Jorge Boccanera entrevista a Margarita Laso

margarita-lasoA propósito de la visita a Buenos Aires de la poeta y cantante ecuatoriana, Boccanera, el poeta, ejerce su oficio de periodista y nos aproxima a los ámbitos lírico y musical, existencial, de Margarita Laso. (Enlace para ver su video publicado el número anterior)

 

 

Margarita Laso
“Animales que conozco dentro de mí”

Jorge Boccanera

Jorge Boccanera
Margarita Laso
Poeta y cantante de música popular, la ecuatoriana Margarita Laso se presenta en Buenos Aires en el marco del IV Festival Latinoamericano de Poesía, donde leerá textos de una obra enmarcada en el trazo erótico, motivos de su tierra y un bestiario, de animales que, dice: “habitan madrigueras que conozco dentro de mí”.
El encuentro, a realizarse del 20 al 27 de junio en el Centro de la Cooperación Floreal Gorini, contará con destacados poetas del exterior como el colombiano Juan Manuel Roca, la chilena Damsi Figueroa, el boliviano Jorge Campero y la cubana Georgina Herrera.

Entre los libros de la quiteña Laso –Premio de Poesía “Jorge Carrera Andrade”, uno de los galardones más preciados en su país- figuran los títulos: “Los lobos desarmados”, “Queden en la lengua mis deseos”, “El trazo de las cobras”,  y “La fiera consecuente”.
Laso integra una promoción de poetas ecuatorianas mujeres entre las que sobresalen María Fernanda Espinosa y Aleyda Quevedo y otras que Margarita agrega, especificando que se trata de una “actividad literaria encendida en las letras”: Sara Vanegas, Maritza Cino, Catalina Sojos, Marialuz Albuja y María Ángeles Martínez”.
Darío, Neruda y Vallejo, son los nombres que da cuando se la interroga sobre sus influencias (“como el trío que abordé en la primera  de adolescencia”), y agrega a notables poetas de su país: Dávila Andrade, Carrera Andrade, Jorge E. Adoum y Jara Idrovo. 
 Tambien “la canción popular” la influenció: “Los cantautores, los que musicalizaron poesía, todo lo que conocí a través de las coplas, las voces de los cantores. Por ejemplo, Nicolás Guillén o Federico García Lorca, que fueron primero cruzados por la música”.

Quito

Sin duda uno de los ejes de la poesía de Laso es el erotismo desde sus primeros textos, con versos como este: “tuve un hombre y él me tuvo”: “Lo amatorio ha sido un tema recurrente y no descarnado sino todo lo contrario. He caminado en la proximidad del abismo”.
El tema, dice: “Fue de la celebración de lo vital a la constatación de su fugacidad. Lo he relacionado, a la hora de argumentar también con las causas de género: la apropiación de la voz pasaba por la apropiación del cuerpo y viceversa”.     
Otro de sus núcleos lo constituye el bestiario que recorre el libro “Los lobos desarmados”, recurrencia que remite, dice, “a lo oscuro”. Y añade: Asociamos al instinto con lo incontrolable cuando quizás es lo más cercano a la pureza, no hay una edificación moral, hay impulsos básicos, hambres poderosas”.

Para Laso: “Hay deseos y virtudes físicas; hay deslumbrante fragilidad y lucha por la sobrevivencia. Lucidez en la cacería. Los animales están tan vivos que me dan miedo. Los animales de un bestiario parecen seres imaginarios pero habitan madrigueras que conozco dentro de mí. Habitan estas pesadillas”.

En otro de sus títulos –“La fiera consecuente”–, la figura del toro encarna una simbología que se abre a la furia, el deseo y la noche: “El toro es una fiera oscura de la montaña. Y la montaña es inescrutable. El toro carga con esta cultura andina y con lo que vive en la penumbra de nuestro interior, acaso una bestia indomable habita el laberinto. También es una figura que deslumbra”.

En su lenguaje se alterna la imagen y el tono conversacional que, como ella misma señala, a ratos asume una cuerda narrativa, ya que de los versos cortos de su primer libro ha virado a una respiración más extensa en los posteriores hasta llegar a la crónica: “Para volver luego a los recortes de palabras en la ambigüedad de otros mundos”.

Sus textos se enriquecen además con el manejo lúdico y los juegos fónicos: “Trabajar con la palabra dicha, es decir con su volumen, me obliga a un constante regreso reflexivo que equilibre el lugar del juego y las búsquedas sonoras. Las aliteraciones a veces podrías distraer ciertos sentidos, posponer la ambigüedad. Un todo poético debería encajar como una obra de equilibrio”.

El ritmo es indisolubles de su poesía: “Creo en la materialidad sonora, en las ondas elásticas de las palabras, sus crujidos y sensuales sinuosidades. Con los sonidos formamos una estructura para entender el mundo. Va con latidos y acentos. El trabajo con la palabra lleva implícito un tambor, un canto”.

Margarita Laso es autora de canciones como: “Ojos libertarios”, “Mañana viernes” y “Enjambre de chispas”, y son numerosos sus CDs, entre ellos: “El canelazo”, “Corazoncito” y “Garganta con arena”, donde interpreta piezas como “Garúa”, “Maquillaje” y “Malena”, para “alegrar el corazón de mi padre”, dice, que gustaba especialmente de la canción de Buenos Aires.

Y sobre la posible diferencia entre el texto para libro y la letra de canción, explica: “Un poeta trabaja con la palabra y un cantante con la letra. Y creo que los letristas comprenden una envidiable forma de comunicación. Las canciones suelen ser claras, no se valen de la complejidad y conforman un mundo de registros conocidos. Mientras en algunos casos los textos poéticos la encarnan. La riqueza de una sintaxis quebrantada es parte del trabajo creativo”.

Una identidad, la de su país, destila en sus versos atravesados por texturas, rugosidades, sabores, y motivos andinos que dan cuenta de su entorno: “Tal vez no he podido escapar a esos motivos. Aunque aparezca eventualmente un fauno, en ciertos textos hay un paisaje, la presencia aludida de la cultura del chagra, el hombre de la altura que cuida los toros del páramo. Tal vez se oyen sus voces”.

Entre los veinticinco poetas de diversas provincias de Argentina que también participan en este IV Festival Latinoamericano de Poesía, figuran nombres como los de Alberto Szpumberg, Samuel Bossini, Lucía Carmona, Santiago Silvestre, Nely Corvalán y Ariel Williams.