMPEÑABA de niño en entender
el mundo hacía preguntas
y así con las respuestas y sin ellas
fui haciéndome un rincón en el vacío
desde el cual observar a los demás
con el tiempo cambiaron las preguntas
el rincón cada vez fue más pequeño
a la sombra de la luz de las ventanas
alcanzo a leer los garabatos
que recorren los muros del lugar
de qué color es el nombre de la cosas
a qué sabe el silencio por las noches
cómo suena el tacto de la ausencia
qué olor tiene de día la distancia
qué siente nuestra piel si no la tocan

SON ESTAS horas
animales sin rumbo
lejos del agua

SERPENTEA EL camino bordeando
una rocosa mar azul abismo
los pueblos se suceden
como cuentas de un collar de familia
presente desde siempre en la memoria
recodo tras recodo
vamos dejando atrás
al que fuimos un día
al llegar al destino
desharemos los pasos que hemos dado
sentiremos ya viejos los olores
pero ya no estaremos esperando

EL SOL se pone
la luz se va tras él
tú permaneces

 

PRELUDIO DEL ENTREACTO
Replegada la noche, te adentras
en el fragor de la existencia,
te arrojas al abrazo de la calle,
el frío se apodera de la piel,
aligeras el paso,
la casa queda atrás
hasta no ser siquiera un rastro en la memoria;
el aire trae el silencio
y lo extiende por los andenes grises.
El viaje ya ha empezado,
pero tú no lo sabes.
La vista se pierde en los raíles
que reverberan a lo lejos
acariciados por una luz que apenas
es promesa de un día que despunta.
En la vieja estación
–la memoria así nos la devuelve ahora al
presente–,
el tiempo hace mucho que detuvo el reloj
y lo dejó convertido en poco más que un eco.
Si uno fija la mirada a contraluz,
aún logra entrever las sombras de otro entonces,
y tal vez incluso consigue adivinarse entre la
bruma.
A ráfagas marcadas por el ir y venir de la puerta
de un bar
que cerró en un ayer lejano
el olor a café se abre paso hasta a ti
mientras subes, todavía dormido,
a ese tren fantasma que recorre tu vida.

LAS OLAS blancas
amarradas al mar
se balancean

 

 

murcia-abelAbel Murcia (Vilanova i la Geltrú, 1961), licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Barcelona, ha sido profesor de español en las Universidades de Lodz y de Varsovia, en la UIMP de Santander, y en el Instituto Cervantes de Varsovia, centro que ha dirigido. En la actualidad dirige el Instituto Cervantes de Cracovia. Es autor de varios diccionarios bilingües y codirector de una serie de lecturas graduadas de la editorial Edinumen, donde tiene publicada La última novela. También es el traductor al español, junto al poeta mexicano Gerardo Beltrán, de la obra poética de distintos autores polacos, entre los que se hallan la Premio Nobel Wisława Szymborska (Poesía no completa, F.C.E.; e Instante, Ediciones Igitur), y Tadeusz Różewicz (Siempre fragmentos, bid & co. editor) y, en solitario, de la poesía de Ryszard Kapuściński (Poesía completa, Bartleby editores). Asimismo, es autor del libro de poemas Kilómetro 43 (Bartleby editores). Sus poemas han sido traducidos al italiano, al lituano, al polaco y al portugués. Es miembro honorífico de la Asociación de Escritores Polacos.

 

 

Un comentario

  1. Pilar Merenciano