Lucía Estrada sobre Juan Manuel Roca

lucia-estradaLa poeta antioqueña y colombiana, Lucía Estrada, ofrece una mirada, la suya, sobre su coterráneo, quien recibió este 7 de octubre, en España, el premio Casa de América por su poemario: Biblia de pobres.

 

 

 

La poesía es el lugar de todos los encuentros, apuntó en su día con luminosa certeza el poeta cubano Eliseo Diego. Y es así, pues en ella confluyen los seres y las cosas, las palabras y el silencio, la verdad y la belleza, la belleza y su verdad, el tiempo, la vida y la muerte. Pero también en la poesía confluye el amor, que es nuestra piedra de origen, el aire que nos sustenta.

 

Celebramos esta noche en Otraparte, en la casa de los afectos y la memoria íntima de Fernando González, la presencia de Juan Manuel Roca, el poeta, pero sobre todo, el amigo entrañable, el hombre que aún, más acá del merecido reconocimiento que de su obra han hecho tres generaciones, mantiene abiertas las puertas de su casa y de su corazón a la palabra, al gesto espontáneo, al abrazo, la risa, la necesidad y la confianza de quienes se acercan a él sin prevenciones ni cálculos.

 

A Juan Manuel Roca lo he leído con fervor en diferentes niveles e intensidades, y he seguido por mucho tiempo su camino, su derrotero ascendente, pero también sus combates con la realidad paradojal del país, combates en los que la poesía fue y sigue siendo su fuerza, su cuartel de invierno. Con él he aprendido lo que vale, lo que representa todavía, en una época des/historiada y falaz, el ser del poeta en su palabra como punto de quiebre y a la vez como fuente de resistencia, de lucidez, y por qué no, de esperanza cuando todo parece estar definitivamente perdido. Siempre supe que él estaba allí, despierto, ciudadano de la noche y la vigilia, acompañando nuestros pasos y alentando el fuego de la palabra verdadera.

 

Habrá un momento en que otros, seguramente, harán el balance de  sus libros, desmontarán la sintaxis nocturna de sus imágenes, clasificarán sus fabularios, husmearán en las bitácoras de su silencio, tratarán de seguir en pleno día su caravana de sombras, el rumoroso espectro de la noche que habita en sus páginas, intentarán lavar el agua oscura de sus espejos, restaurar las ruinas de su tiempo romano  y poner en cuarentena los anómalos seres que pueblan su escritura. Pero a nosotros, sus amigos y lectores, sólo nos corresponde hacernos cargo de los territorios compartidos en la extensión secreta del sueño.
Para Juan Manuel Roca es mi admiración, mi cariño y mi gratitud permanente, conmovida y sincera.  

 

Que esta noche tu palabra y tu presencia en Otraparte sean el lugar de las apariciones, el corazón de todos los encuentros.
 
Mi mejor abrazo es para ti.

 

Lucía Estrada
Medellín, 18 de Junio de 2009

 

 

Lucía Estrada
Lucía Estrada. Foto: Pascual Borzelli
Juan Manuel Roca Foto: JAL
Juan Manuel Roca Foto: JAL

 

 

Un comentario

  1. gustavo ostrich