El mundo en un hilo

Jordi Virallonga: La transparencia oculta lo que muestra
José Ángel Leyva
leyvaCuenta la leyenda que Dios decidió destruir la humanidad cuando reconoció que había creado una mala especie, insalvable, pero el privilegio de la duda lo tuvo Noé. El mal estaba en el hombre, sólo éste podría vencerlo. Y aquí estamos, empecinados en acabar con las dudas: la descomposición social en México, la masacre de palestinos, las bombas sobre Irak, los malos buenos, los buenos malos. Mientras, el poeta catalán Jordi Virallonga lee versos de sus amigos a las cuatro de la mañana en Cadaqués.

 

Jordi Virallonga: La transparencia oculta lo que muestra

Jordi Virallonga
Jordi Virallonga

Cada poeta elige su escritura o es encontrado por su voz, por la musicalidad de su existencia y sus sentidos. Un poeta es su respiración, el aliento con que dota a sus versos, con la intención de comulgar o no con sus lectores, para que comuniquen o expresen significados en el arreglo de las palabras. La poética de Jordi Virallonga está hecha para comunicar, para tocar las fibras del lector y del escucha; son líneas para ser descifradas por el ojo, pero están constituidas sobre todo para ser escuchadas. Su mayor potencia la alcanzan cuando son expuestas en voz alta. Poesía directa, nacida de las entrañas.

Jordi Virallonga
Jordi Virallonga

Cuando José Hierro nos alerta sobre el personaje: arrollador, vehemente, pantagruélico si se desea, nos coloca ante su lírica de amor, de ternura y melancolía para despojarlo de su apariencia física y dejarlo en la desnudez de su sensibilidad y sus apetencias. Hay un alma de niño que nos habla de sus deseos, sus fantasías, sus experiencias y sus frustraciones; un hombre maduro que dialoga con ese infante en absoluta complicidad en el recuento de las vivencias, de los miedos, de los años, así lo hace saber este poeta: “A casi todos nos ocurre algo parecido, /queremos ser nosotros pero ansiamos / ser quien viene de visita. /Ajenos a la edad escondemos las maletas / para no cambiar de barrio, dispersamos ciudades / encima de una mesa, con mujeres y días, / pero planeamos la vuelta a nuestro reino. /… / el cuerpo destrozado es sólo nuestro.” (Ser Ulises)

Jordi Virallonga
Jordi Virallonga

Jordi Virallonga vierte en sus versos un yo íntimo sin reservas. En cada poema desnuda sus vivencias afectivas, vierte la biografía lírica de su vida, de momentos pequeños o circunstancias mayores en los que el entendimiento es oscuridad y lucidez; trayectoria plena de encuentros y desencuentros, de edificaciones y desmoronamientos intempestivos, de futuros sentimentales derruidos por la carcoma de las debilidades propias y ajenas. Versos que destilan una emotividad contradictoria, a veces transida por la pérdida, otras por el balance de los hechos, sin duda también por la ira y el desencanto, pero es común la festividad, la celebración, la embriaguez de los sentidos ante la plenitud de la vida y el camino del juglar y del goliardo. Estamos ante un poeta transparente, situado en los límites de lo confesional y la epifanía de un yo entregado al microscopio de su curiosidad.

Con tono socarrón, el poeta Hierro nos advierte contra la apariencia de este gigante voraz y veleidoso, de ese Polifemo pleitista e iracundo, para instalarnos en los dominios de su ternura y en un relativo candor cuando Virallonga defiende su pertenencia a la poesía, cuando se reconoce poeta en comunión con sus colegas, sus amigos, sus amores, esos otros imprescindibles con quienes busca intercambios existenciales y afectivos. “Si asistir pudieras al despido de una mano /infantil rebasando su estatura, / la verberación de la ropa en los límites del jardín: /el responso de los besos, el alud de las espaldas / Si no supieras, / que donde estuve es donde estoy, /y que no importa se hayan muerto tantas cosas.” (Propiedad y permanencia de las cosas)

Jordi Virallonga
Jordi Virallonga

Jordi cuenta y canta, cada poema es una historia personal o una perspectiva íntima de la realidad, la suya y la de los otros. Podría decirse que hay una melodía y un tono implícito en sus letras. No es un discurso que se aparte de los poetas españoles de su generación, más bien corre paralelamente a éstos, pero representa a la vez una escritura bañada en el sol de sal del mediterráneo. Un discurso que dialoga con sus antecesores de la talla de José Agustín Goytisolo, que escribe en español, y con la poesía escrita en catalán, que él ha traducido y difundido en el mundo de habla hispana, como la de Joan Margarit. Poemas que narran, cuentan, imprimen un orden cronológico a los sucesos que transcurren en la mirada o en lo profundo del sentimiento y la mente.

“Te llevaste contigo la evolución de los nombres que había aprendido, /pero al alzar los ojos y ver la plural amplitud de la miseria, / por un segundo pensé / que la historia fue nuestra todo el tiempo.” (“La ciudad que fuimos”)
Sí, Jordi es un poeta catalán que escribe en castellano, o como gustamos decir en América Latina, en español, que es una lengua hablada por alrededor de 450 millones de personas en el mundo. Pero su idioma cotidiano, el de casa, es el catalán. Su poesía tiene el tono mediterráneo y sus colores son azules, naranjas, ocres, pasteles. Tienen un sabor de historia y resistencia, de gusto ibérico, de perfumes marinos, de ancho mundo por la Odisea de su palabra que, como agua clara, nos deja asomarnos al lecho de sus sueños y conquistas, sus derrotas, sus nuevas y futuras aventuras. Una poesía que emerge del bilingüismo y la historia de tráfagos culturales de su natal y antigua Cataluña.

“Ante la muerte la vida no sirve para nada. / Mientras tanto los ojos que resisten la ceguera  / habilitan al hombre y a la bestia, / justifican la rabia o el pudor de no haber sido / el príncipe al que temen los mercaderes de Ítaca.” (Ser Ulises)

Texto escrito como prólogo a la antología Doble Fondo IX (Gabriel Arturo Castro y Jordi Virallonga), Biblioteca Libanense de Cultura, Colombia 2014.

 

 

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José Ángel Leyva

 

 

Un comentario

  1. Susana Giraudo