Diálogos con Jaime García Maffla

jessica-gonzalezLa mexicana Jessica González Fritsche ensaya sobre la escritura y el pensamiento del autor colombiano.

 

 

La Poesía en un mundo virtual
(Diálogos con el maestro Jaime García Maffla)

Jessica González  Fritsche

jessica-gonzalez
Jessica González

la poesía es una instancia hacia la cual todo espíritu aspira, así no esté viviendo un estado poético o haciendo un poema.
El espíritu del poeta sostiene un deseo por plasmar en ideal forma lo vivido en su experiencia de lo contemplativo y experimenta en su constante búsqueda por captar lo poético.
Por excelencia la palabra escrita ha sido la forma expresiva del poeta. Mediante ella es que principalmente representa el poema. Pero ese impulso por asir en un lenguaje lo inefable, le hace necesario explorar otros lenguajes, otros signos que se puedan manifestar en conjunto y en nuevos medios, en virtud de los cuales la capacidad de simbolización se transforme más amplia.
          El poeta es un hombre que como todos los hombres:

no se relaciona de manera inmediata y directa con el mundo o con los demás hombres. Mediante el lenguaje construimos representaciones de las cosas y operamos con tales representaciones. Sólo nos relacionamos con el mundo a través del lenguaje que permite la formulación de los conceptos que, al referirse a las cosas, hacen posible tanto el pensamiento como la comunicación acerca de la misma cultura: el pensamiento, porque sólo pensamos a través del lenguaje, y porque todo aquello respecto a lo cual pensamos es cultura, pues no existe ningún aspecto de la vida humana que no esté relacionado con la cultura; la comunicación, porque la cultura se aprende, es siempre aprendida, y todo aprendizaje se realiza mediante el lenguaje, ya que cada individuo descubre el mundo a través de los nombres, de las palabras, y así también se identifica a sí mismo y se distingue de los demás. […] El hombre, gracias al lenguaje, asimila su cultura, la perpetúa y la transforma. (1)

¿Y de dónde es que parte el poeta? ¿Hacia dónde se dirigen sus hallazgos? Hasta ahora nos hemos concretado en hablar de la forma expresiva de este ser, de su necesidad por aferrarse de lo invisible y ponerlo en esta dimensión material. ¿Pero qué motor impulsa al poeta? ¿Cuál es el origen de la materia que lo lleva a buscar los medios que le permitan en su creación manifestar sus intuiciones?
Las fuerzas de los signos de la palabra escrita no han sido suficientes para sostener lo inasible. ¿Acaso el lenguaje deba transformarse? ¿O el poeta se deba permitir jugar con los recursos que su época le confiere en pro de su labor?
El poeta se debe al mundo y en esta meditación entendemos que es en él en donde su creación se sostiene. Es decir, que su condición humana sólo le permite aventurarse con el lenguaje y con las formas, transformar la expresividad, el terreno del poema, mas la poesía permanece en su misma dimensión imprecisable.
Para poder avanzar es necesario desmembrar este fenómeno y abordarlo desde sus diferentes aspectos, en virtud de poder transmitirle al lector de estas líneas lo que aquí entendemos por poesía, por lo poético, por experiencia poética y por poema. En el entendido que en estas páginas estaremos sólo bordeando las posibilidades del poema y del poeta en su labor como creador, dejando para instancias más allá de la literatura, lo que entendemos por poesía.

Este ha de ser el centro de la poética del poeta colombiano Jaime García Maffla, quien sitúa a la poesía como una “forma privilegiada de trascendencia” (2), a la que se aproxima en un estado de tensión emocional y conciencia supremo y es por la vía del lenguaje que se asiste a su apropiación. Aunque sólo habremos de rozarla cuando hemos sido tocados por lo poético.
¿Por qué el ser humano llegó a darle forma artística a algo que inicialmente era sólo entusiasmo o exaltación del corazón? ¿Cómo llegó un ser humano a dar esa forma que siendo suya resultara no obstante válida para todos: el poema?
Primero existió en forma mimética en cuanto a la naturaleza la entonación, un canto que podía ser sin palabras, al cantar la voz humana está en capacidad tanto mostrar como entre ver otras realidades dentro y fuera de sí. La entonación pues es anterior al poema, es un movimiento interior al cual damos el nombre de lo poético. Movimiento y tensión íntimos. Ahora bien, esta tensión resultaba ser una urgencia y eran necesarios unos recursos de tipo artístico para plasmarlo. Esos recursos fueron creándose con el canto, dejaron de ser cantados para ser leídos, pero ya se había tocado la dimensión total del espíritu que con la entonación identificaba al hombre así mismo: a esto lo llamamos poesía en forma abstracta y general. Una dimensión intuitiva que se hace teoría; para traer un ejemplo banal la entomología es a una mariposa, la medicina a un enfermo, la poesía a un poema. Lo anterior es necesario explicarlo porque en sus raíces poesía quiere decir “creación”, del griego poíesis, de poieín, “hacer, crear”.
La poesía, término que se queda en la cultura, esto es, que se asume como noción general. Por supuesto que esta noción toca a la persona y busca lo poético, al buscar lo poético la persona es llamada por el poema y a otro estado espiritual y anímico.

