El disimulo, así nació el narco

ruben-rocha-moyaAzucena Manjarrez entrevista al autor de esta novela, Rubén Rocha Moya, ex rector de la Universidad de Sinaloa y originario de Badiraguato, cuna del narco mexicano. El disimulo es la definición de nuestra realidad.

 

 

Humaniza al narcotráfico en novela

Rubén Rocha Moya cuenta en El disimulo. Así nació el narcotráfico, una historia con personajes de carne y hueso

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Azucena Manjarrez

Antes de que se le acabe la memoria Rubén Rocha Moya decidió contar el nacimiento del narcotráfico en Sinaloa. Lo hizo para saldar una deuda que tenía con la tierra fértil que lo vio nacer: Badiraguato.
El ex rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa, dejó de lado los datos fríos para narrar una historia de carne y hueso. El disimulo. Así nació el narcotráfico, es una novela donde los personajes conviven con un mundo que poco a poco se vuelve propio; el de las drogas.

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Rubén Rocha Moya cuenta el nacimiento del narcotráfico.
Libro El Disimulo
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De corte costumbrista y situada en Chepederas, un lugar que puede ser cualquiera, el autor toma como punto de partida a una familia pacífica que al final ya no podrá ser la misma.
En poco más de 200 páginas, la novela se aboca a contar la realidad apabullante para los muchos, que sin buscarlo tienen que convivir con el narcotráfico.

“Esta novela es una suerte de fijación que había tenido por ser originario de Badiraguato y que en mucho ha sido estigmatizada por hacerse suponer que si ahí nació el narco, todo mundo es narco. Esta es una realidad cargada de costumbres, en la que busque destacar el habla”, comentó el autor.
“Todo lo que cuento parte de un acontecimiento real, cosas que me tocó ver o escuchar, aunque viví en Batequitas hasta los siente años, nunca me desligué por completo; me interesaba examinar el narco en su origen, su cultura,  tradiciones”.

Recrear la realidad
Después de haber publicado Caña quemada, en 2012 donde también tocó este tema, Rocha Moya aseguró que le hacía falta escribir un trabajo de largo aliento.
Por eso decidió desempolvar sus notas para concluir esta novela que a pocos meses de lanzada ha llegado a sus segunda redición.
“Terminé pensando que la perspectiva de lo que quería hacer sería literaria, eso me permitiría hacer una recreación de esa realidad que conozco muy bien”, explicó.
“La trama general que tiene qué ver con el modus operandi de las bandas del narcotráfico, pero junto a ello una serie de historias que tienen el propósito de presentar la realidad antes y después del fenómeno del narco”.
Sin declararse investigador sobre el tema, Rocha Moya señaló que no hay más que el registro esa memoria que decidió hacerla libro antes de que se le acabara.
“Sentí que era el momento de publicarla, algo que durante muchos años no me apuró, pero de alguna manera tenía una deuda con los habitantes de Badiraguato”.
“La novela tienen qué ver con la costumbre, la parte de la oralidad, la vida del campesino frente al fenómeno del narco, la mujer que incursiona en él, el  gobierno y policías permisivos”.

Presentación del libro
Presentación del libro

Rescatar el lenguaje
Seguro de no haber sumado a la ‘moda’ del tema del narcotráfico, señaló que lo que hace diferente a lo escrito por Élmer Mendoza, Luis Astorga, Javier Valdez, es el abordaje.
Lo suyo es un novela en el medio rural, desarrollada en la zona conocida como Triángulo Dorado.
Ahí los personajes hablan a pecho abierto, porque el autor decidió rescatar el lenguaje de los habitantes de la sierra de Sinaloa.
Le interesa el lector no encuentre barrera alguna para seguir la ruta de la historia, que poco a poco revela nexos entre la autoridad y el narcotráfico.
Y eso completa la radiografía humanizada del narcotráfico, que al propio autor le tocó ver crecer y que ahora se cuenta en este libro editado por Granises Servicios Editoriales.

 

FRASE
“Esta novela es una suerte de fijación que había tenido por ser originario de Badiraguato y que en mucho ha sido estigmatizada por hacerse suponer que si ahí nació el narco, todo mundo es narco. Esta es una realidad cargada de costumbres, en la que busque destacar el habla”.
Rubén Rocha Moya