El término poesía puede dejarnos indiferentes, mientras que todo poema nos conmueve, y conmover quiere decir, sabemos mover conmigo. Por aquí atraviesa lo poético, que bien puede no ser ni estar escrito.(3)
La experiencia poética en cambio, es un sentimiento que el poeta no sólo atrapa sino que guarda consigo, de tal forma que cuando el sentimiento ha pasado, está en capacidad de volver a él y de recrearlo en el poema.
El término poesía, es una racionalización tanto de lo poético como del poema y la experiencia poética entra en la poesía no obstante de estar en capacidad de ser ajena a la expresión en el poema, es decir se puede vivenciar, sin necesidad de ser fijada por el lenguaje.
Con lo anterior el poeta colombiano Jorge Gaitán Durán (1925-1962) afirmó:
“El poema, a mi modo de ver, atraviesa un período de crisis. Las formas que nos son habituales son demasiado limitadas para poder contener la extraordinaria complejidad del mundo moderno. El verso propiamente dicho se nos está muriendo entre las manos”(4).

No decimos que la palabra escrita como lenguaje se haya quedado atrás o corta; lo que ha sucedido es la apertura del mundo a formas, figuras, presencias, senderos de la vida y canales de diálogo, inéditos para el hombre hasta hace muy pocos años. En consecuencia, para llevarlos a lo poético ahora puede y casi debe acudir a otros recursos que complementan la palabra escrita.
Lo que la ópera es para el mundo inmediato, la multimedia lo es para el mundo virtual de la WEB. Es decir, ambas contemplan la posibilidad de unir en un sólo escenario las más distintas funciones de la vida: la música, el movimiento, la imagen, la palabra, la quietud, lo lejano y lo cercano, (no sólo lo que se ve, sino aquello hacia lo cual somos incitados como invisible), logrando que se entrelacen lo espacial y lo temporal.
La multimedia al entrar en la plataforma virtual de la WEB nos deja en posición de abrir mundos insospechados, que nos aproximan a instancias poéticas hasta ahora nuevas para el hombre.
Para André Bretón, lo desconocido no va a provenir de la imaginación humana, sino de la experimentación científica y técnica.

La multimedia se inserta en este escenario virtual, que podrá llegar a ser una versión nueva de la naturaleza, se incrusta como paisaje vivido y sentido que nos habla y que nos llama a interpretar sus signos, con lo cual nuestro espíritu es llamado a experimentar experiencias nuevas.
En este contexto entenderemos que por un lado la figura del autor se relativiza (caso particular, el poeta como creador del poema) por el natural entrecruzamiento de las funciones del lector y del escritor; y que por el otro, la obra de arte, es decir el poema, se abre a una red de textos en los que se incluye. A decir de George Landow esta apertura convierte a la obra en un campo disperso y deja de ser una pieza falsamente unitaria y contenida en sí misma.
Se ha llegado a un punto en donde el mundo virtual de la WEB, lejos de tomarse como un medio que deshumanice a las artes, se ofrece como una plataforma que tiende a dar nuevas dimensiones poéticas, formas de belleza que incitan a nuevos sentidos en el arte y en el hombre. Además de acercar a la obra con un universo de obras que se mantienen vigentes en el universo de la era digital.
El espíritu del lector (usuario, lector, creador) capta en el poema lo poético; a través de esa combinación de recursos, visuales, sonoros, etc, es llamado a abrir todos los sentidos para dejarse penetrar en una forma más vívida, de ese otro espíritu universal del cual el poeta fuera mediador entre lo divino y esta instancia inmediata. De aquí que entendamos que lo poético supera al mundo de la materia, en un acto de re-ligarse al espíritu universal de lo sublime. Es decir, al relativizarse la figura del poeta, el espíritu poético inserto en una nueva dimensión a través de lo virtual, tiende a unir un universo en un tiempo mucho más intensificado.

La poesía dice Octavio Paz, es un “signo errante en un tiempo también errante”(5), con una avidez de un lenguaje con el que se vislumbre lo secreto.
Crear un poema en el que el mundo encuentre su sentido. Esa es la labor.
La poesía no debe de quedar atrapada, contenida en la imagen de un mundo concreto.
El poema debe encontrar un medio de plasmación que le permita desplegar su espíritu, que finalmente apela a lo divino. En donde la imagen del mundo trascienda el tiempo y el espacio.
El lenguaje apto para la poesía, ha de ser aquel que reúna libremente en sus signos las imágenes que devuelvan al poema al espíritu de todos los tiempos, que es el de la modernidad y del de aquel tiempo mítico, del que Paz tanto nos habla. Un tiempo circular que regresa al origen.
Ante la preocupación de Octavio Paz que parte de un percibir a la poesía como una configuración de signos en dispersión, reflejo de un mundo sin imagen, la visión  de un mundo virtual en la WEB, incorporado como paisaje natural y extensivo del Universo, acerca mundos distantes y carga al lenguaje con signos universales que a su vez penetran por la fisura del tiempo y el espacio, en el cuerpo del lector y en su alma, dejando así de ser distante y ajeno, uniéndose al espíritu del poema, que no es sino esa misma magia divina que conecta al ser con su espíritu colectivo.

Un lenguaje que diga, no que exprese una funcionalidad, sino que explore en su más extensa red de significaciones afectivas.
Acaso un mundo virtual en la WEB como signo de una evasión ante un mundo concreto cada vez más indiferente al llamado de los signos del misterio divino.
Mundo virtual a partir del cual, lo concreto y humano se reconstruya y nos permita entrar en nuestro mundo sensible, despertar los sentidos internos y enseñar una nueva forma de mirar que perciba lo invisible en lo visible, para que lo concreto se nos haga transparente hacia Dios, ayudándonos a recuperar lo humano.

Jessica González Fritsche.
Bogotá a 16 de septiembre del 2010.

 

 

Jessica González Fritsche, nace el 18 de febrero de 1969, en el Estado de México.
Estudia la Licenciatura en Mercadotecnia en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, Campus Estado de México.
Desarrolla su carrera profesional de mercadotecnia en diferentes empresas de medios de comunicación.
Simultáneamente a su vida laboral, comienza estudios literarios en la Universidad Iberoamericana, en la misma Ciudad de México.
Posteriormente viaja y vive con su esposo en los Estados Unidos, y en la Universidad de Texas en Dallas, realiza estudios que le permiten conocer más la naturaleza del lenguaje, desde un acercamiento lingüístico.
Regresa a la Ciudad de México y decide estudiar la Maestría en Letras Modernas en la misma Universidad Iberoamericana.
Actualmente radica en la ciudad de Bogotá, Colombia, en dónde publica su primer poemario Si de alguna forma en la tierra, Trilce Editores (2008).
Busca un acercamiento con catedráticos de la Facultad de Ciencias Sociales, Departamento de Literatura, de la Pontificia Universidad Javeriana, mismos que la asesoran y comienza a investigar y desarrollar trabajos en relación a la poesía y su aplicación en nuevas tecnologías y medios digitales.

 

Notas:

(1).- Helena Beristáin, “Cultura”, en Diccionario de retórica y poética, 8ª. ed., México: Porrúa, 1998, p. 127.

(2).- Jaime García Maffla, ¿Qué es la poesía?. Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana, Facultad de Filosofía, Centro Editorial Javeriano, CEJA, 2001, p. 22.

(3).- La generosidad del maestro Jaime García Maffla, permitió conocer en entrevista personal aspectos muy íntimos de su poética. Fue el 6 de mayo del 2010 que en su casa de campo de Guaymaral, se habló en torno a nuestra mutua preocupación: la poesía.

(4).- J.M. Alvarez D’orsonville. Colombia literaria. Reportajes. Bogotá: Editorial Santafe, 1956, p.424.

(5).- Octavio Paz, La nueva analogía: poesía y tecnología, t. I, La casa de la presencia. Poesía e historia. Obras completas, Edición del autor, 2ª. ed. México: FCE, 1994, p. 301.

 

 

Un comentario

  1. santiago garcia